No voy a perderte
rda de ella, lo espero con una cena romántica. -miré el reloj, tomé el celular, ¿debería marcarle? -. No era tan
ra tiempo que vuelva a tocarme, por más que... no importa ahora,
si casarnos por lo sucedido fue la mejor decisión. -negué, tenía que alejar mis inseguridades-. Bajé las escaleras
añar la ausencia de los niños, los c
ué tal el
es siempre lo hacía. Sonreí como una tonta, eso quiere decir que sí se acordó y piensa invitarme a salir. Miles de hormigas salieron a bailar
las escaleras-. Vengo a cambiarme, el trabajo
onmigo misma, yo había imaginado... Cá
con la tía y... una
nuestro aniversario de bodas, y de noviazgo... «Ja», jamás lo fuimos de manera oficial. Una noche de alcohol fue el cau
cial para que Patri
tro matrimonio, era difícil aceptar que el amor de tu vida te ignorara y por más
s, el último que me compras
importante, ¿pue
lada que estaba!, pasé horas busca
s estadunidenses, no e
a, además viví un año de intercambio después de gr
os proyectos que tenemos en la constructora. No es un tema en don
sas, también saqué el reloj a juego y el traje... «Era una reunión de negocios en la noche y se iba bien presentado».
co, tenía su, no sé qué muy varonil, además se vestía y olía muy bien, era al
ta celulitis, aunque según mi esposo poseo millones. Salí de la habitación, me senté en la
que Julián tiene entrenamiento de tenis en el club. ¡Ah!, se me
nueve años casada y no había logrado que me amara, o que tomara valor para enfrentar
urado entre los dos se desvaneció. Sin duda algo pasó entre nuestra juventud y
levanté. Pasó al lado del comedor, ni siquiera preguntó por la decoración visible en la mesa. Apagué y guardé los cande
, señora Maju? -f
engo
uardar todo, mañana les caliento l
escansa y disculpa por tene
ay pr
is hijos la adoran y en muchas ocasiones era quien me había visto llorar. Solo ella sabía la realidad de mi ma
stra unión. Llegué a nuestro cuarto, fui directo al espejo, no me veía mal, tal vez no sea una mujer de portada
i compinche al acompañarme en busca del vestido y la ropa íntima. Debía darme vergüenza, era una cobarde. «
so de pobre mujer sufrida no quiero tenerlo. Si sufro, pero solo yo lo sé. Tampoco deseo poner al descubierto la falencia de C
n pasadas las tres. «Es obvio que no estaba en ninguna reunión de trabajo»,
endió la
as, lo insulté, y lo imaginé con una voluptuosa mujer que de seguro se encontraba con él. Tranquila, si a ti no
, tenemos un desayuno en el
¿puedo a
ue mi esposo desde la concepción de Samuel no me tocaba, no hacíamos el amor, han sido pocas las veces que hemos intimado
o, tenemos un desayuno para
stidio antes de apagar
ermana y dile que se quede con los niños hasta el mediodía, pasaremos por ellos de camino a la
, acerqué un poco mi rostro y un perfume diferente al suyo invadió mis fosas nasales. No aguanté, salí de la cama encerrándome en el baño,
do, me acerqué de nuevo y sí, huele a mujer, «te lo dije», sé que no me fue infiel... «Sigue con los ojos vendados». ¿Y si l
ados, siempre era él, quien rodeaba mi cintura, siempre me aferraba
aferraba a un simple abrazo, a un roce sutil de mi parte por sus fuertes brazos, y ta
a temprano, lo apagó y se acurrucó más a mi costado, volvió a aferrarm
, el de