La sumisa del Ceo
y ahí estaba Ares,
cido por la sorpresa y la desesperación, traté de articular cualquier palabra que pudiera funcionar como
gustado tener la fuerza en mis piernas para poder levantarme y correr
n alerta, incapaz de obedecer las
que aterrizaron en el cinturón que sostenía en una mano,
cura e impenetrable y la cabeza de la serpiente tatuada en su pecho... t
rente a mí. Descansó los brazos tranquilamente sobre sus muslos, balanceándose sobr
culado para aumentar la excitación que ya parecía
mente torpe, sintiendo mi
discreto, y luego en la comisura de sus
y vi su pulgar derecho deslizarse sobre el cuero n
miento, hipnotizada, antes de que f
rieran que estaba espiando a un huésped. Ya
mo si Ares fuera un depredador d
ra su
do divertirse casi sádicamente con mi incapacidad de
ludable que mi corazón latiera tan intensamente, pero la f
ogada por la adrenalina, y esa era to
ca cosa coherente que pude articular,
aparición cuando se humedeció los labios,
l pulgar lentamente sobre el cuero del cintur
con cada cosa que me decía, pero no puedo negar cuánto me angustió la rev
er por qué me dejó observarlo du
an a descender, atentos a la forma amenazadora
... te disté cuenta?
e metal golpeara el piso de madera de forma sonora, lo que me hizo levant
, indicando que el movimiento an
, en un tono severo que anulaba cual
asintiendo d
on un tono un poco más lig
a la más absoluta certeza de que él sabía exactamente lo que yo estaba haciendo allí. No me refiero a haberle
ba y, entonces, elegí la verdad
minar esa oración, así que comencé de nuevo, aun sintiendo que mi corazón po
endido por la respues
ar ese tipo de cosas de una mujer, pero tal vez
do? -Fue lo único que preguntó, a pesar de to
no sabía responder, así que me quedé
jo, ante mi prolongada ausencia de
me un tiempo para pensar, pero Ares ya parecía
avivando la certeza de que ya sabía que yo estaba allí durante el t
eé, at
e mi cuerpo, pero no era vergüenza. Era algo más, alg
de Alice todavía en mi man
me, dejando en claro que no acep
beza de arriba a abajo
sonrisa, pero satisfecha y
apaz de volverme loc
lamé, un po
mi á
e después de haber sido embrujada por esa sonrisa,
le, su mirada oscura se
y sus ojos bajaron len
ando con otra sonrisa torcida en sus labios. Y mis ojos se abrieron aún más al percib
-Completó, haciéndome sentir mi rostr
a pequeña manija construida en la puerta, todavía
ir lo último, hizo que escuchara como le poní
ntir la vergonzosa humedad que se
nunca antes. No fue solo conmoción lo que sentí
escrita por Alice, sabiendo que su destino sería la basura. Ell