Reemplazo por una Sustituta Embarazada
ía
na más observadora en la habitación. Interpreté mi papel a la perfección. Era la prometida frágil, invidente
tó con una luz a los ojos, y me obligué a no respingar, a no dar ninguna indicación
l. Yo estaba justo dentro de la puerta del dormitorio, fingiendo buscar un cepillo de
hielo, ver... ¿qué? ¿Al hombre que amaba mimando a otra mujer? ¿La vida que me robaron? La esp
único objetivo era sobrevivir las próximas semanas hasta que el plan de Darío es
baja y fría desde el pasillo, ajeno
momento, atónito. "¿Qué? Alex, durante ci
riantemente preciso. "Su ceguera... es mejor así. Para todos. Camila ya ha ten
o años, había colgado la zanahoria de la recuperación frente a mí, todo mien
on a su alrededor, apretando tan fuerte que los bordes afilados de los diamantes pavé se clavaron en mi palma.
me dejó débil. Choqué con la gran foto de boda enmarcada en mi tocador, un retrato de tamaño natural de Alex besan
e me ahogaba en sollozos silenciosos y desgarradores. El duelo era algo físico, un monstruo arañando para salir de mi
de Alex, una máquina de la que una vez se jactó que podía destruir secretos corporativos. Alimenté nuestros rostros son
ino desde la puerta. "¿Qué
ena ceguera. "Solo deshaciéndome de algunos arc
o me resulta familiar...", murmuró, pero su atención ya se es
steniendo un enorme ramo de lirios. "¡Feliz cumpleaños
una flor a la que soy violentamente alérgica, llenó el aire. Me do
ada de falsa preocupación en su rostro. Me tapó los ojos c
Allí, sobre la mesa, había un pastel de cumpleaños.
amila alegremente. "Espero que t
brazo. "Eres tan considerada, Cami". Se
pulmones ardían, mis ojos se sentían como si estuvieran en llamas.
lió, fue aterrado
mi cumple
ó. "¿Qué? Por su
uestro hijo. El hijo que perdí mientras estabas en Tokio, cerrando un trato. Y
azada por un destello de reconocimiento horrorizado, de culpa. Por una fracción de
e habí
impostora y el fantasma de nuestro hijo muerto. No necesitaba ver s
to a mi cama, su silueta oscura contra la pálida luz de la luna. Me había estado
a falsa. "Lamento mucho lo de ayer. Yo... no s
do un concierto privado en el jardín, un cuarteto de cuerdas tocando mis piezas favor
é su toque. Dejé que
u paciencia agotada. "Como quieras". Me levantó en sus brazos, ignorando m
e nocturno frío contra mi fino camisón
onrisa teatral en su rostro. Pero mis ojos no estaban
grueso abrigo forrado de piel, sus manos demorándose en su cintura. "¿Tienes suficiente ca
Cada palabra era
. "Estamos bien, Alex. Ahora, ¿est
tico, quitó la cub
to. Sus ojos, brillando como brasas en la penumbra, se fij
¿no es magnífico? Camila lo arregló tod
a mujer ciega. La crue
o al tigre. "¿No es he
fija en mí, su cuerpo tenso, listo pa
a una e
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