Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Mi Pequeña Esposa.

Mi Pequeña Esposa.

Exaly

5.0
calificaciones
34.7K
Vistas
55
Capítulo

"En la protección inesperada, el amor puede florecer en los lugares más insospechados" Alberth, un empresario prestigioso y multimillonario, enfrenta una difícil decisión cuando su mejor amigo fallece en un accidente, dejándole la responsabilidad de cuidar a su hija de 18 años, Valeria. Dejando un video póstumo. Valeria solo puede heredar la fortuna de sus padres si se casa con Alberth Sandoval, una condición impuesta por su difunto padre para protegerla. De aquellos que la persiguen. Inicialmente reacio a la idea, ya que el tiene su novia, Alberth se da cuenta de que la única manera de evitar que los codiciosos tíos de Valeria se apoderen de su herencia y la alejen de su libertad es aceptando el insólito acuerdo. Sin otra opción, Alberth acepta casarse con la joven diminuta, pese a la diferencia de edad y las complicaciones que esto conlleva. A medida que viven juntos, Alberth y Valeria deben navegar las complejidades de su inusual matrimonio, enfrentando tanto los desafíos familiares como sus propios sentimientos.

Capítulo 1 Llamada inesperada.

Alberth

Estoy en mi oficina, en una reunión con los accionistas de la empresa. La venta de las pequeñas casas construidas en las residencias ha sido un éxito y, sobre todo, se nos han unido más accionistas para crear nuevas residencias en las afueras de la ciudad. Este proyecto será de grandes beneficios para las familias de bajos recursos.

-Señor Sandoval, tiene una llamada urgente-, me informa mi asistente, interrumpiendo la reunión. Acepto la llamada de un número desconocido.

-Hola, ¿con quién hablo?

-¿Usted es el señor Alberth Sandoval? Necesito que venga inmediatamente al hospital Central. El señor Edwards Smith Estrada ha solicitado su presencia. Tuvo un accidente y su estado es reservado. Sin embargo, solo pide por usted.

No, ¿qué pudo haber pasado? Ajusto mi corbata con nerviosismo.

-Voy enseguida-. Cuelgo la llamada y salgo a toda prisa de mi empresa, dejando a los accionistas desconcertados.

***

El trayecto al hospital se siente eterno. Cada semáforo en rojo y cada minuto que pasa aumenta mi ansiedad. Edwards es más que un socio, es mi amigo de toda la vida. ¿Qué clase de accidente pudo haberlo dejado en un estado tan crítico?

Llego al hospital y corro hacia la recepción, donde una enfermera me indica la habitación de Edwards. Al entrar, el ambiente frío y estéril del hospital me golpea de lleno. Ahí está, rodeado de máquinas que monitorean sus signos vitales. Se ve pálido y frágil, muy diferente al hombre enérgico que conocía.

-Alberth...-, murmura con dificultad, apenas consciente.

-Estoy aquí, Edwards. ¿Qué ocurrió?

Sus ojos se llenan de desesperación mientras intenta hablar.

-No fue un accidente...-, dice con voz entrecortada. -Sabes... hubo mano criminal... protege a Vale...

Mi mente corre a mil por hora. ¿Mano criminal? ¿Quién querría hacerle daño a Edwards?

-¿Quién? ¿Qué pasó exactamente?

Pero antes de que pueda obtener una respuesta clara, Edwards empieza a toser violentamente. Los monitores comienzan a sonar alarmas, y el equipo médico entra rápidamente para asistirlo. Me hacen a un lado mientras tratan de estabilizarlo, pero en cuestión de minutos, todo se detiene.

-Lo siento-, dice el doctor con una expresión grave. -Hemos hecho todo lo posible, pero no lo logramos.

El mundo se detiene para mí en ese instante. Edwards ha muerto y sus últimas palabras resuenan en mi mente. Esto no fue un simple accidente. Hay algo más oscuro detrás de todo esto, y debo descubrirlo.

Mientras salgo del hospital, una mezcla de dolor y determinación me invade. Debo honrar la memoria de mi amigo y encontrar a los responsables de su muerte.

Llamé a mi hombre de confianza, el cual es como un padre y a la vez amigo de Edwards. Jovanny respondió al instante.

-Alberth, buenas tardes. ¿Sucedió algo?

Solté un suspiro de tristeza.

-Edwards ha muerto -Solte con un nudo en la garganta.

-¿Pero cómo sucedió? Hace unos días regresó de las Bahamas.

-Me confesó antes de morir que ese accidente fue provocado. Debemos buscar a los culpables. Sin embargo, ¿quién podría ser? Nunca le conocí algún enemigo.

-Alberth, qué misterio. Por otro lado, ¿qué ha pasado con Valeria, estuvo en el accidente o ya sabe de esto?

-No lo sé. Creo que ni siquiera sabe que su padre falleció. Necesito ir a darle la noticia y sé que ella te tiene confianza. Ya ni siquiera la recuerdo; era una niña cuando la vi y luego, en las reuniones con Edwards, nunca asistía. En fin, no podemos seguir hablando. Te veo aquí en el hospital central. Necesitamos hablar con esa jovencita.

Colgué la llamada y miré un punto fijo. No puedo imaginar cómo tomará esta joven la noticia.

*****

Al encontrarme con Jovanny rápidamente entramos hospital central para realizar los trámites necesarios y coordinar el traslado del cuerpo de Edwards. La tarde estaba nublada, reflejando perfectamente nuestro estado de ánimo sombrío. Con el papeleo terminado y el cuerpo preparado, nos encaminamos a la mansión de Edwards.

La mansión, una imponente estructura rodeada de jardines bien cuidados, parecía más oscura y silenciosa de lo habitual cuando llegamos. La noticia de la muerte de Edwards al parecer aún no había llegado a sus ocupantes, y la paz del lugar pronto se vería interrumpida.

Jovanny y yo bajamos del coche fúnebre, llevando con cuidado el ataúd de madera oscura hacia la entrada principal.

-Ahí se encuentra Valeria-Me indico Jovanny hacia el Jardín la hija de Edwards, se encontraba en el jardín trasero. No era más que una sombra de la niña que recordaba; ahora, una joven de unos diecisiete años, de mirada profunda y serena.

Valeria regresaba a la casa, absorta en sus pensamientos, cuando notó el coche fúnebre y el movimiento inusual en la entrada. Sus pasos se aceleraron y sus ojos se abrieron con sorpresa y miedo. Al ver el ataúd, su rostro palideció, y por un instante, parecía que el suelo se abría bajo sus pies.

Martha, la nana que había cuidado a Valeria desde pequeña, salió apresuradamente de la casa al notar la conmoción. Su expresión era de confusión y preocupación. Al vernos con el ataúd, entendió inmediatamente lo que había sucedido, pero le costaba aceptarlo.

-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Martha con voz temblorosa mientras se acercaba a Valeria y la rodeaba con un brazo protector.

Jovanny llamo a dos de los guardia para que ayuden con el ataúd, me acerqué a ellas con la cara seria, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Miré a Valeria directamente a los ojos, mis propios ojos llenos de compasión.

-Valeria, lo siento mucho... -Expresé con un nudo en la garganta-. Tu padre ha fallecido, tubo un accidente de auto esta mañana. Sin embargo el me confesó antes de morir que el accidente fue provocado.

Valeria me miró incrédula, su mente intentando procesar la información. Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.

-No puede ser... -susurró, su voz quebrada por el dolor-. ¿Cómo pasó esto? ¿Quién le haría algo así?

Jovanny, tomando la iniciativa, se acercó a ella y puso una mano reconfortante en su hombro.

-Vamos a descubrir quién hizo esto, Valeria, Prometemos encontrar a los responsables y hacer justicia. Pero por ahora, necesitamos ser fuertes y prepararnos para despedirnos de tu padre de la mejor manera posible.

Martha, con lágrimas en los ojos, asintió y tomó a Valeria de la mano, llevándola hacia la casa.

-Ven, querida. Necesitas descansar y estar con tu familia. Nosotros nos encargaremos de todo lo demás.

Mientras entraban a la mansión, Jovanny y yo intercambiamos una mirada de determinación. Sabíamos que la búsqueda de la verdad apenas comenzaba, y que proteger a Valeria sería una de nuestras principales prioridades en los difíciles días que se avecinaban. Quizás tendré que contratar más guardianes y Guarda Espaldas para protegerla.

Seguir leyendo

Otros libros de Exaly

Ver más
INFIELES

INFIELES

Romance

5.0

Durante mucho tiempo creí que mi vida sería un jardín de rosas. Imaginaba días soleados, perfumados con el dulce aroma de la felicidad, y noches adornadas con estrellas que iluminarían mi camino. Sin embargo, la realidad me presentó algo muy diferente. En lugar de pétalos suaves, encontré espinas que se clavaban en mi piel, hiriéndome no solo por fuera, sino desgarrándome el alma con cada paso que daba. Mis ilusiones se desmoronaron una a una, dejándome sola en la oscuridad que nunca busqué ni deseé. Esperaba que mi existencia estuviera decorada con luces de alegría, pero, en cambio, me encontré atrapada en un pozo profundo de dolor y decepción. Vivía como una prisionera en mi propio infierno personal, donde cada decisión que tomaba parecía pertenecer a alguien más. Era como si todo lo que hacía estuviera diseñado para complacer a otros, para cumplir con expectativas que jamás me dieron la oportunidad de ser yo misma. Me sentía como un títere, forzada a mostrar sonrisas vacías, mientras por dentro mi alma se ahogaba en lágrimas que nadie veía. Cada sonrisa que esbozaba era una máscara, una fachada para ocultar el sufrimiento que me consumía poco a poco. Pero, con el paso de los años, algo cambió. En medio de esa oscuridad constante, una pequeña luz comenzó a brillar. Fue sutil al principio, casi imperceptible, pero poco a poco fue creciendo. Lo vi de nuevo, y fue como si el tiempo se desvaneciera y regresara a ese primer encuentro, cuando mis sueños aún estaban intactos. Su presencia me devolvió algo que creía perdido para siempre, la esperanza. Fue como si, en medio de mi desolado jardín de espinas, empezaran a brotar pequeñas flores, tímidas pero llenas de color. Mi corazón, herido y cansado, comenzó a creer que quizás, después de todo, las sonrisas que tanto había fingido un día podrían ser genuinas. A pesar de este destello de esperanza, no puedo engañarme a mí misma. La luz que vi en él, la paz momentánea que sentí en su compañía, puede no ser más que un sueño efímero, un espejismo en el desierto de mi realidad. Porque, desafortunadamente, mi vida sigue siendo lo que siempre ha sido, una lucha constante entre lo que deseo y lo que me ha tocado vivir.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro
Mi Pequeña Esposa.
1

Capítulo 1 Llamada inesperada.

08/09/2024

2

Capítulo 2 Tristeza.

08/09/2024

3

Capítulo 3 Sorpresas.

08/09/2024

4

Capítulo 4 Acoso.

08/09/2024

5

Capítulo 5 Desesperación.

08/09/2024

6

Capítulo 6 Joselyn Regreso.

08/09/2024

7

Capítulo 7 Mi prometida.

08/09/2024

8

Capítulo 8 Promesa, por cumplir.

08/09/2024

9

Capítulo 9 Secretos ocultos.

08/09/2024

10

Capítulo 10 ¿ Qué fue eso

08/09/2024

11

Capítulo 11 Nerviosa.

08/09/2024

12

Capítulo 12 Casados.

08/09/2024

13

Capítulo 13 Viaje.

08/09/2024

14

Capítulo 14 Besos.

08/09/2024

15

Capítulo 15 Me gustas.

08/09/2024

16

Capítulo 16 Detenerme.

08/09/2024

17

Capítulo 17 Eres Irresistible.

08/09/2024

18

Capítulo 18 Aceptando la realidad.

08/09/2024

19

Capítulo 19 Alergica a las Almejas.

08/09/2024

20

Capítulo 20 Entrando a la Universidad.

08/09/2024

21

Capítulo 21 Joselyn Embarazada

09/09/2024

22

Capítulo 22 No creó que este embarazada.

09/09/2024

23

Capítulo 23 Aclarando las mentiras de Joselyn.

09/09/2024

24

Capítulo 24 Otra dolorosa pérdida.

09/09/2024

25

Capítulo 25 Entregandome por amor.

09/09/2024

26

Capítulo 26 Enamorado.

09/09/2024

27

Capítulo 27 Ella se ha ido.

09/09/2024

28

Capítulo 28 Soy otra.

09/09/2024

29

Capítulo 29 La encontre.

09/09/2024

30

Capítulo 30 No, puedo resistirme.

09/09/2024

31

Capítulo 31 Celos

09/09/2024

32

Capítulo 32 Regresando a mí País.

09/09/2024

33

Capítulo 33 Infidelidad.

09/09/2024

34

Capítulo 34 Desconfianza.

09/09/2024

35

Capítulo 35 Defraudado.

09/09/2024

36

Capítulo 36 Disfrutando mi vida.

09/09/2024

37

Capítulo 37 Pasión y discusión.

09/09/2024

38

Capítulo 38 No pienso dejarlo.

09/09/2024

39

Capítulo 39 Tentación.

09/09/2024

40

Capítulo 40 Miedo.

09/09/2024