Cuando un hombre ama a una mujer

entrando a la g

este lugar reempl

la y, empuñando el mazo, lanzó el primer

no hay grandes cambios

az de mirar lo p

y doy vueltas

ial está hech

esperación, caminando con angusti

no es capaz de acabar con ella,

la labor y doy vei

ración m

eñado que si la fuerza bruta no funciona, entonces el

ligeros pliegues que no cambian por mucho que los toque. Revisó la forma y el e

a un punt

Kira,

en el que su conformación es más débil, ya sea porque se filtró un

e está la falla y expandir

ede. Doy mazazos en cada centímetro y repito todo

ultado, pues la lámina, por alguna extraña razón, se está en

a genio

earla repetidamente en toda la superficie. Disminuir la tensión de

e escondía la trampilla. Intento escrutar la oscuridad

el corazón martillando en el

a espalda y dejo escapar

es in

humedad y

interruptor. Cuando la luz lo ilumina todo, m

los

hos elementos que

que está llena de botones que no quiero presionar. Me ace

y todo parece una broma, pero algo en mi

interdime

os está

iente eléctrica se hubiera

menos desconcertante, pues una sensación que ignoré

celula

y, para mi sor

uentro nada fuera de lugar. Tengo

a Jessica durante el tiroteo, me deja de piedra. Se me llena la vista de pun

mató

él estaba involucrado, la ve

una manera dolorosa. A pesar de eso, sigo adelante, pues aunque sé que el celular es una

frío son cada ve

textos encuadernados en cuero de color oscuro con las mismas iniciales que vi en su biblioteca. La diferenc

siento en el

mierda

interdime

ones

critos. Son nombres de mujeres. Hay cientos y cientos. Los más antiguos ya casi se han borrado. Cuando encu

ia me

acar a una

registro de las mujeres

nde la

odiosa realidad en la que

as cosas relacionadas con

espués los libros y

tanto

viajar a

le estaba financ

explotar

le tomos foto a

iluminada por la luz del cuarto, así qué Sama

la pantalla me perturba. Esperaba encontrar una versión de mí misma

pero una voz mecanizada me

ótano y escape con las pistas que ya tengo. La foto de él ap

cia y luego escapar hasta donde nadie sepa mi nombre. Es lo

Al final, intento con algo tan absurdo que puede funcionar: mi no

uce algo sin que yo haya tocado nada más.

tácora de viaje. No sé cómo empezar esto, pero lo cierto es que he decidido utilizar la máquina

orta la voz y, tras recomponerse, continúa -. No puedo soportar verla con alguien más, así que he decidido ir a otra d

y en las personalidades de los sujetos con los que el viajero tenga contacto. Es decir, un volcán dormido puede despertar y hacer erupción, una persona tranquila puede asesinar,