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La esposa del pole dance

La esposa del pole dance

orianaivanlis

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Capítulo

Lucio Savignani no es el CEO ejemplar, está bastante lejos de serlo. Es ocurrente, seductor, atrevido, patán... Y un hombre capaz de luchar y aplastar a quien sea con tal de conseguir lo que él desea. Y lo que él más anhela en su despilfarro de existencia... Es a Maryam, esa empleada que lo enloquece por su aspecto virginal y recatado, sin saber, que todos escondemos secretos y su bendita obsesión, no se trata de una excepción. Ponerla entre la espada y la pared para que acepte ser su esposa, será su inicial clímax, su sueño, y su maldición.

Capítulo 1 Ella, es fascinante.

Mi destino fatal es Maryam...

¡Bendita mujer! ¡Jodidas curvas!

Mi vida siempre ha parecido sencilla para cualquier espectador, sin embargo, Maryam es totalmente un enigma para mí.

Todos dicen: ¡Lucío, ella debe estar loca por dejarse follar por ti!

Y aquí estoy... Esperando que Maryam sea la última que se quede en su oficina para invitarle a cenar.

Ella es en lo absoluto una mujer diferente a cada una de las que he tenido la desdicha de conocer... Sus caderas son anchas, y su culo es un monumento digno de ver día y noche... ¡Pero esta lejos de la gerencia!

Su madre, era una empleada de limpieza de mi padre, Helton Savignani... Y luego, ella sugirió emplear a su hija mayor, en el área de contaduría ya que estaba recién graduada... El mismo año que Maryam entró a la empresa, mi padre falleció y yo tomé posesión de la gerencia, sin saber una puta mierda de lo que estaba haciendo...

¡Y ahí estaba ella!

¡Tan cerca y tan lejos!

Presumiendo el sacrificio de María, su madre, para graduarla y le retribuyo siendo la mejor de su promoción...

Maryam y yo hemos compartido reuniones, almuerzos y calamidades... Pero nunca en 7 meses, nos hemos encontrado a solas...

No estoy obsesionado con ella... Pero nunca pensé que sería tan complicado acercarme a una mujer...

Mi ex novia Caroline, me dejó hace 3 meses porque me encontró una fotografía de Maryam en traje de baño...

¡Pegó el grito en el cielo!

Gritaba constantemente, "Lucio, me abandonaras por esa pinche gorda".

Y no pude hacer más que quedarme callado...

Y Caroline, decidió dejarme y publicar fotos de mi pito en sus redes sociales... Como si podría avergonzarme de mis 17 CM de hombría...

Si el caso hubiera sido distinto... Y habría sido yo el que publica fotos íntimas de Caroline...

¡Estaría en todos los medios!

"Lucio Savignani, hijo del magnate Helton Savignani, ultrajó la imagen de su novia, Caroline Saba, hija del mismo Maroom Saba de la cadena hotelera más importante de Jordania. Subiendo fotos íntimas de la misma la cual comprometen su impecable imagen y estigma social".

Todo es distinto cuando la mujer falla... Por eso siempre se dictamina que cuando el hombre es expuesto, no importa. Machismo en su máxima expresión.

—¡Lucio, tienes todo el día merodeando con esos papeles!—, debes firmarlos. Hoy. —Me grita Sasha, mi rubia, sexy, y deliciosa asistente.

Si, soy un puto pervertido. Y me avergüenza serlo cada vez que pienso en Maryam.

Imagino a Maryam como el jodido angel que le dará la rectitud que necesita mi vida.

Mientras lo pienso, Sasha me toca las pelotas para que le preste atención...

Y yo disfruto de su tacto... ¡Que delicadas manos se trae la mujer!

—Basta Sasha, necesito que vayas por un café. —Le grito con autoridad y subo el cierre de mis pantalones.

—Mm, ya estaba lista para probar. —, sin embargo, considero pertinente que firme esos documentos y quede lista esa venta en Brasil, odio el calor que hace en ese país. —, tu padre me obligaba a ir ahí... —Puntualiza mi asistente y le doy una palmada en el trasero.

—Y follabas con él para sentir un poco más de fresco, ¿no?—Le inquiero con sorna.

—Voy por su capuchino, jefe. —Dice con el rostro sonrojado y me quedo sentado, con el pene erecto.

Soy tan inepto, que tendré que vender parte de nuestra extensión en Brasil porque la he apostado con mi amigo Braulio... ¡Y perdí!

Maryam... Ella podría guiarme a ser un mejor hombre...

Y a dejar a un lado la vagabunderia.

La convertiría en mi esposa... Quizás...

Y ahí estaría yo, viviendo con una mujer de servicio de suegra...

¡Que disfuncional suena!

Y que opinaría la mismísima Kiara Hylven, cuando se entere que su primogénito se ha casado con la hija de una ama de llaves...

Se moriría de la vergüenza, armaría un escándalo en la prensa diciendo que no está de acuerdo con semejante bajeza y luego pediría disculpas porque soy su única distracción... ¡Husmear en mi vida!

Y como cosa típica de Kiara Hylven, haría una fundación para amas de llaves despavoridas y diría que lo hizo por mi. Porque me ama.

Preferiría todo ese drama antes de desistir en enamorar a Maryam.

—Hoy has estado más pensativo de lo normal, Lucio. —Comenta Sasha y coloca mi capuchino encima del escritorio, dejando una visión de sus senos nada desagradable.

Me levanto de un salto de la mesa y la tomo por la cintura.

Ella ama estar sometida a mis designios. Y cuando yo estoy aburrido... Amo someterla.

—¿Quieres que te folle hoy, verdad zorrita?—Le pregunto con impaciencia.

Sasha se pega a mi entrepierna y me da un beso en los labios, y yo la separo de mi boca en cuestión de segundos. Odio que me bese. Me asquea.

—Te he hecho una pregunta. —Espeto contrariado ante su mirada perdida.

—Follame, por favor. —Contesta apesadumbrada.

Sasha desabotona mi pantalón y se introduce por sí misma mi dura polla... Ansiosa de ser usada, y complacida.

Nos incorporamos a esta rutina semanal. Follarme a mi asistente porque la mujer que me gusta, nunca está disponible... Ni para mirar.

Mientras disfruto de las mieles de Sasha, imagino que el culo que presiono con todas mis fuerzas, es el de Maryam... Que los labios que rozan mi cuello, son los suyos... Que el tacto que siento, son sus dedos...

Y me dejó ir, alcanzando un clímax desbordante para proceder a correr a Sasha de mi oficina.

Hoy tengo que reaccionar. Me presentaré en el área de Maryam, le daré flores y un chocolate con leche... Como muestra de mi interés...

¡Seré un idiota enamorado!

Y ese es el tipo de impulso que suele tener un hombre después de haber sido exprimido en un orgasmo.

Me quedo en mi oficina, por primera vez, trabajando. A solas.

En mi cabeza ronda la hazaña que haré hoy...

¿Quedaré como un idiota ante la perfección de Maryam?

¿Caerá rendida a mis pies cuando vea que el jefe ha venido a proponerle una cita?

Solo lo sabré, atreviéndome.

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