Los Cincos Puntos Misteriosos

Los Cincos Puntos Misteriosos

Gavin

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Capítulo

El olor a antiséptico del hospital es el último recuerdo de mi vida anterior. Mi constructora familiar, el sueño de mi padre, quebró, y mis padres, ya mayores y enfermos, quedaron en la ruina. La única esperanza era ganar el prestigioso concurso de diseño urbano para pagar sus cirugías, pero Camila, mi eterna rival e hija del hombre que nos lo quitó todo, siempre me superaba por "cinco puntos" . Luché con alma y vida, noches sin dormir; pero Camila ganó, y mis padres, sin esperanzas, murieron poco después, yo les seguí, mi corazón dejó de latir del dolor. ¡Hasta que abrí los ojos! Estaba de vuelta en mi pequeño cuarto, un día antes de la entrega final del concurso, con el amargo mensaje de Camila en mi teléfono: "Sofía, ¿lista para perder mañana? Siempre serás la segunda." La rabia y la humillación de la vida pasada me inundaron; las "derrotas" previas, siempre por cinco puntos, no eran coincidencia, y cada burla de Camila sobre mi "mediocridad" y el destino de mis padres me taladraba el alma. El día del concurso, cambié los asientos para que Camila no hiciera trampa, pero aun así, ¡ella volvió a ganarme por cinco puntos! La desesperación me invadió, hasta que, al ver a mi exnovio Miguel, cómplice y ahora pareja de Camila, recordar su "regalo" y su extraña advertencia de no "mojarlo". Ahí lo entendí, un dispositivo de escucha en mi collar, ¡Miguel era la clave! Me habían estado engañando, robándome cada idea. Pero lo más doloroso fue cuando, al deshacerme del collar, Camila volvió a ganarme por cinco puntos y se burló de mis padres enfermos, revelando que el fraude era más profundo, una estafa orquestada. Esta vez, no iba a caer. Si no podía ganar limpiamente, me aseguraría de que ella tampoco lo hiciera. En el concurso de becas, entregué un examen en blanco, exponiendo su sistema: ¡Camila sacó un "cinco" ridículo! Su juego de manipular los "cinco puntos" quedó en evidencia, ¡y ya no me volvería a llevar! La jugada era mía y su imperio de mentiras caería ante la verdad de cómo se levantó sobre las ruinas de mi familia.

Introducción

El olor a antiséptico del hospital es el último recuerdo de mi vida anterior.

Mi constructora familiar, el sueño de mi padre, quebró, y mis padres, ya mayores y enfermos, quedaron en la ruina.

La única esperanza era ganar el prestigioso concurso de diseño urbano para pagar sus cirugías, pero Camila, mi eterna rival e hija del hombre que nos lo quitó todo, siempre me superaba por "cinco puntos" .

Luché con alma y vida, noches sin dormir; pero Camila ganó, y mis padres, sin esperanzas, murieron poco después, yo les seguí, mi corazón dejó de latir del dolor.

¡Hasta que abrí los ojos! Estaba de vuelta en mi pequeño cuarto, un día antes de la entrega final del concurso, con el amargo mensaje de Camila en mi teléfono: "Sofía, ¿lista para perder mañana? Siempre serás la segunda."

La rabia y la humillación de la vida pasada me inundaron; las "derrotas" previas, siempre por cinco puntos, no eran coincidencia, y cada burla de Camila sobre mi "mediocridad" y el destino de mis padres me taladraba el alma.

El día del concurso, cambié los asientos para que Camila no hiciera trampa, pero aun así, ¡ella volvió a ganarme por cinco puntos!

La desesperación me invadió, hasta que, al ver a mi exnovio Miguel, cómplice y ahora pareja de Camila, recordar su "regalo" y su extraña advertencia de no "mojarlo".

Ahí lo entendí, un dispositivo de escucha en mi collar, ¡Miguel era la clave! Me habían estado engañando, robándome cada idea.

Pero lo más doloroso fue cuando, al deshacerme del collar, Camila volvió a ganarme por cinco puntos y se burló de mis padres enfermos, revelando que el fraude era más profundo, una estafa orquestada.

Esta vez, no iba a caer. Si no podía ganar limpiamente, me aseguraría de que ella tampoco lo hiciera.

En el concurso de becas, entregué un examen en blanco, exponiendo su sistema: ¡Camila sacó un "cinco" ridículo!

Su juego de manipular los "cinco puntos" quedó en evidencia, ¡y ya no me volvería a llevar! La jugada era mía y su imperio de mentiras caería ante la verdad de cómo se levantó sobre las ruinas de mi familia.

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5.0

El aire denso y sofocante de la habitación de hotel barata me asfixiaba. Frente al espejo manchado, la joven de ojos vacíos que me devolvía la mirada era casi una extraña. Pero el montón de billetes en la mesita de noche era real, sucio, tangible. Cien mil pesos. El precio, me convencía, de la vida de Alejandro. Por él, todo valía la pena; incluso la pureza que había sacrificado. Con el corazón latiéndome entre la esperanza y el pánico, corrí al hospital, el olor familiar a antiséptico prometiendo un nuevo comienzo. Pero al doblar la esquina, risas. No, no risas de alivio, sino carcajadas burlonas; la voz de Valeria, mi detestable rival, seguida por la de Alejandro. "¿En serio te creíste que esa tonta iba a conseguir la lana?" , dijo Valeria. "Claro que sí, mi amor. Sofía es tan ingenua... Le monté el numerito del enfermo terminal y se lo tragó enterito. Ya debe estar vendiendo hasta el alma para juntar el dinero" , respondió Alejandro. El suelo bajo mis pies se derrumbó. Su enfermedad, nuestro amor, todo era una farsa cruel. Una elaborada venganza por una beca que yo gané con mi esfuerzo. "Cuando traiga el dinero, la grabaré... Será la humillación de su vida" , susurró Alejandro, su voz conspiradora. Ahogué un sollozo, el dolor físico y emocional era insoportable. Me habían golpeado, manipulado, usado para el entretenimiento de una audiencia cruel. ¿Por qué? ¿Por qué esta maldad? En medio de mi desesperación, el teléfono sonó. Una llamada de Londres. La inoportuna noticia de un abuelo al que creía muerto para mí. Pero en ese instante de quiebre, una idea. Una única y afilada oportunidad para escapar. Decidí que no me destruirían. Esta vez, se acabó la Sofía ingenua. Ahora solo quedaba una Sofía decidida a contraatacar. Y ellos, mis torturadores, pagarían.

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