La boda de Amelia Robinson, estaba planeada para dentro de una semana, está noche su amiga Clara la a invitado a una noche de chicas, aunque no le gustaba mucho salir acepto, ellas eran amigas desde la secundaria, desde entonces siempre habían estado juntas, su novio Carlos estaba de viaje, quería dejar todo listo para poder irse de luna de miel.
A las 8 de la noche Clara paso por ella para ir rumbo al club.
Ya estando ahí se sentaron en una mesa reservada era un lugar muy bonito, pero los gustos de Amelia no eran los mismos que su amiga, ella prefería un lugar menos ruidoso, para ella era bueno un café, una parque nada que ver, con lo que estaba viviendo en ese momento, pero como había dicho su amiga Clara, festejarían sus ultimas noches de soltera.
Bailaban y tomaban tragos, Amelia era tolerante a la bebida, así que tomo sin importarle cuantos fueran, la estaban pasando muy bien, Amelia tuvo que reconocer que se la estaba pasando muy bien esa noche.
Un rato después, Amelia comenzó a sentirse un poco mareada, asi que se levanto y se fue al baño para mojar un poco su rostro y tratar de sentirse mejor.
Clara la miro cuando salio así que la siguió, cuando la encontró en el baño le ayudo a sentarse en un banco.
“¿Pasa algo Amelia? ¿Estás bien?"
"No, me siento muy mareada"
"Es raro no tomas mucho pero eres buena tolerando el alcohol, vamos te llevaré a qué te recuestes un rato" Clara la llevo hacia al elevador.
"Reserve una pequeña habitación para que descanses un poco, iré a pagar la cuenta y volveré ¿de acuerdo?"
"Muy bien gracias" Clara solo la dejo en la puerta de la habitación y se fue, Amelia entró tropezando con las cosas, la habitación estaba obscura, y casi no podía ver nada"
Vio la cama y se acostó, empezó a sentir mucho calor, y se quitó el vestido y los zapatos, sin ver dónde caían.
En la puerta de la habitación un hombre gordo de unos 50 años, le pagaba a Clara por el servicio, con una sonrisa acepto el dinero y se fue, al momento que el hombre iba a entrar a la habitación un joven de unos 30 años lo detuvo.
"¿Cuánto pagaste por el servicio?"
"Pague mucho, a si que déjame de molestar"
El hombre gordo ni siquiera volteo a ver al joven.
"Te doy el triple" saco una tarjeta y se la puso en la mano al gordo.
"Aquí hay 1millon de dólares, puedes contratarte a la mujeres que quieras" dijo esto, hizo aún lado al gordo y se metió a la habitación cerrando la puerta.
El hombre gordo se quedó ahí parado sin saber que hacer, una mujer muy voluptuosa, con un vestido rojo y zapatos muy altos lo miró, y le sonrió, el hombre se emociono y se la llevó.