El señor y la señora Morgan: son dos empresarios multimillonarios, que en la vida lo han tenido todo, a manos llenas, solo le faltaba lo que más deseaban y parecía no querer llegar “los nietos”
Sus hijos ya eran mayores de 30 años y ninguno había conseguido tener un hijo. Su deseo se convirtió muy rápido en una obsesión, pues la familia del prestigioso y respetado empresario Emilio Morgan, eran muy pocas en número y su esperanza estaba puesta en su hijos.
La familia Gardner: eran reconocidos por negocios internacionales. Esto le daba un muy buen estatus social y lo más importante, era una familia numerosa y tenía gran cantidad de hijos. Para Claudia, fue como una luz en el camino, así que sin perder más tiempo arregló una boda por contrato con Ada Gardner, la ambiciosa y descontrolada esposa de Massimo Gardner: un militar retirado que suple con uniformes bordados a manos al batallón que no parecía querer abandonar nunca. Cómo fue tomado como algo conveniente, en mutuo acuerdo decidieron unir a Ava con Louis en matrimonio, cuando apenas ella cumplía 18 años.
Ava Gardner: era delgada, sus ojos grises y mirada apagada, ella tenía una larga cabellera, abundante y oscura, cuerpo esbelto y bien definido, por su edad se veía muy pequeña, pero eso no le quitaba ese brillo y hermosura única.
Su padre no la quería, debido a que no se parecía a él para nada y siempre repetía que no era su hija, y por esto, la noticia de la boda a su corta edad, fue música para sus oídos.
La entregaron en matrimonio en una ceremonia privada. Ava estaba hermosa en su día de boda, pero al ser tan joven, su marido la veía insignificante y jamás posó en ella su mirada.
Él se divertía en night clubs y discotecas. Jamás buscó la manera de engendrar el heredero que tanto anhelaban sus padres, pues todo lo que tenía que ver con compromisos y familia, a él le resultaba aburrido.
Él era un pelirrojo de estatura alta y ojos claros, de lejos se podía ver su masculinidad. Las mujeres soñaban con él, pero solo pasaba una noche intensa y era muy difícil que volviera a suceder, pues tenía su propio lema “Solo una noche”
Tenía un hermano paralítico, que fue elegido como mejor amigo y consejero de Louis. Solo con Steven encontraba la paz. Aunque eran muy diferentes, sentían un amor inmenso el uno por el otro.
Steven se encontraba en silla de ruedas, pero esto no le quitaba lo interesante y hermoso: él era pelirrojo, con ojos grandes y un hermoso rostro, se mantenía en casa por miedo a ser burlado como lo había sufrido durante la High School. Pero a diferencia de su hermano, él era un romántico empedernido.
La señora Claudia y Emilio eran un matrimonio admirable y envidiable, pues se mantuvieron juntos como familia a pesar de las fuertes dificultades que se le presentaron en el trayecto.
En vida, decidieron repartir la mitad de los bienes a sus hijos y tenían decidido, que todo lo que aún poseían sería destinado a su primer nieto. Esto, buscando llamar la atención de su hijo Louis, pero parecía no estar dando resultados.
Él se la pasaba fuera de casa todo el tiempo, asegurando que se trataba de viajes de negocios, pero Ava sabía muy bien que solo estaba divirtiéndose y acostándose con todas las putas que se le podían atravesar.
—¿Estás lista para esta noche? —se acercó su amiga Yuli con gran entusiasmo.
—Esta noche Louis desea que nos reunamos y dijo que hoy cenamos juntos en casa —Ava se sentía muy positiva y eso se pudo apreciar con una muy marcada sonrisa.
—¿Qué? ¿Ha regresado y desea verte? —Ava asintió con evidente alegría en su rostro.
Desde que se enteró de su matrimonio con ese hombre fue feliz, pues él siempre había llamado su atención y se convirtió en su amor platónico. Solo que él nunca la miró y durante 3 años de matrimonio, se mantuvo de viaje y ocupado. Así que nunca intimó con su esposa y aún no se había consumó el matrimonio.
—No entiendo con la facilidad que dices amar a ese hombre tan frío, ¿Estás ciega? ¿No sientes el desinterés que siempre ha mostrado?
—Soy su esposa Yuli, esto me obliga a amarlo.
—No eres su esposa, solo eres el adorno de esta casa. ¿Te parece posible que aun después de tres años continúes siendo virgen, ya que a él no le ha dado el deseo de tocarte?
—He decidido que esta noche me voy a meter en su cama.
—Ava. Ya no eres una niña ¡Mírate! Eres hermosa. Cualquier hombre estaría dispuesto a amarte e intentar hacerte feliz. ¡Basta de mendigar amor!
Ava inició a caminar sin prestarle atención a sus palabras —Pero mi corazón lo ha elegido a él.
—¿Qué harás si te continúa despreciando?
Ella con gran angustia en su corazón respondió —Soy su esposa y mis padres me advirtieron que tengo que permanecer a su lado.
Yuli al escuchar a su amiga había determinado que era un caso perdido y que seguir insistiendo no cambiaría nada —Soy tu amiga y quiero que sepas que estaré disponible para ti en todo momento. No importa la hora ni la dificultad.
Ava suspiró pesadamente —Mis padres no me perdonarían si pierdo esta oportunidad que tanto los ha estado ayudando.
—Amiga. Es hora de pensar en tu felicidad, ellos tienen más hijos ¿Por qué sacrificar a la menor? ¡Jamás entenderé el supuesto amor! No puedes llevar esa carga, no me parece nada justo.
Ava sentía deseos de llorar, pues su frustración era muy grande y solo tenía la esperanza puesta en la noche en la que le entregaría su virginidad al hombre que la desposó y robó para él su corazón. —Estoy atrapada amiga. Atrapada en el desamor.
—Bien amiga, intentaré entender que estás embobada, pero por lo menos has estado haciendo algo para tener dinero.
Ella la miró con ojos redondos —No.
—¿Estás loca?
—Soy la esposa de un hombre poderoso. Aun después del divorcio debe darme la mitad de sus bienes. Yo he invertido el tiempo en otra cosa. Ella se paró frente al espejo y admiro su reflejo—Me dediqué al gimnasio y busqué en mí a la mujer que él desea, también me volví experta en algunas cosas que sé muy bien que a él le encantarán.
Yuli colocó sus ojos en blanco —¿De verdad piensas que ese hombre lo vale? No puedo negar que es extremadamente sexy y atractivo, pero lo mismo tiene de déspota, frío y malvado.
—Ya soy su esposa y no es mucho lo que podré cambiar.