No voy a perderte
a mañana, lo de anoche y todo
señor César la ame, sé lo buena mujer que ha
hij
de pensar en
maleta lista, ¿cómo su
l señor ha
fas oscuras del cajón don
es por nada de eso Carmen, el viaje era para él y su amante, se le vino abajo la mentira porque me encontraba e
eblo se tiene la creencia que el matrimonio por la iglesia está
verdadero amor
, créame, no comprendo la razón por la cual el señor César la trata como si no le importara, cuando en a
ensa en ella, no en una mujer qu
esas cosas. -El rostro
a, apúrate! -se
por sus hijos y por no ser el primero en su conservadora fam
bién una extra para los chicos como usted misma me
sé qué habría
as ocultarán el rojo de mis ojos, no cre
que no
l carro, sonó su celular, lo escuché decir
puerta del carro de esa
sta anoche lo había justificado con problema eréctil... pero ¡qué!, bien descargado q
María Joaquina.
a Samuel y tú ponte el tuy
ma
a su lado, saqué los audífonos y me puse a escuchar mi música.
nidad porque creía que a él no se le paraba. Otra vez las ganas de llorar volvieron, con disimulo las
lo miré. Como una tonta me trasladé a esa tarde en la cabaña en Canadá. La tarde en qu
rieron al vernos, Julián se bajó y ayudó a su hermanito a bajar, quien s
ablar María Joaqu
o, tal era mi ira que él por un
rto?, el que
rmitir, la estúpida María Joaquina murió en el club. César había ingresado a la habitación asignada desde el día en
contigo en la finca
n la clase de hijo que tienen! -Ya n
cía esa act
, todo por compadecerte. Mira César, escúchame muy bien, porqu
úchame, ¡jamás he faltado a mis juramentos!, ¡no limpies en mí
e refutarme, la verdad era
juramento est
sangre me hirvió, no pude contener mi mano y
ctó tanto escuchar
O QUE EMPAÑES
sto de su parte acusarme de una mentira en mi cara, todo
daste la forma salvaje en cómo me tomaste hasta el punto que me desgarraste toda! ¿Acaso no vi
enmudeció, seguí hablando, era necesar
Joaqu
y asco hacia mí, además de tu constante enojo con la vida porque creí eran causados por tus problemas eré
s eran los que hablaban y no eran
pareja ante tu problema, no te alcanzas a imaginar lo mucho que lloraba po
emanas por trabajo... MÁS MENTIRAS. Yo imaginándome que debía de ser muy duro para ti lidi
de llorar, no podía controlarlas. Él arrugaba su rostro
eguía callado, no sé si escuchaba las palabras-. Nos divorciaremos, pero lo haremos después de
e tus llegadas tardes y viajes... ¿Eran para eso? Lo lamento por ti, porque te truncaré esos deseos en el viaje,
uina... -Fu
único que no se discutirá en el divorcio son mis hijos, ¡ellos se quedan conmigo! -Su
cer a su lado, quebró más mi alma-. Hasta anoche comprendí todo, lo que no entiendo es, si te produzco asco, ¿por qué h
iré profundo-. Y yo como una idiota creyendo que tu actitud era por tu virilidad herida. Pero qué patética fui. -
s, me alejé cuando César se aba
risteza?, ¿asombro? Era una mezcla de mil cosas-. Prepara a tu
Joaqu
scucharte! -t
ustó, la puerta de la habitación se abrió-.
ero matar a su hijo
ances, todo se arregla en la
ma. -dejé desconc
entie
ique su hijo
e, ¡debemos hablar! -No
Villegas. -Mi sue
debo ha
en mi despa