El Remordimiento del Multimillonario, La Venganza de la Heredera
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ás poderosa de la costa este. Lo que no sabía era que nuestro matri
o era la fecha de nuestra boda ni nuestros cumpleaños. Era el 14 de
abía nada de mí, ni un solo rastro de los cinco años que le había entregado. Cuando me encontró, aplastó el relicario de el
apellido o su dinero. Pero fue peor que eso. Trajo a Isabella de vuelta, le dio mi puesto en la fundació
la montara una escena para hacerme ver como una loca celosa y desquiciada. Me g
ié una copa de champaña sobre la cabeza fr
a y le envié los papeles de separación. Esto
ítu
Caterin
a, era un asesino, un rey, el Don de l
de bodas, era que todo nuestro matrimonio era un
sentía completamente suya. Madera oscura, el aroma a cuero viejo y
e nunca debía
como de costumbre. Nuestra cena de aniversario, la que pasé
libro encuadernado en cuero en el es
tómago, un susurro de intuición que ha
ría giró hacia adentro con un suave clic, reveland
s, pero se suponía que eran secretos de negocios: números
umérico bril
o. Pero fue rápidamente ahogada por el sabor amargo de cinco años de soledad. Cinco años de
as tecleaba la fecha de nu
ños. ACCES
ños. ACCES
escapó de mis lab
ado por casualidad hace dos años, uno de sus Capos hablando en un tono bajo y rever
quilada. El día en que su primer amor, la chica co
me heló. No
on solos, tecleando
te se abrió
entro, sobre un lecho de terciopelo negro, ha
riendo, tan llenos de una vida que nunca había visto en él que dolía mirar. Había fl
o a mí. Le prometía el mundo. Le prometí
neciera. Una foto de nuestra boda. Una nota que le hubiera
ra un fantasma en m
a del estudio abriénd
stantería abierta, la caja fuerte abierta, la caja en mis manos. Su hermoso rost
era baja, poseyendo la calma mo
ropio rostro entumecido.
s en el aire, extrañas e imposib
nzó y me arrebató la caja de las manos. Sus dedos se cerraron alrededor del relicario de
en los pantalones, s
sprecio, como si mi corazón roto fuera un berrin
i voz firme.
ramática, Caterina. Te llevaré a Sicilia
. Pensó que podría borrarla a ella, bor
abó",
pió. La máscara cay
tó, una sonrisa cruel tocando sus labios. "¿Sin m
ta y salió del estudio, dejando que la
z en cinco año
la intención de darme su corazón