Te Derrotaré Ladrona

Te Derrotaré Ladrona

Gavin

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La pantalla del televisor del restaurante emitía un brillo frío, reflejando la sonrisa de mi prima Isabella Vargas, flamante chef de televisión, presentando "mi" Mole de los Secretos Familiares. Mintió. Esa receta me la susurró la abuela, la perfeccioné yo, y ahora ella la vendía como suya, construyendo su imperio sobre las ruinas de nuestro restaurante familiar. La familia, los mismos que me dieron la espalda y me llamaron "envidiosa" , celebraba cada uno de sus "logros". Mi reputación se hizo pedazos, mis sueños de chef se convirtieron en la burla de todos. Fui la sombra, la cocinera de un local que ya no existía, cerrado por deudas y el escándalo de su acusación: "Sofía me roba mis ideas" . Mi padre no soportó la humillación del embargo y murió esa misma noche. Mi madre, rota de dolor, me culpó: "¡Arruinaste a esta familia!". Con el olor a gas llenando mi pequeño apartamento, cerré los ojos, cansada de luchar. Pero un rayo de sol golpeó mi cara y el aroma a café de olla me envolvió. Estaba en mi cama. El calendario marcaba: 24 de mayo. Un año atrás. El día antes de que Isabella apareciera en televisión y mi mundo se derrumbara. Estaba viva. Y tenía una segunda oportunidad.

Introducción

La pantalla del televisor del restaurante emitía un brillo frío, reflejando la sonrisa de mi prima Isabella Vargas, flamante chef de televisión, presentando "mi" Mole de los Secretos Familiares.

Mintió. Esa receta me la susurró la abuela, la perfeccioné yo, y ahora ella la vendía como suya, construyendo su imperio sobre las ruinas de nuestro restaurante familiar.

La familia, los mismos que me dieron la espalda y me llamaron "envidiosa" , celebraba cada uno de sus "logros".

Mi reputación se hizo pedazos, mis sueños de chef se convirtieron en la burla de todos.

Fui la sombra, la cocinera de un local que ya no existía, cerrado por deudas y el escándalo de su acusación: "Sofía me roba mis ideas" .

Mi padre no soportó la humillación del embargo y murió esa misma noche.

Mi madre, rota de dolor, me culpó: "¡Arruinaste a esta familia!".

Con el olor a gas llenando mi pequeño apartamento, cerré los ojos, cansada de luchar.

Pero un rayo de sol golpeó mi cara y el aroma a café de olla me envolvió.

Estaba en mi cama. El calendario marcaba: 24 de mayo.

Un año atrás. El día antes de que Isabella apareciera en televisión y mi mundo se derrumbara.

Estaba viva. Y tenía una segunda oportunidad.

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Siempre creí que mi vida con Ricardo De la Vega era un idilio. Él, mi tutor tras la muerte de mis padres, era mi protector, mi confidente, mi primer y secreto amor. Yo, una muchacha ingenua, estaba ciega de agradecimiento y devoción hacia el hombre que me había acogido en su hacienda tequilera en Jalisco. Esa dulzura se convirtió en veneno el día que me pidió lo impensable: donar un riñón para Isabela Montenegro, el amor de su vida que reaparecía en nuestras vidas gravemente enferma. Mi negativa, impulsada por el miedo y la traición ante su frialdad hacia mí, desató mi propio infierno: él me culpó de la muerte de Isabela, filtró mis diarios y cartas íntimas a la prensa, convirtiéndome en el hazmerreír de la alta sociedad. Luego, me despojó de mi herencia, me acusó falsamente de robo. Pero lo peor fue el día de mi cumpleaños, cuando me drogó, permitió que unos matones me golpearan brutalmente y abusaran de mí ante sus propios ojos, antes de herirme gravemente con un machete. "Esto es por Isabela", susurró, mientras me dejaba morir. El dolor físico no era nada comparado con la humillación y el horror de su indiferencia. ¿Cómo pudo un hombre al que amé tanto, que juró cuidarme, convertirme en su monstruo particular, en la víctima de su más cruel venganza? La pregunta me quemaba el alma. Pero el destino me dio una segunda oportunidad. Desperté, confundida, de nuevo en el hospital. ¡Había regresado! Estaba en el día exacto en que Ricardo me suplicó el riñón. Ya no era la ingenua Sofía; el trauma vivido había forjado en mí una frialdad calculada. "Acepto", le dije, mi voz inquebrantable, mientras planeaba mi escape y mi nueva vida lejos de ese infierno.

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