Por Tomás Scott y Sara Lester
- Tomy, necesitamos convelcel a nuestros papis de que el albol de navidad sea pirante, ¡Pirante! -glito emocionada pol que se viene navidad.
- Ay Sarita, se dice gigante no pirante, ya no estamos para hablar como bebés.
- Ush, edes un incoldio, Tomás Scott - estoy doja como una manzana, me da velguenza, pedo es que aún me cuesta hablal.
- No te enojes conmigo, mira que a mí también me costaba hablar, pero ya ves, ahora me sale de corrido, así que sé que tú lo podrás lograr, Sarita.
- ¿Me puedes enseñal? - suplico con mi cala de coldelito.
- Claro, seré tu maestro y tu mi aprendiz, mi pequeña Padawan.
- ¿Pada qué? - Tomy mueve la cabeza negando y me da una de esas sondisas que sólo son pada mí, es tan lindo y lo amo, algún día me casalé con él, pedo no se lo he dicho, eso jamás.
Aún somos muy chicos pada pensal en matlimonioo en el amol.
- ¿Qué hacen mis niños hermosos?
- ¡Mami!
Dani entra a la sala, junto a Jexi, el pequeño hermanito de Sarita, se ve tan linda con él en brazos, que el corazón de la pequeña se llena de amor al verlos.
- Hola mi cielo bello, Tommy.
- Hola, Dani hermosa.
-¿ Pol qué tuteas a mi mami? Ella es tu tía - me dice Sarita enfurruñándose con esa carita que a a mì me da pavor.
- Tranquila, fiera. Dani es mi tía, como todos los demás, pero yo le digo Dani, como a Alma, Ethan o a cualquiera, eso pasa porque soy mas grande que tú.
- No es justo, siemple tienes una despuesta pala todo.
- Tranquila, pequeña. Algún día podrás hacer, pero aún no me responden qué están haciendo.
- Estamos conversando de cómo debe ser el árbol de navidad.
- Ya sabes, ese que se coloca en la sala y donde todo el mundo deja regalos y esas cosas.
- ¿Qué no te gusta la navidad, Tommy?
- No, bueno sí, pero no tanto. Además este año mis ninos y Macarena no podrán venir y me pone un tanto triste.
- Ni vini Micidini- bufa la pequeña, un tanto celosilla, algo que tanto a Dani y Tomás les produce ternura.
- No seas celosa, Sarita. Maca es mi mejor amiga del mundo mundial y...
- ¿Y yo qué?- una lágrima cae de la mejilla de la pequeña que sale corriendo de la sala, con el corazón roto en mil pedacitos.
- ¡Sarita!
- Déjala, Tommy, ya se le quitará, conoces lo dramática que es Sarita con esto de las relaciones con la gente, pero te aseguro que a mi niña en menos que canta un gallo volverá para no perderse la ida a comprar el árbol.
- Dani...
- Dime, cariño.
- ¿Por qué las mujeres son tan complicadas?
La risa de tres varones que vienen entrando a la sala no queda desapercibida para esos dos amigos y el ceño fruncido que tenía Tomás, ahora se suma a la cara de Grinch de Dani. Jex, al notarla, se decide a hablar, no le gusta que su hermosa esposa se moleste por nada del mundo y menos por algo que sabe que lo dejará durmiendo en el sofá de su departamento.
- Ay, Tommy. A las mujeres no hay que entenderlas, debes amarlas tal y como son.
Los otros dos amigos, que estaban junto a él, lo miran con cara de " estás muerto y bien enterrado amigo" y Jex abre los ojos como platos, al ver como su muñequita de porcelana se levanta de su asiento, se para frente a él y le entrega a su bebé.
- Pues como no tienes que comprenderme y solo quererme, ahí te toca. Deberás de cuidar a los niños y llevarlos a comprar el árbol de navidad-Los amigos se lanzan a reír del pobre Jex como si lo que dijera Dani fuera el mejor chiste del mundo, hasta que ella vuelve a hablar -. Ah, y eso va también para ustedes dos, le diré a Dana que traiga a los trillizos y a aprovecharé de llamar a Ro para que tengamos una tarde de chicas.
Dani, sale de la sala y deja a los cuatro varones con cara molesta y al pequeño Jex con un puchero y sus ojitos llorosos.
- ¿Cuándo dejarás de cagarla con lo que dices, Lester? - le reclama Christian que aún no soluciona sus malos entendidos con esa española que lo dejó en medio de la carretera y Thomas asiente en señal de estar de acuerdo con lo que dice su amigo.