EL DOLOR DE LA CEO
ente y se vio de nuevo en
ni un segundo más, estar ahí le recordaba qu
en su mente como si estuvieran allí junto a ella los extrañaba demasiado se
papando las almohadas en silencio , su alma estaba rota
una bandeja en sus manos.- Hola, Bady - murmuró c
rarla. Apenas movió la cabeza mirando para otro lado,
-susurró, con su mirada fija en el techo, como si ese vacío q
tenía que tener paciencia con su hermana, ella había pasado semanas en coma
ue hablara, todo ha sido en vano, p
e necesita y no entiendo muchas cosas de lo que toca hacer, además falta revisar los nuevos pro
uria que reflejaba en su mirada, ella con un movimiento brusco, empujó la bandeja que la hizo caer al suelo. El plato se rompió en m
uir, no quiero hacer nada, no quiero comer, solo quiero desaparecer. Las palabras
a y no perderla con Bady, trato de calmarse y
o con su expresión dura y firme. Había ido a ver
ojos demostraban las ganas que tenía de llorar Pero tenía que ser fuerte po
ando como loca, que los médicos ent
que sentía en su corazón se había calmado un poco, se sentía
a adelante, y su respiración era profunda, como si tambié
ue su hermana había estado con ella desde el accidente, enfrentando
lma y en su propio corazón, al contrario, recordaba la tragedia d
ó los ojos lentamente, aún se veía el rastro de sus
acariciando la mano de su hermana -.
a que sentía era difícil de describir y el simple
s mejillas húmedas por su llanto apenas en un susurro -¿para qué? Si ya no tengo nada en
as palabras. Sabía que Bady estaba devastada, pero también entendía que necesitaba en
bró ligeramente -. No hay un solo momento en el que no piense en ellos, en los momentos que compa
o, porque ellos eran mi vida entera, mi complemento, mi razón de vivir. Ángel era mi pequeño bebé con
ras de Bady la, lastimaban ella entendía que prov
os -. ¿Me tienes a mí?. Sé que no soy ellos, ni siquiera puedo reemplazarlo
mundo. Si tu también te vas... Se d
i a sentirte mejor , pero por f
inua