Palacio de santo.
Una hermosa joven está arrodillada sobre el altar el velo blanco cubre su rostro mientras que el agua bendita se envuelve sobre su cuerpo.
—Alessandra Carson es oficialmente la santa del palacio de los santos—gritó un hombre de mediana edad de traje blanco.
Todos se levantaron de sus lugares aplaudiendo a la hermosa figura que se levantó.
—La santa es tan extraordinaria.
—Nuestro imperio vanat será más próspero con nuestra santa del palacio de los santos.
—El palacio de los santos es muy poderoso.
Susurraron mirando con admiración a la joven de vestido blanco puro.
—Mis padres no pudieron venir a la ceremonia incluso mi persona preciada tampoco vino—pensó Alessandra bajando la mira jugando con sus manos.
En ese momento unos pasos se escucharon, Alessandra que observa el suelo sintió una sensación en su corazón que no pudo evitar levantar la mirada abruptamente.
—¡Es él!—Pensó mientras bajaba los escalones con lentitud.
El joven tiene una apariencia tan profunda exudando un temperamento tan noble, las comisuras de sus labios se levantaron con una expresión tan cálida como los rayos del sol no puedes evitar querer acercarte, estiró sus brazos mirando con atención los hermosos ojos negros de Alessandra.
—¡Damián!—gritó Alessandra dejando su lado noble corriendo hacia sus brazos.
Los dos se abrazaron de manera cariñosa sin importar que los demás hablarán mal sobre sus acciones.
—¡Mi Alessandra te extrañé tanto!—Susurro en su oído como una melodía hipnótica.
Alessandra se separó un poco mirando con una sonrisa tan hermosa aunque nadie puede ver esa sonrisa extraordinaria Damián si pudo notarlo.
—¡Feliz cumpleaños! Hoy tienes 16 años—dijo Damián sosteniendo su cintura.
—Sabía que no lo olvidarías, ven vamos hay que huir de este lugar—susurro sosteniendo su mano.
Los dos salieron corriendo sin importar las miradas de los demás.
Ambos llegaron hasta una colina donde se sentaron mirando uno al otro.
Damián se acercó más hacia Alessandra tocando el velo con delicadeza hasta quitarlo de su rostro—eres más hermosa—hablo tocando sus mejillas.
—¡Tú eres más guapo!—Susurro Alessandra sosteniendo su mano
Los dos se rieron soltando la mano del otro para luego mirar el atardecer.
—Damián ¿aún recuerdas nuestra promesa de cuando eramos niños?—preguntó con cautela.
—¡Jamás la olvidaría! Solo me casaré con Alessandra mi amor único siempre serás tú—murmuro sostenido su mano.
—Disculpe ¿este es el lugar donde me llevará al palacio santo?—preguntó una voz dulce detrás de ambos.
Damián volteo a mirar atrás al ver a la joven parada detrás se sorprendió tanto que se levantó abruptamente.
—Damián ¿qué sucede?—preguntó Alessandra levantándose, miro hacia la dirección en la que se encuentra la mirada de Damián al ver la figura se sorprendió tanto—¿Quién está chica? ¡Es muy hermosa como una hada!—pensó mirando detenidamente su apariencia.
La joven lleva un vestido rosa pálido su cabello rubio se balancea con el aire su piel tan blanca como la nieve es tan hermosa que nadie podría evitar acariciar su piel es como un ángel único y extraordinario.
—¡qué hermosa!—pensó Damián acercándose hacia la joven de manera inconsciente.
La joven al ver su acción se rio, pero su sonrisa era tan hermosa que cualquier pudiera enamorarse sus ojos verdes son tan únicos que te pierdes en ellos sin darte cuenta—El joven maestro ¿me podría llevar al palacio de los santos?—preguntó con dulzura.
—será un placer, Alessandra hay que acompañar a esta joven debe estar perdida—dijo Damián mirando con una sonrisa.