EL CEO Y SU ASISTENTE PARALITICA
años
go Del
recuerdos del pasado aún me atormentan
que ella dejó en mi ser.Seguía aferrado a mí como una sombra que no podía quitarme de encima. Su traición, me había marcado ya
proches de mi padre. Sus constantes peticiones para que volviera habían sido una fuente de discusiones entre nosotros. Pe
recorrer la ciudad, visitar los sitios que alguna vez compartí con mis amigos de la universidad. Pero mis plane
imero que dijo, sin siq
ble, aunque mi corazón palpita
cortante-. Santiago, por fav
por unos segundos, tratando de procesar la frialdad de sus palab
samientos. Él es mi único amigo, uno de los que no había traicionado m
e una vez para la empresa -Comente, con un susp
ntamente-. Con una sonrisa, la verdad no es
frentar esto sol
niños , y sabía que no había necesidad de decir más. Con un abrazo y
aían de un pasado que trataba de olvidar. Al llegar al frente del gran edificio, potente y majestuoso sentí un nudo formarse en mi garganta. No solo por lo
pcionista me dedic
u oficina, señor Santiago -me
la de resignación y determinación. Al llegar al pis
se escuchó con la misma auto
e fuerte y rigoroso. Tampoco no había envejecido tanto como esperaba, pero se le veían las líneas del cansan
volver a casa de nuevo-.Para ser honesto, no estoy seguro de que haya un solo motivo, papá -resp
años, pero necesito que mi único hijo esté al frente, alguien
en la boca al decirlo-. ¿Vas a seguir a querer mete
go raro en él-. Es cuestión de responsabilidad. Esta empresa
o dije antes de poder detenerme, la ra
ondería con la misma dureza de siempre. Pero en
-dijo finalmente-. Solo quiero que encuent
gran señor Bruno Del Monte hablar así. Pero antes de que
-respondió
l mar, en una silla de ruedas. Llevaba una carpeta en sus piernas y un air
ocumentos que me pidió revisar
. Te presento a
aron. Había algo en su mirada, hizo que mi corazón y todo mi s
erte -dijo, ente
o. Era cálida, firme, y por un momento, sentí u
en el próximo proyecto -intervino
su postura profesional-. Santiago, estaré a t
ntiendo cómo el ambien
la oficina, dejándonos
de ella ,-dijo mi padre, rompiendo la tensi
pensando en la breve conexión
y responsabilidades. Amelia resultó ser no solo eficient
unos proyectos en su oficina, Amelia se quedó en sil
hace cuatro años? -preguntó de
o de desviar la conversación-. No
ncierras en ti mismo -dijo, cruzándose de brazos-. Eres un hombre increíbleme
años. Sin querer, le conté mi historia con Laura, de cómo me había traiciona
dijo Amelia, tomando mi mano
ré-. He tratado de d
ada vi una comprensión que me sorprendió-. T
que aún no sabía cómo hacerlo, sentí que, por primera
un poco con mi regreso. Nos encontramos trabajando juntos, compartiendo i
documentos, se detuvo y me miró con
do duro contigo -dijo, su voz quebrándose li
tiendo un nudo en la gargan
ue un silencio cómodo, uno que marcaba el
o de tu abuelo -dijo mi padr
inua