Seis meses en el futuro...
¿Qué dirías si tu cuerpo es golpeado solo para sentir placer?
¿Qué pensarías si maltratar a alguien es una necesidad para mantener tu adrenalina a tope y llegar a un orgasmo satisfactorio?
¿Cómo haces que esto pare si necesitas con urgencia descargar tus instintos animales más primitivos para ser feliz?
¿Cuál es la manera de actuar frente a todos esto, doctora? Dígame, ¿Usted tiene una respuesta a todo esto? Me gustaría saber que piensa- respira hondo y luego de darme una mirada lasciva continúa.
-Todo eso es lo que siento aquí dentro-el hombre tras el cristal se golpea el pecho una y otra vez, como si eso lo liberara de toda la mierda que lo tiene tras las rejas-, no pude dejar de inflingir dolor a mis parejas para sentir mi propia felicidad, no quise dejar de hacerlo, era mi placer culpable y aquí estamos, doctora...
Estoy en la cárcel de máxima seguridad del estado de Nueva York, el Metropolitan Correctional Center, New York o MCC New York como le dicen, sentada frente a frente con uno de los más desquiciados asesinos en serie de los últimos tiempos.
¿Qué hago aquí frente a este loco desalmado?
¿Cómo es que lo estoy escuchando tan tranquila después de toda esta mierda que me está lanzando?
¿Debo de estar más loca que él para seguir aquí sin un ápice de sentimientos por lo que escucho?
Preguntas que suelto en mi cabeza y apunto en mi libreta que, por ahora, no tienen respuesta.
Ah, sí ya lo recordé. Estoy sentada aquí frente a este tipo por el maldito editor del programa de televisión en el cual me he metido debido al éxito de mi podcast, maldita la hora en que le hice caso a Val.
Anoto en mi libreta "recordar matar al imbécil que me metió en esto"
Aunque... Hay algo más que me tiene sentada aquí frente a él...
Pero bueno, volviendo al punto el tipo pidió verme antes de ser llevado a la silla eléctrica, cuestión hasta tragicómica, porque en Nueva York no se ha aplicado la pena capital y no han ejecutado a nadie desde 1963. La última vez que se ejecutó a una persona por un delito federal en Nueva York fue en 1954 o hasta que este tipo termine con los sesos fritos en veinticuatro horas más...(sic. Sí, lo busqué en Wikipedia)
-Doctora... ¿Me está escuchando? - me pregunta Ariel Cisco, un empresario de metro noventa, pelo rubio hasta los hombros, cuerpo de dios infernal, forrado en billetes, de baja California que fue condenado a muerte por matar a sus parejas en el acto sexual.
-Oh, si. Claro que lo estoy escuchando fuerte y claro, señor Cisco. Continúe, por favor- digo para sacarme del paso, es que estar en este lugar me tiene un tantito mal.
-Siempre me he preguntado ¿cómo lo hacen los psiquiatras para liberar toda la tensión acumulada con sus pacientes? Escuchar a cada loco como yo debe ser un poco- meditó unos segundos-. Agotador.