Ada.
Le ofrecieron mi alma en sacrificio.
Y el demonio acepto…
Mi cuerpo probo el placer y mi alma se mezclo con la suya, para siempre.
No era mi intención enamorarme, para él solo era un peón en su tablero de ajedrez, una pieza destinada a morir para que el rey pudiera avanzar, pero lo hice y estaba dispuesta a morir por él, de la misma manera en la que nací.
Solo por él.
Pay.