Cuando un hombre ama a una mujer

Ha pasado una semana desde que supe que Samael tuvo un hijo con Moira y no he podido verlo de la misma manera. Las cosas se ponen peores cuando recuerdo el beso que él y Mirian se dieron frente a la prensa.

Regresé a su departamento esa noche y fingí que lo había perdonado. Él asintió y así he estado a su lado, pretendiendo que olvidé todo lo que pasó, esperando el momento preciso para encontrar pruebas. Pienso empezar por su sótano.

Hoy es el cumpleaños de su madre y él irá a su fiesta sin mí, así que tendré la casa libre para poder hacer lo que tanto he esperado.

-¿Por qué estás tan silenciosa, muñeca? -pregunta con un entusiasmo y cariño que ahora me parecen fingidos.

-Es que he estado pensando en la desaparición de la profesora Denisse. No hay señales de ella ni de Rosalina. Sigo desconcertada y alarmada porque tampoco sé nada de mi amiga del refugio de animales.

Estoy sentada en la cama, envuelta aún en una suave manta y contando los minutos para que se vaya. Me cuesta fingir que todo anda bien y que no tengo un torbellino en el interior que me impide alejarme de él.

-La policía está investigando, entonces espero que pronto las encuentren sanas y salvas -añade con sequedad.

Es inaudito que pueda mantener esa fachada de hombre correcto con tanta facilidad.

Se gira para mirarme con sus ojos girasoles y mi corazón se tambalea al recordar que estoy frente a un potencial asesino. Con cada minuto que pasa me adentro más en sus peligrosos terrenos.

He estado evaluando lo de Denisse todos estos días y he llegado a pensar que él también está implicado en ello.

Le he abierto los brazos al peligro estando tan cerca de él, así que es un milagro que no me haya ocurrido algo.

¿Por qué?

¿Acaso sí siente algo por mí?

¿Y si lo de los seis meses es el plazo que asigna antes de matar a una víctima?

¿Por esa razón no quiso follarme?

Sacudo la cabeza.

Dudo que el patrón sea matarlas sin tener sexo con ellas.

A Moira la preño.

Y a Denisse... bueno, me imagino que sí se acostaron.

He estado más de cuatro meses viviendo en su casa y, dejando de lado el espectáculo de la noche de la elección, todo lo que he recibido ha sido amor, protección y buenos detalles.

Todo es muy confuso.

Si me quisiera dañar, ya lo habría hecho.

Tal vez sus objetivos son otros.

Desearía saber cuáles.

¿Cómo es posible que este hombre de aspecto bondadoso y ojos brillantes sea el monstruo despiadado que Mary Dayse describió?

-¿Por qué estás pensando en ellas? No quiero que te angusties, preciosa. Has pasado por mucho en estos meses y no quiero que te abrumes más. -Su tono sigue siendo amable, pero hay una capa oculta y tensa detrás, una que solo se nota si ya desconfías de él.

Para Samael, todo el asunto de Denisse es casi un tabú, pues siempre que la mencionó cambia de tema con la excusa de que no le hace bien a mi salud mental.

-Porque Rosalina fue mi compañera durante años, igual que Jessica. Mica, por otra parte, me ayudó a conseguir trabajo cuidando animales... y yo no estoy haciendo nada para ayudarlas. Espero que tu padre pueda usar su poder para que esto se solucione.

Mientras Samael se ha centrado en su investigación, yo he estado buscando métodos extremos para abrir aquella trampilla de ultra seguridad.

Presiento que allí está el secreto de todo. El átomo que originará el apocalipsis.

Debo admitir que estoy muy nerviosa, pero sé que debo abrir esa trampilla y descubrir la verdad.

Desde la primera vez que la vi, sentí una energía espesa a su alrededor, era casi como un presentimiento de que me estaban observando. Hay algo oscuro allí, sé que no estoy loca.

Mi subconsciente me pide ser cautelosa, pero ya he esperado demasiado.

Entiendo que Mary Dayse esté aterrada y que no quiere que desaparezca como su hija, pero yo no soy Moira y por fin he abierto los ojos.

Llamé a la detective Gómez ayer por la tarde y le conté sobre mis sospechas acerca de Samael. La mujer me dijo que no podía entrar sin una orden de registro y que estas llevaban tiempo, así que vendrá como civil para apoyarme por si algo sale mal. Por primera vez desde que la conozco la noté nerviosa. Además, me dijo algo que me dejó aún más pérdida:

-Si algo me sucede, contacta al Príncipe Roy Sebruel. Él te ayudará con todo.

Luego me dio su número de celular, pero algo no me cuadra.

¿Qué tiene que ver un príncipe con todo esto?

Mi vida cada vez se pone más descabellada.

El laberinto tiene más trampas de las que me imaginé.

Mary Dayse no quiere declarar por temor a que Samael se niegue a revelar qué sucedió con Moira, así que la única forma que nos queda de probar que él no es quien dice ser es descubriendo qué oculta en su sótano, llegando al centro de su oscuridad.

-¿Estás segura de que no quieres ir? -me pregunta Samael por enésima vez. Se está anudando la corbata y percibo el aroma de la colonia amaderada-. La verdad estoy a punto de quedarme contigo, la velada será aburrida sin ti.

-Pero es el cumpleaños de tu madre y no puedes faltar -comentó con toda la inocencia que puedo fingir.

Necesito que vaya, es la única oportunidad que tendré de descubrir sus secretos.

Buss está acostado a mi lado y observa a su dueño. Sí, Samael es atractivo, pero la desconfianza ha apagado mucho el deseo físico que sentía por él.

Una vez que descubres que una persona tiene dos caras, todo lo que sentías pierde potencia. Ahora miro a Samael y veo a un hombre atractivo, pero opacado por su malicia y sus secretos.

Nuestra habitación se me hace inmensa y asfixiante desde que volvimos de la fiesta de su padre.

-Pero la celebración será aburrida sin ti. Estar rodeado de un montón de millonarios no es ni la mitad de interesante que estar contigo.

-¿Cómo definiría estar conmigo, profesor?

-Como una maravilla.

Cuando termina de arreglarse, se acerca a mí para darme un beso. Me arregla un mechón detrás de la oreja y me abraza con cuidado. Luego me mira como si estuviera evaluando algo en mi expresión.

No sé por qué me da la impresión de que sabe que no estoy siendo sincera. Siento el pulso desbocado... Me ha costado mucho actuar como si nada entre nosotros hubiera cambiado.

Su penetrante mirada sigue escrutando, pero su sonrisa torcida de siempre, aparece después.

Trago duro e intento poner mi mejor cara.