Ele CEO lobo del milenio

Capitulo 1

28 de octubre,

2017 Nueva York

víspera

Lo vi antes de que él me viera.

Estaba a unos metros de distancia, pero yo

Supo de inmediato que era él. yo podria sentir

eso.

Mis ojos recorrieron tu piel dorada,

sobre sus bíceps definidos, su abdomen tenso y

hasta su fuerte mandíbula.

Tal vez fue audaz de mi parte aceptarlo.

tan descaradamente. yo no queria que el

llevar.

No pudo atraparme. se estropearía

todo.

Pero, yo estaba escondido en los árboles, las ramas y

hojas sirviendo como mi camuflaje.

Sabía que no tenía nada que ver con

preocuparse. Entonces, seguí viendo.

Observé mientras pasaba los dedos por el

corteza de un árbol viejo.

Miró a su alrededor, como si tratara de

encontrar algo. ¿O alguien?

Pero no, él no podría haber sabido que yo era

aquí.

Yo era lo suficientemente poderoso, lleno de magia

suficiente para poder esconderse bien.

Se acercó a un árbol diferente y esta vez

tiempo, estiró ambas manos, sosteniendo el árbol.

Deslizó ambas manos hacia abajo y yo

Observé sus brazos desgarrados estirarse contra el

tela fina de tu camiseta.

Cómo desearía que esos dedos estuvieran sobre mí

siguiéndome, abrazándome...

No sabía lo que tenía.

Él era el único hombre, la única criatura viviente, que

podría encenderme. Y, no, no me refiero a mí

excitar tanto. Tenía la intención de excitarme físicamente. Mismo.

Mis ojos estaban pegados a él - su

músculos, su mandíbula, su cabello oscuro y

salvaje.

Podía sentir mi cuerpo reaccionar. Yo estaba

hormigueo en lugares donde nunca hormigueó, yo Quería cerrar la distancia entre nosotros.

Lo deseaba tanto que podía sentirlo tocándome.

Podía sentirlo dándome la satisfacción que él

He estado esperando tanto tiempo.

Di un paso fuera de mi escondite.

Podría haber sido una mala idea, pero no me importaba.

Esto era lo que quería... no. Eso es lo que yo

necesario.

Di un paso más.

Quería que me encontrara casi tanto

cuánto miedo tenía de que pudiera hacerlo.

Porque sabía lo que pasaría. Pero ahora,

No me importó.

Otro paso.

Volvió la cabeza.

Otro paso.

Y luego suspiré.

Porque una daga pasó volando por encima de mi hombro,

lanzado desde algún lugar detrás de mí.

Se movió por el aire a gran velocidad y, un

un momento después, lo golpeó. lo empaló. directamente en

su corazón.

La sangre empapó su camisa.

Estaba paralizado, conmocionado. mi boca se abrió y

cerrado, pero no salió nada.

Me giré para ver detrás de mí. Traté de averiguar

de dónde salió la daga, quién fue el responsable.

Pero no pude ver a nadie más.

ES

Solo éramos él, el bosque y yo.

Mis ojos volvieron a él. El estaba

hundiéndose en el suelo, las manos cubriendo la herida,

tratando de contener la sangre.

Debe haber sentido mi mirada sobre él esta vez,

porque sus ojos brillaban.

Me estaba mirando directamente.

No pude correr. No pude esconderme.

Él me vió.

Y lo supe Sabía que él pensaba que era yo

quien tiró la daga.

Me entristeció, me invadió el remordimiento,

aunque era inocente.

Pero en el fondo, sabía que no era inocente.

No es lo mismo.

Estaba de rodillas ahora, tratando de mantener su

ojos abiertos. Tratando de mantenerlos atrapados en mí.

Y mi corazón todavía estaba acelerado. Después de todo, él

él era el único hombre por el que podía correr.

Ve con él, Eva.

ayúdalo.

Tócalo.

Pero me quedé congelado, justo donde estaba.

Observé cómo la vida se escurría de él, mientras

sus ojos se cerraron lentamente mientras

sus dedos dejaron de temblar. Yo tuve que

reloj. No me permitiría apartar la mirada.

Cuando respiró por última vez y se quedó quieto,

una nueva calma se apoderó de mí. solté el

aliento que estaba conteniendo. Por fin

terminó.

***

bip. Bip. Bip. bip.

Mis ojos se abrieron. ¿Qué fue eso?

bip. Bip. Bip. bip.

Un maldito celular estaba sonando. Mío

maldita celda.

Miré alrededor. yo estaba en la cama, una cama

Blanco. Todo era blanco.

Correcto. me hospedaba en un hotel de la ciudad

de Nueva York. Encontré el celular debajo del

almohada a mi lado, tratando de ignorar el sueño

que acabo de tener.

No tenía tiempo para descifrar los sueños ahora.

Además, no hacía falta ser un genio para

averiguar de qué se trataba.

Esos músculos... ese pelo... no era el

primera vez que soñé con él. y no seria

ultimo.

Principalmente en el futuro. A medida que

nos acercamos...

Bip.

Un mensaje.

Miré el celular. Dos llamadas perdidas de

Killian. Y uno—Beep—y dos mensajes de texto.

No había sabido nada de él durante unas semanas,

así que debe haber encontrado algo importante. Él

estaba espiando para mí, investigando y

reconocimiento.

Leí el mensaje.

Killian: Encontré lo que pediste.

Killian: Estoy de vuelta en Londres.

Eva: Puedo estar allí mañana por la noche.

Víspera: 6pm. Nuestro lugar.

Killian: Nos vemos pronto.

29 de octubre,

2017 Londres

Caminé por la acera, mis botas de combate

golpeando el suelo con fuerza.

No estaba lloviendo exactamente, pero había

una neblina en el aire. Me hizo sentir mojado, como un

esponja en el borde de un fregadero.

Era seguro decir que no me perdí

Londres.

Pero eso no era del todo cierto.

Pasé muchos buenos años aquí con Killian,

cuando estaba creciendo. Pasé por alto el viejo

iglesia y me encontré en un estacionamiento vacío,

escondido en algún barrio suburbano.

Killian y yo nunca fuimos a la iglesia, pero

solíamos venir aquí para ver la puesta de sol

a veces. Pero eso fue hace mucho tiempo.

Escuché el sonido de una motocicleta detrás. mí y sonríe, mirando mi reloj.

Eran las 17:59, llegó justo a tiempo.

La motocicleta aceleró en el estacionamiento y se detuvo.

justo en frente de mí, frenando tan fuerte que

el vapor flotaba en el aire.

Observé cómo Killian saltaba de la bicicleta y el

estabilizado, quitándose el casco negro.

Inmediatamente, sus largos rizos dorados

fueron liberados, y él pasó una mano enguantada sobre

ellos.

Sus ojos dorados no tenían nada más que

maldad dentro de ellos, y resplandecieron para

yo, tu cara incapaz de ocultar la sonrisa

tirando de tus labios.

- ¿Qué? ¿Estás tratando de impresionarme? —

Le pregunté, saludando a la motocicleta.

“Estoy haciendo un gran trabajo. admitir, -