El fuerte sonido de un golpeteo despertó a Natalie de su letargo sueño, la joven castaña empieza a abrir sus ojos lentamente y es cuando sus sentidos despiertan también, en ese instante comienza a escuchar como una especie de gritos que la obligan a abrir sus ojos.
Se incorpora rápido y mira hacia todos lados mostrándose confundida y asustada, sus ojos empiezan a nublarse y sus labios a temblar.
-¿Dónde estoy?
Termina por sentarse en aquella cama que mira con asco, luego escucha nuevamente ese golpeteo en la pared que la lleva a ponerse en pie y caminar hasta donde provenía el ruido, al acercarse a la pared coloca su oreja con cuidado y escucha gritos del otro lado.
Pero aquellos no eran gritos de desespero, más bien eran chillidos como de placer. Natalie se aleja un poco de la pared y se le queda mirando a la misma como si pudiera ver lo que pasaba del otro lado.
Parpadea varias veces al mismo tiempo que derrama algunas lágrimas, luego mira hacia la única puerta que existía y corre a ella para abrirla, pero esta estaba cerrada.
El sonido del otro lado de la habitación se volvía cada vez más intenso que la llevo a arrinconarse en la esquina del cuartucho donde estaba. no se quería ni imaginar donde diablos estaba metida, pero a juzgar por la forma en la que la agredieron aquella noche ya se lo imaginaba.
Entre tanto, del otro lado del cuarto de Natalie, una pelinegra se encontraba completamente desnuda sobre la cama, boca abajo y con el culo elevado y sus muslos abiertos debido al grosor del cuerpo del sujeto que se la estaba follando.
Un sujeto seboso con exceso de grasa abdominal se encontraba detrás de ella penetrando su culo una y otra vez mientras que manantiales de gotas de su sudor se deslizaban por su voluptuoso cuerpo hasta llegar al cuerpo de Ross.
La pelinegra se aferra a la almohada mientras que siente como el pene de aquel sujeto penetra su culo sin parar, era un maldito pensó la joven, odiaba cuando ese gordo la contrataba para coger, pero era su trabajo.
Hunde la cara en la almohada cuando él vuelve a empujar su cuerpo hacia delante de manera violenta provocándole dolor en ano.
-¡Ahhhh! Si, si, si, así mi amor, más fuerte -gime aquellas palabras, sabiendo que debía mentir lo mejor que podía, ya que ese sujeto era un bruto para coger y encima de eso era el peor en el sexo.
-¿te gusta, preciosa? -el gordo sujeto a Ross por el cabello y jala hacia atrás de forma ruda provocando que ella frunza el ceño -. Se que te encanta cuando meto mi pene en tu culo, eres una chica mala. Por eso siempre contrato tus servicios.
-Si, me gusta mucho, quiero que me penetres más.
El cliente continúa metiendo y sacando su verga dentro del culo de aquella mujer, baja la mirada y ve como su pene envuelto en un condón entra y poco a poco lo saca, observando como aquel pequeño agujero oscuro se tensa.
Se inclina un poco hacia Ross y empieza a penetrarla más rápido hasta que aquella sensación de placer lo invade.
-¡Ohh! Si, bebé, ya estoy por eyacular dentro de ti.
-¡Aaahhh! Si, por favor quiero sentirte.
Jadea cada vez más fuerte mientras que jala con un poco más de rudeza el cabello de ella, inclina la cabeza hacia atrás y cierra los ojos y frunce el ceño cuando siente que ya estaba por llegar. Aprieta un poco la cadera de ella y es allí cuando se libera y eyacula en seguida.
-Mierda Siiii -gime al mismo tiempo que su cuerpo seboso se estremece al terminar -. Que rico es cogerte, Ross -vuelve a jadear para inclinar la cabeza hacia abajo y deslizar su mano por la espalda sudorosa de ella-. ¿te ha gustado, nena?
- Por supuesto que sí, cariño.
El cliente extrae su verga del culo de ella, le saca el condón lleno de su semen y lo lanza a un lado, luego hace girar el cuerpo de ella y abre sus muslos a la fuerza.
Ross observa al gordo sudoroso y velludo ante ella y medio sonríe a la fuerza mientras ve como él se inclina hacia ella.
-Nunca me canso de ti, pequeña puta traviesa.
-Qué bueno cariño -hace amago de recibirlo y es cuando él se inclina hacia ella para besar su boca.
El gordo toma su pene aun despierto por la base y lo conduce hacia la vagina de ella, tantea con sus dedos buscando la abertura hasta que la encuentra, la punta de la cabeza de la verga de él roza con la vagina de Ross y de una se lo mete de forma grosera.
-¡Ahhhh! -Ross gime mientras clava sus uñas en la espalda de su cliente, su peso la estaba asfixiando.
-Eso nena, que rico te mueves, vamos, mueve ese coño para mí como siempre lo haces -jadea con voz ronca y pastosa.
Ross cierra los ojos mientras que su cliente se la folla con violencia.
-¡Ahhh! ¡Ahhhh!
Mientras que la pelinegra grita para darle placer a su cliente, Natalie se encontraba del otro lado de la habitación escuchando todo aquello. Sus ojos se abrían cada vez más al pensar que si ella estaba en ese lugar era porque iba a pasar por eso también.
Su corazón se acelera y vuelve a correr hacia la puerta para intentar abrirla, empuja y utiliza toda su fuerza para que cediera, pero no lo conseguía. El desespero se estaba apoderando de ella ya que no deseaba terminar como la mujer que se encontraba del otro lado del cuarto.
Entre tanto el cliente de Ross volvió a eyacular, al sentir la sensación de llegar extrae su pene de la vagina de ella y vierte el semen sobre el vientre de ella desperdigándolo por la piel sudorosa de su cuerpo.
-Que deliciosa te vez con mi semen en tu cuerpo -Ross sonríe a su cliente.
Luego lo ve ponerse en pie para luego tomar sus pantalones y sacar una cajetilla de cigarros enciende uno y expulsa el humo, la joven se inclina y también toma uno de su mesa y empieza a fumarlo mientras que observa el techo de su habitación.
-Esto es para ti -Ross observa un billete de baja denominación sobre la cama y aquello la hace fruncir el ceño.