Mi cariño, eres tan encantadora
dormitorio se abrió. Él estaba empapado y fue directo al bañ
levanté, me puse la bata, saqué su pijama del armario y
a que el cielo se oscurecía, se oía el débil son
a toalla de la cintura para abajo. Su musculoso cuerpo estaba cubierto de gotas de agua,
irando, frunció el ceño levemente y empleando u
, me arrojó la otra toalla que tenía en
rlo sentado en el borde de la cama, me subí, arrodil
ible", dije, sin intención de iniciar una conversación. Al pensar solamente en A
r nada más. Finalmente, después de secarle el cabello, m
Hendrix solía quedarse en el estudio hasta la medianoche. Sin embargo,
a hacer más preguntas. De repente, me rodeó con sus b
sus brazos que exploraban todo mi cuerpo y levanté la barbi
ojos negros, tan negros como la
no lo deseaba, sin embargo, la sit
, "¿Puedes ser un poco más amable?" Sería pelig
y actuó salvajemente. Me acurruqué de dolor e hice lo posib
repente, un relámpago marcó nítidamente las sombr
en mi propio sudor frío. Al principio pensé tomar cal
e noche. Miré el reloj en la pared y me di cuenta que ya eran las
oalla envuelta alrededor de su cuerpo; se secó las manos
el ceño y dijo: "¡Andrea
tuación así, hubiera fingido que no me importaba. Pero esta vez, de repente,
palda y respondió con estas palabras
ntario. Lo miré y le dije: "Mañana es el funeral del abuelo. Aunqu
, de repente, tomó mi mandíbula, pronunciando con voz pro