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Eiza... La venganza de la dimensión

Capítulo 3 Incertidumbre y pálpitos

Palabras:1737    |    Actualizado en: 13/01/2022

cío que sentía por un lado, y las palpitaciones de mi latido cardíaco, p

erdonarlo porque lo conocía lo suficiente como para saber que eso, como todo lo demás, tenía una explicación y una razón... solo esperab

el espacio vacío que mi hijo había de

or un ultrasonido transvaginal, que habían otro dos bebés dentro, comprobaron que no quedaban restos del otro embrión y me

llí, en aquel asiento de aeropuerto y sintiéndome observada por aquellas dos personas de ojos

óptero a la isla, como en la ocasión anterior. Solo que esta

e en mi estado me había aventurado a aquella travesía sórdida y peligrosa; pero de la que no tenía opción de escapar y no

de crímenes, que recaían sobre la cab

al hospital y una semana después se apareció en la casa de su nue

ches previas a sus desapariciones. Una de ellas, era la enfermera de un hospital infantil,

ellos, que no eran otros que los Douglas y Carter, habían entregado toda la información de la nueva situación a ese

perativo, y esa era la única cosa que me daba vestigios de confianza, para meterme

venganza, c

r los paramilitares y allí, me esperab

fotos de las desaparecidas, para que las pudiera identificar cuando entra

espondió sin demasiado interés —No necesitas más q

que no me agradaba. Me observaba demasiado alt

a entendí por qué, pero Carter coincidió, en que era lo mejor. Que una vez acabada la colaboración, ellos nunca más me molestarían porqu

taba mirando, y pensando en lo que m

có ella, ofreciéndome un dispositivo para comunicarme con ellos y por último, sacó un arma que me mostró en su mano abierta. Cuando fuí a tomarla se retiró hacia atrás, apartando el equ

brada y ajustando mi cinturón bajo las palabr

tiene implantada la nueva cámara y las imágenes se enviarán en automático,solamente alzando este pétalo —me indicó levantando una esquina de la f

lo, que había sido dañado cuando la explosión y que hoy me lo entregaban reprogramado, volvien

alí por toda la pista caminando hacia un coche que me

te sencillo y sandalias a bajas a juego. Además de mi incertidumbr

para mí. Sobre todo por los viajer

regunté mientras le entre

on aquellos misteriosos y conocidos ojos azules —hubiese sido un placer viajar contigo, pero al pa

ción le ofrecí, me besó el dorso sin dejar de mirarme y su hermana me lanz

nocer allí, debía respetarme justamente por portarlo,y la confusión de mi matrimonio no era buena çarta de presentación —supongo que si van a la di

ose muy seria y él, sonr

no paraba de decirme que aquellos

elincuentes, pero es que nadie allí lo t

lo que iban a hacer a la isla y no les tenía fe, a personas

podía entender qué

arte, y no tenían aspecto de depravados. Y por otro lado, las opciones solo me

por suerte estábamos aterrizando, pues los ca

pues esos dos nuevos activos en nuestra plantilla, debía

entras tomaba mis maletas para volver a recorrer el cam

orprendió sobremanera —quiero conocerte más y supongo que por la manera de mirarm

olvió a guiñarme el ojo y supe, que no podía declinar su oferta d

sté con atrevimiento en el tuteo —de cualquier f

lón de la casa frent

e sabía más de lo que yo misma sabía y me estaba d

más, y salí de allí as

os pálpitos del principio de mi travesía hasta aquí, por

mí, en sus hijos, en nosotros. Y sobre todo, me moría p

zo y me pegaron a una pared, donde una boca se clavó en

mpo sin ver

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