Bajo el manto de la venganza
ón de su atuendo. Su mente seguía trabajando a toda velocidad, preguntándose si todo lo que había ocurrido en los últimos días no era más que una pesadilla. ¿Cómo podría ser posible que un hombre
gredientes, pero al instante notó la tensión en su rostro. Sabía que, al igual que ella, su madre adoptiva
, con una voz algo apagada. Sabía que este dí
no había podido dormir. Se pasó la noche dando vueltas en su cama, con la mente llena de dudas y pensamientos contradi
a palabra, los ojos fijos en la carretera. Lucía, por su parte, observaba las edificaciones a su alrededor, notando cómo los grandes edificios de oficinas y comercios daban paso a otros más antiguos y tradicionales. Cuando llegaron a la direc
speraban en la recepción, Lucía no podía dejar de sentir una presión en el pecho. No sabía si estaba emocionada, asustada o
bía más que una mesa de cristal, un par de sillas cómodas y algunos libros sobre derecho apilados en una esquina. Lucía no pudo evitar sentir
sto? -preguntó Lucía finalmente, ro
más vulnerable. Era como si, en ese momento, la carga del pasado y la
al pronunciar la palabra "padre"-. Nunca hablamos de él. Fue una parte de
e alto y delgado, con un traje oscuro perfectamente ajustado. Su presencia era imponente, p
extendió la mano con una sonrisa profesional-. Soy Juliá
ue cálida, era firme. En ese momento, Lucía comprendió que este hombre tenía el control de la s
sillas que estaban frente a su escritorio, y Lucía y Ca
o podía concentrarse del todo en sus palabras. Solo había algo en su me
dades. -Julián le entregó un sobre con varios documentos, que Lucía tomó con manos temblorosas-. Esto incluye tanto bienes inmuebles como inversiones en varias empre
ni siquiera sabía su nombre le dejara tal cantidad de bienes. Pero, al mismo tiempo, una sensación extraña la invadió. ¿Qué tipo de hombr
l desconcierto en el ro
isiones adecuadas. -Hizo una pausa, asegurándose de que Lucía estuviera procesando la información-. La única condición es que, como heredera, usted debe tomar control de la administr
una película. ¿Ella, la única heredera? A pesar de que entendía lo que
Yo nunca conocí a mi padre. ¿Por qué me dejó todo esto? ¿Por qué no
es reflejando un conocimiento profundo
echo de que no haya estado en su vida, de que nunca haya tenido contacto con usted, fue en parte una decisión de su padre, quien, por razones personales y familiares, optó por mantener su
vida había tenido su padre para estar rodeado de tantas som
esto? -preguntó Lucía, mirando a Carm
ncertidumbre de su hi
ncontrar las palabras-. Hubo razones que nunca pude cont
da que se reflejaba en su rostro. Este encuentro no solo le traía respuestas sobre su padr
Larios
ucía. Pero ahora, usted tiene la oportunidad de
e había conocido hasta ese momento estaba a punto de cambiar, y aunque no sabía exactamente qué sig