Josué Punto de Vista
Estaba más confundido que nunca. ¿Marian? La nueva niñera... a quien aún no había conocido en persona. Pero la conocía como Marilyn. ¿Qué demonios estaba pasando? Mi cabeza daba vueltas mientras mi cerebro intentaba darle sentido a la situación.
Patty se retorció en mis brazos, atrayendo mi atención hacia ella. La puse de pie y la observé con una sensación de hundimiento mientras corría alrededor de la isla hacia ella. La mujer que... Cerré los ojos brevemente y respiré profundamente. Tal vez era mejor no pensar en todas las cosas deliciosamente sucias que hicimos esa noche. Cuando Patty envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la mujer, mi corazón se hundió un poco más. Mi hija parecía tan cómoda con ella.
Oh, mierda.
En ese momento, mi asistente apareció en la cocina. Nos sonrió mientras caminaba hacia el mostrador y, con naturalidad, agarró una manzana de la canasta llena de frutas, mientras yo me enfurecía, confundido y aprensivo. La miré con el ceño fruncido y vi un destello de culpa en sus ojos.
-Josue, veo que ya conociste a la nueva niñera. -La mirada de Rose pasó de mí a la nueva niñera.
La miré con más dureza y ella tragó saliva.
-Um... así que... Josue... -Frunció los labios-. ¿Recuerdas que te dije que mantuvieras la mente abierta respecto a la nueva niñera?
Levanté una ceja ante su mirada penetrante. -Sí, sí-.
Esta vez, Rose se había quedado a cargo de la contratación porque yo normalmente no tenía suerte con las niñeras. Era como si estuviera maldito o algo así. Tenía una maldición sobre mi niñera. Esta situación exacta era una prueba clara de lo maldita que estaba en ese aspecto.
Aunque esta vez me mantuve al margen del proceso de contratación, terminé jodido porque, de todas las mujeres de Los Ángeles, mi asistente contrató a la última que yo quería. ¡Ella había contratado a mi ligue de una noche! ¿Cómo sucedió eso? Quiero decir... Que me jodan hasta el país de las coincidencias porque esta fue una coincidencia enorme... ¿o no?
Me quedé mirando a la mujer a la que mi hija sostenía con creciente sospecha. La conocía como Marilyn Williams... pero era Marian Gauss. ¿Quién era? Esta impostora había estado cuidando a mi hija durante tres días enteros. ¿Quién demonios era ella, en realidad?
-Rose, ¿te importaría llevar a Patty arriba para que pueda hablar con la nueva niñera? -Mantuve mi expresión fría mientras Rose me miraba con los ojos entrecerrados.
Sin embargo, obedeció porque sabía que había cometido un grave error. -Para nada. Patty, ¿qué tal si me uno a ti para esa fiesta de té hasta que Marian esté lista?-
-Está bien. -Patty le sonrió a Marian... Marilyn... quienquiera que fuera, antes de separarse de ella y dirigirse hacia Rose.
Marilyn... Marian... observaba a Patty con una pequeña sonrisa, que se desvaneció cuando me miró. Tal vez ya sabía que nunca llegaría a esa fiesta del té.
Cuando estuve segura de que las dos estaban fuera del alcance auditivo, mi expresión neutral se oscureció con furia y di un paso más hacia la mujer que se aferraba al mostrador con todas sus fuerzas. -¿Eres Marian? ¿Quién diablos eres tú?-, susurré.
Abrió los ojos de par en par y tragó saliva. -Puedo... puedo explicarlo. Mi verdadero nombre es Marian Gauss. Y no tenía idea de que trabajaría para ti cuando acepté este trabajo. Lo juro.
Me burlé, como si me hubiera creído su historia. Probablemente se dio cuenta de quién era yo después de que nos separamos y usó esta oferta de trabajo como una forma de vengarse de mí. Esta podría muy bien ser una de esas situaciones de pesadilla de acosador. Jesucristo. ¿En qué me había metido?
-No puedes esperar que crea eso -me burlé mientras observaba a la mujer con mayor sospecha-. ¿Y quién diablos es Marilyn Williams?