Mi Amor Ciego A La Verduga

Mi Amor Ciego A La Verduga

Gavin

5.0
calificaciones
22
Vistas
11
Capítulo

El olor a antiséptico aún se aferraba a mi ropa. Por amor a Sofía, el fuego flamenco de mi vida, me sometí a una vasectomía para que su carrera nunca se viera interrumpida. Era mi sacrificio final, mi prueba de lealtad. Pero el mundo se derrumbó cuando, apenas recuperado, Sofía se arrodilló ante mí con los ojos rojos, murmurando: "He cambiado de opinión... Necesito un hijo. Y por eso... por eso he hablado con Ricardo." Ricardo, su primer amor, el torero. Habían tramado un plan: un hijo con él, criado por nosotros, asegurándome yo, estéril, la "estabilidad". Mi corazón gritó al escucharla minimizar la destrucción de mi futuro como un "pequeño desacuerdo". La humillación apenas había comenzado. Cuando propuse el divorcio, se rio de mi, colgándome el teléfono. Pero la verdadera pesadilla llegó cuando Ricardo atropelló a mi madre y Sofía no solo lo encubrió, sino que la desprestigió públicamente, destrozando su reputación hasta que el estrés y la humillación se la llevaron para siempre. ¿Cómo pudo la mujer por la que sacrifiqué todo convertirse en mi verdugo? ¿Cómo el amor más puro se transformó en la traición más vil, arrastrando a mi inocente madre a la tumba? No entendía la magnitud de su crueldad. Pero ese hombre ciego y enamorado murió con mi madre. Ahora, en el silencio de sus cenizas, ha nacido una ira fría y calculadora. No buscaré justicia, Sofía. Buscaré venganza. Y te aseguro que pagarás, tú y él, por cada lágrima, cada humillación, y por la vida que me arrebataron. Esta guerra acaba de comenzar.

Introducción

El olor a antiséptico aún se aferraba a mi ropa. Por amor a Sofía, el fuego flamenco de mi vida, me sometí a una vasectomía para que su carrera nunca se viera interrumpida. Era mi sacrificio final, mi prueba de lealtad.

Pero el mundo se derrumbó cuando, apenas recuperado, Sofía se arrodilló ante mí con los ojos rojos, murmurando: "He cambiado de opinión... Necesito un hijo. Y por eso... por eso he hablado con Ricardo." Ricardo, su primer amor, el torero. Habían tramado un plan: un hijo con él, criado por nosotros, asegurándome yo, estéril, la "estabilidad".

Mi corazón gritó al escucharla minimizar la destrucción de mi futuro como un "pequeño desacuerdo". La humillación apenas había comenzado. Cuando propuse el divorcio, se rio de mi, colgándome el teléfono. Pero la verdadera pesadilla llegó cuando Ricardo atropelló a mi madre y Sofía no solo lo encubrió, sino que la desprestigió públicamente, destrozando su reputación hasta que el estrés y la humillación se la llevaron para siempre.

¿Cómo pudo la mujer por la que sacrifiqué todo convertirse en mi verdugo? ¿Cómo el amor más puro se transformó en la traición más vil, arrastrando a mi inocente madre a la tumba? No entendía la magnitud de su crueldad.

Pero ese hombre ciego y enamorado murió con mi madre. Ahora, en el silencio de sus cenizas, ha nacido una ira fría y calculadora. No buscaré justicia, Sofía. Buscaré venganza. Y te aseguro que pagarás, tú y él, por cada lágrima, cada humillación, y por la vida que me arrebataron. Esta guerra acaba de comenzar.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
De Chica Pobre a Magnate

De Chica Pobre a Magnate

Cuentos

5.0

El aire denso y sofocante de la habitación de hotel barata me asfixiaba. Frente al espejo manchado, la joven de ojos vacíos que me devolvía la mirada era casi una extraña. Pero el montón de billetes en la mesita de noche era real, sucio, tangible. Cien mil pesos. El precio, me convencía, de la vida de Alejandro. Por él, todo valía la pena; incluso la pureza que había sacrificado. Con el corazón latiéndome entre la esperanza y el pánico, corrí al hospital, el olor familiar a antiséptico prometiendo un nuevo comienzo. Pero al doblar la esquina, risas. No, no risas de alivio, sino carcajadas burlonas; la voz de Valeria, mi detestable rival, seguida por la de Alejandro. "¿En serio te creíste que esa tonta iba a conseguir la lana?" , dijo Valeria. "Claro que sí, mi amor. Sofía es tan ingenua... Le monté el numerito del enfermo terminal y se lo tragó enterito. Ya debe estar vendiendo hasta el alma para juntar el dinero" , respondió Alejandro. El suelo bajo mis pies se derrumbó. Su enfermedad, nuestro amor, todo era una farsa cruel. Una elaborada venganza por una beca que yo gané con mi esfuerzo. "Cuando traiga el dinero, la grabaré... Será la humillación de su vida" , susurró Alejandro, su voz conspiradora. Ahogué un sollozo, el dolor físico y emocional era insoportable. Me habían golpeado, manipulado, usado para el entretenimiento de una audiencia cruel. ¿Por qué? ¿Por qué esta maldad? En medio de mi desesperación, el teléfono sonó. Una llamada de Londres. La inoportuna noticia de un abuelo al que creía muerto para mí. Pero en ese instante de quiebre, una idea. Una única y afilada oportunidad para escapar. Decidí que no me destruirían. Esta vez, se acabó la Sofía ingenua. Ahora solo quedaba una Sofía decidida a contraatacar. Y ellos, mis torturadores, pagarían.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro