MI JEFE ES UN OGRO
S DES
do, Vladimir intentaba disimular su incomodidad, jugueteando con un bolígrafo. La tensión en el aire era palpable, y no solo por la reunión que estaban
-susurró Vladimir,
y la actitud de Vanessa solo empeoraba las cosas. Era una mujer que se creía superior a todos en la
ia que llenaba la oficina. Era un hombre de mediana edad, con una mirada
asiento en su silla de cuero. -Espero que est
a reunión. Sin embargo, su mente seguía divagando hacia Milena , quien ahora debí
genes de Milena, su risa, su dedicación al trabajo y la forma en que intentaba ver lo positivo en cada situación. Llevaban un mes en la empresa y ya conocía a sus compañeros de trabajo habían unos que se esforzaban por hacer las cosas bi
cina y se dirigió hacia la zona de trabajo, donde la encontró en un rincón, limpiando su escritori
erdad-dijo David, acercándos
ta, sorprendida, y
pueda manejar -respondió con un tono optimista,
trate así. Es injusto -dijo David,
mbros, como si intentar
s más importantes en las que concentrarse -dijo, pero su voz estaba un poco ap
onmigo -ofreció, sintiendo qu
su rostro. Era un pequeño gesto, pe
ás de lo que crees -respondió, y por u
iéndose un poco fuera de lugar, sentía rabia al verlos sonr
, interrumpiendo el mome
intiendo que era el momento de al
ijo, aunque su mente
o cansado , -¿dónde está Vanessa? -p
afés que usted le pidió , ella quiere que todo se lo haga M
ficina esto no lo aguanto más , -gritó, pero el
estaba de pie, con una expresión de determinación en su rostro, y eso le dio u
a y en cómo podría ayudarla a lidiar con la pesada de Vanessa que no le hacía fácil su entorn
interior. Decidió que no se quedaría de brazos cruzados mientras alguien como Milena era mal
que lo miró con desdén. Pero en lugar de dejarse
ngas un buen día -dijo, con u
abía tomado la decisión de ser un aliado para Milena, y eso era más im
el aire, una promesa de cambio. Y mientras observaba a Milena desde la distancia, supo que estaba listo para en
dió la oportunidad -¿Te gusta Milena? - preguntó
olo que me hace recordar como no
inua