Cambia El Novio En Su Boda

Cambia El Novio En Su Boda

Gavin

5.0
calificaciones
224
Vistas
11
Capítulo

El aire en la mansión Torres vibraba con la promesa de un futuro perfecto. Hoy, la élite de México celebraba el compromiso entre Sofía, la diseñadora de moda más prometedora, y Alejandro Torres, heredero del imperio textil, una unión de poder y talento. Todo era idílico, hasta que un grito desgarrador rompió la solemnidad de la pedida de mano, congelando el ambiente festivo en un terror palpable. "¡ALEJANDRO!" La voz desesperada de una mujer, llena de locura, venía del piso de arriba, y la sonrisa antes inquebrantable de Alejandro se transformó en una máscara de pánico puro. Como un rayo, corrió escaleras arriba, abandonando a Sofía, el anillo, y a los cientos de invitados a su suerte. "Es Isabella" , susurró Alejandro, su voz cargada de un terror que Sofía no comprendía. En su lugar, una sirvienta bajó corriendo, gritando que Isabella, su prima, amenazaba con arrojarse desde el balcón de la casa de Sofía, ¡vestida de novia! La humillación fue pública, brutal e ineludible. Alejandro, sin importarle la presencia de Sofía o de ambas familias, le suplicó a Isabella: "¡Isabella, por favor, no hagas ninguna locura! ¡Baja de ahí!" Y luego la abrazó con una ternura desesperada, susurrándole: "Tranquila, mi amor, tranquila. Estoy aquí. No te dejaré." "Mi amor." Esa palabra lo confirmó todo. No era un capricho. Era algo retorcido. Isabella sonrió triunfante a Sofía, transformándola en la villana, la intrusa que intentaba separar a dos "amantes desesperados", y la humillación de Sofía fue completa. Frente a todos, Alejandro pidió formalmente anular el compromiso. "¡Pero papá, yo amo a Isabella!" , exclamó Alejandro, su verdad envenenando el aire. Fue entonces que, en su desesperación, el señor Torres, el patriarca, señaló a Ricardo, el joven y humilde chef de la familia. "Te ofrezco a Ricardo como esposo para tu hija. El compromiso se mantiene. La alianza se fortalece. La humillación se borra. Un Torres se casará con tu hija hoy mismo." Sofía, ya no la novia engañada, sino una mujer que recuperaba su albedrío, tomó una decisión que cambiaría su vida por completo: "Acepto la propuesta. Me casaré con Ricardo." La boda no se canceló. Simplemente, cambió de novio. ¿Qué nuevo destino le aguardaba a Sofía al unirse a un hombre que solo conocía de nombre?

Introducción

El aire en la mansión Torres vibraba con la promesa de un futuro perfecto.

Hoy, la élite de México celebraba el compromiso entre Sofía, la diseñadora de moda más prometedora, y Alejandro Torres, heredero del imperio textil, una unión de poder y talento.

Todo era idílico, hasta que un grito desgarrador rompió la solemnidad de la pedida de mano, congelando el ambiente festivo en un terror palpable.

"¡ALEJANDRO!"

La voz desesperada de una mujer, llena de locura, venía del piso de arriba, y la sonrisa antes inquebrantable de Alejandro se transformó en una máscara de pánico puro.

Como un rayo, corrió escaleras arriba, abandonando a Sofía, el anillo, y a los cientos de invitados a su suerte.

"Es Isabella" , susurró Alejandro, su voz cargada de un terror que Sofía no comprendía.

En su lugar, una sirvienta bajó corriendo, gritando que Isabella, su prima, amenazaba con arrojarse desde el balcón de la casa de Sofía, ¡vestida de novia!

La humillación fue pública, brutal e ineludible.

Alejandro, sin importarle la presencia de Sofía o de ambas familias, le suplicó a Isabella: "¡Isabella, por favor, no hagas ninguna locura! ¡Baja de ahí!"

Y luego la abrazó con una ternura desesperada, susurrándole: "Tranquila, mi amor, tranquila. Estoy aquí. No te dejaré."

"Mi amor."

Esa palabra lo confirmó todo.

No era un capricho.

Era algo retorcido.

Isabella sonrió triunfante a Sofía, transformándola en la villana, la intrusa que intentaba separar a dos "amantes desesperados", y la humillación de Sofía fue completa.

Frente a todos, Alejandro pidió formalmente anular el compromiso.

"¡Pero papá, yo amo a Isabella!" , exclamó Alejandro, su verdad envenenando el aire.

Fue entonces que, en su desesperación, el señor Torres, el patriarca, señaló a Ricardo, el joven y humilde chef de la familia.

"Te ofrezco a Ricardo como esposo para tu hija. El compromiso se mantiene. La alianza se fortalece. La humillación se borra. Un Torres se casará con tu hija hoy mismo."

Sofía, ya no la novia engañada, sino una mujer que recuperaba su albedrío, tomó una decisión que cambiaría su vida por completo: "Acepto la propuesta. Me casaré con Ricardo."

La boda no se canceló.

Simplemente, cambió de novio.

¿Qué nuevo destino le aguardaba a Sofía al unirse a un hombre que solo conocía de nombre?

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
No Soy La Pecada

No Soy La Pecada

Suspense

5.0

Dejé a mi pequeña Valentina en la peluquería, y su "adiós, mami" fue la última melodía de mi vida normal. Menos de una hora después, mi mundo se desmoronó. Una llamada me arrastró de vuelta a la escena: la peluquería acordonada, el olor metálico a sangre y un pequeño bulto cubierto por una sábana blanca, manchada de rojo. Grité su nombre, pero mis súplicas se ahogaron en el horror. La policía me mostró un video. En él, era yo, con un rostro desfigurado por la furia, unas tijeras en mi mano, y el movimiento descendiendo hacia mi hija. "¡No, eso no es real!", clamé, pero nadie me creyó. Mi esposo, Ricardo, me miró con horror y acusación, la gente me señaló como la "madre monstruo". En la fría sala de interrogatorios, las pruebas se amontonaban: el video "auténtico", la geolocalización, el testimonio de Irma, la dueña de la peluquería, que me presentó como una desequilibrada. Incluso mi historial de depresión postparto fue usado para pintar un retrato de una psicótica. La comandante Mendoza preguntó si había tenido un "episodio psicótico", si había perdido el control sin darme cuenta. ¿Y si era cierto? La duda me carcomía. Me sometieron a hipnosis. En un trance horrible, vi a "mi yo" alternativo, con ojos de hielo y una violencia indescriptible, usando unas tijeras de jardín para dañar a mi propia hija. Me desperté gritando, convencida de mi culpa. Firmé la confesión. Pero mi última chispa de cordura prendió mientras me llevaban: vi a Brenda Díaz, la amante secreta de Ricardo, con los mismos ojos gélidos que el monstruo de mi pesadilla hipnótica. Me liberé, grité su nombre, y de repente, todo encajó. No estaba loca. ¡Fui víctima de una trampa, una conspiración orquestada por ellos para destruirme y quedarse con todo! Sabía que tenía que luchar por la verdad, no solo por mi nombre, sino por Valentina.

Después de que me dejó, me convertí en su madrastra

Después de que me dejó, me convertí en su madrastra

Urban romance

5.0

La tarde en que Ricardo regresó, el sol implacable bañaba los impecables jardines de la mansión Vargas, casi tan cegador como el traje de lino blanco que él vestía. Un deportivo, escandaloso y ostentoso como su dueño, derrapó sobre la grava, soltando a una mujer pálida y frágil, aferrada a él como si su vida dependiera de ello: Camila Soto, la influencer desaparecida. Los vi entrar por el ventanal, sin invitación, como si la casa aún les perteneciera, ignorando a una Lupe que intentaba detenerlos. "Vengo a verla a ella," dijo él, su sonrisa torcida, esa misma sonrisa de hace tres años cuando me dejó plantada en el altar, diciendo que buscaba su «espíritu» en un rancho. "Sofía," espetó, su voz cargada de una autoridad inexistente, "veo que sigues aquí, como una buena perra fiel esperando a su amo." Luego, Ricardo se desplomó en el sofá de cuero de Alejandro, su padre, y dijo: "Hemos vuelto para quedarnos." Mi corazón no tembló, solo una fría calma, la calma de quien espera una tormenta anunciada, porque sabía que él no era el rey, y yo ya no era la ingenua que él había abandonado. Él no sabía que, con Alejandro, había encontrado dignidad, un hogar y un amor profundo que sanó las heridas de su traición. Me di la vuelta para ir a la cocina, con sus miradas clavadas en mi espalda, pensando que yo seguía siendo la misma Sofía. Pero justo en ese momento, una pequeña figura se lanzó hacia mí, riendo a carcajadas. "¡Mami, te encontré!" Un niño de dos años, con el cabello oscuro y los ojos brillantes de Alejandro, se abrazó a mi pierna, ajeno a la gélida tensión que se cernió sobre el salón. "Mami," preguntó con su vocecita clara, "¿Quiénes son?"

Renacida para Triunfar: El Precio de su Error

Renacida para Triunfar: El Precio de su Error

Romance

5.0

Renací en mi último año de instituto, lista para el examen que definiría mi futuro. En mi vida pasada, ese día abrió las puertas a una vida feliz con Mateo y Hugo, mis amores. Esperaba repetir ese destino junto a ellos, mis compañeros inseparables. Pero el universo tenía otros planes. Los vi entrar en la secretaría, dos figuras brillantes, y anunciaron su decisión: repetirían curso. No era por superación, sino por Carla, una excompañera que había suspendido y a quien creían que debían "salvar". El nombre de Carla resonó como una campana fúnebre; ella, una sombra en mi existencia anterior, ahora era el centro de su universo. Me miraron con una fría determinación, como un obstáculo para su noble y equivocada "misión". En la fiesta de graduación, los susurros de mi dolor me perseguían mientras ellos la atendían con la devoción que una vez fue mía. Sus firmas en mi anuario no fueron recuerdos, sino sentencias crueles, acusándome de egoísmo por no "entender". Lancé ese anuario a la basura, cada palabra hiriente grabada en mi alma. Comprendí, con una amargura helada, que no había sido especial, sino solo la primera en recibir una lealtad impulsada por una culpa fantasma. Estaba agotada de sus juegos, de su ceguera ante la manipulación de Carla y de su ridícula misión de salvadores. ¿Cómo podían estar tan ciegos, tan dispuestos a sacrificarlo todo por una farsa? Cuando vinieron a mi casa, acusándome de un engaño de Carla y burlándose de mi billete de avión, la decisión fue inquebrantable. No rogaría, no me arrastraría, no sería la segunda opción de nadie. Con el billete a Mendoza en mi mano y sus palabras vacías de fondo, recogí mi futuro del suelo. Dejé atrás mi vida pasada, cerrando esa puerta para siempre. Mi nueva vida, lejos de ellos, acababa de empezar.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro