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El infierno de los Sarkovs

Capítulo 4 Dudosa sexualidad

Palabras:2185    |    Actualizado en: 18/02/2023

muchacha nueva, completamente posicionada en su rol de sirvienta, le llevó el café en un tiempo prudente y cuidando la presentación. Se m

go más? —le p

le había quitado. Esperaba que lo hubi

ar

ujer retrocedió hasta la puerta. Vlad oyó sus pasos

aburrió pronto y fue a mirar por la ventana. Sólo un jardín m

legó hasta él y se alegró de reconocerlo. Las frías piedras, el fresco aliento que emanaba, su oscuridad enloquecedora. Se palpó los bolsillos, lamiéndose los labios. Inhaló profundamente

lestial que se confundía con el cielo. ¿Era un recuerdo o un sueño? Lo único que sabía es que ella se llamaba Violeta, que se la habían arrebatado junto con su hermano, que sospechaba de sus padres y

sólo en Markus, así estab

esas arenas movedizas que se tragaban sus memorias. As

talla y no quiso contestar.

le llegó

que adelantar su viaje y se irá hoy. Estará

odó lo

nión hoy, habrá que esperar tres meses y lo má

eunión. No tenía idea de qué era NVK ni cuál era su importancia. Tendría qu

listo, con todo lo que necesita saber sobre NV

auto, luego a la sirvienta delincuente para que le llevara el maletín. Cuando subió al vehículo notó que

inutos

ada: ¿Dónde están

encia daba para pensar. Tal vez la había enviado alguna empre

eró. Su teléfono sonó otra vez,

sador estúpi

o de la escuela. Y que por mucho que intentaba quitárselo de encima, él insi

rmano ¿Có

ué es lo qu

ersar ¿Te parece

nte de qué qui

amigos, no faltará t

l auto. Vlad estiró el bra

ue Evan no sabía nada ú

ngo ti

vayamos al campo de golf. Puedo llevar

era un simple acosad

rtefactos

vemos el sába

esper

l fondo de su cabeza sentía un incipiente indicio d

a te envié

nero que él ganaba por minuto y que ella tendría que retribuir junto a su deuda. Qué diver

o —balbuceó Vlad mient

ue trabajar para él, ya

ijo Vlad, observando al joven muchacho

l padre, Iván ocupa el cargo

ombre le extendió la mano,

semana, Vlad, pero debo irme hoy. Nues

iban de paseo juntos, es

habrá

vitar notar que Iván parecía más interesado en mirarlo a él que a los gráficos

o conmigo? —le pregunt

mpatiza —le

tió esca

mbos CEOs con complicidad—. Una unión tan íntima no podría traer sino un sinfín de beneficios y, como empleados, declaramos desde ya todo nues

con excesivo

inspir

aba de algo más. Daba igual, se firmó el acuerdo e Iván se fue

l jefe haya captado la indirecta? —pre

ujer permanecí

que Iván sí lo

iferente y fría de mirarlo es muy seductora. Si yo fuera gay y un hombre me mira

n observador. Fuiste tú quien empez

hubiera visto sin tu ayuda. Y a Iván también le gusta, si hasta sus ape

se casen, te n

le colorearon

enso me basta, pero eso sería fenom

rzas. La lista de conquistas masculinas de su jefe no paraba de crecer y ahora que Pe

vez he salido con un h

tor empez

e sus empleados en la empresa me pregunt

le dij

sponderle, le enseñé mi pisto

yo debería llevar

de eso, amo Vlad.

sonas psicológicamente inest

ndo algo, de esa ocasión en que estuve en el c

lo ha co

eso le había dicho. Su rechazo a todo tipo de sus

nvolucré con dos chicas allí, una morena y una rubia. No recuerdo sus rostros, sólo sus cabe

nuestra regla primord

e acu

en las fugas". Ese no era usted y, g

no deseo recordar,

pierda su memoria, usted no hará lo que normalmen

En qué momento se era normal? ¿Lo era ahora? ¿Lo ha

ra, ese no es el tema. Creo que

hombre

hiciera público que fui un adicto. E

e durante una noche de fiesta y todos estaban demasiado ebrios y dr

me hallan enco

ocurrió apenas tres días luego de que lo

a mujer, como una futbolista de cuarta, pateó su maletín y rompió un costoso florero. Tal

lo hacía a

elajarse y mantener ese cuerpo que él tenía en

e pasó,

encontramos trabajando

asajes fuera pronto. Le pidió a la sirvienta un Martini y permaneció en el agua hasta que ella llegó. La mujer miraba el lugar con sus eno

as piscinas que había en el hotel Sepia. Dejó el M

. Y la desvergonzada ni siquiera disimulaba mientras se lo devoraba con la mirada. ¿

sentían mucho mejor viniendo de ella que de Iván Petrov, clar

ío y delicioso. Al f

lo importante que es la puntualidad y lo valioso que

bió el do

o te necesitar

noches, señor —le

señor Sarkov. Vlad era Vlad, pero no para cualquiera. No para ella que muy probablement

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1 Capítulo 1 Zero2 Capítulo 2 Otro punto de vista3 Capítulo 3 El amuleto4 Capítulo 4 Dudosa sexualidad5 Capítulo 5 El poder de las sonrisas6 Capítulo 6 La primera noche juntos7 Capítulo 7 En las manos correctas8 Capítulo 8 Las perversas clases de cocina9 Capítulo 9 Castigos que dejan marcas10 Capítulo 10 Matrimomio y dominación11 Capítulo 11 Su cervatillo12 Capítulo 12 Cervatillo caído13 Capítulo 13 Los hijos no son perfectos14 Capítulo 14 Pensamientos obsesivos15 Capítulo 15 Secretos en el baño16 Capítulo 16 El peso de las decisiones 17 Capítulo 17 Ayuda divina18 Capítulo 18 La clave del éxito19 Capítulo 19 No correspondidos20 Capítulo 20 Aprovechar el presente21 Capítulo 21 La prueba22 Capítulo 22 La sustituta23 Capítulo 23 Premio humanitario24 Capítulo 24 La ironía de las bolas25 Capítulo 25 Antiguas rivalidades26 Capítulo 26 Venganza y madurez27 Capítulo 27 Despedida28 Capítulo 28 La novia secreta29 Capítulo 29 Los besos de Ardelia30 Capítulo 30 Sueños rotos31 Capítulo 31 Vlad, el fugitivo32 Capítulo 32 Vlad, el exterminador33 Capítulo 33 Decisión 34 Capítulo 34 Violeta35 Capítulo 35 Pecadores36 Capítulo 36 Renunciar al amor37 Capítulo 37 Noche especial38 Capítulo 38 En la oscuridad del pozo39 Capítulo 39 Asociaciones peligrosas40 Capítulo 40 Familia disfuncional41 Capítulo 41 Dulces sueños I42 Capítulo 42 Dulces sueños II43 Capítulo 43 Un nuevo comienzo44 Capítulo 44 Tú, yo y el cielo I45 Capítulo 45 Tú, yo y el cielo II46 Capítulo 46 Corazones en reparación 47 Capítulo 47 Condenados48 Capítulo 48 Los chicos Sarkovs49 Capítulo 49 Novio de prueba50 Capítulo 50 Un año más I51 Capítulo 51 Un año más II52 Capítulo 52 Revancha 53 Capítulo 53 Adiós soltería54 Capítulo 54 Una nueva amenaza55 Capítulo 55 Cabos sueltos56 Capítulo 56 Regalo de bodas I57 Capítulo 57 Regalo de bodas II58 Capítulo 58 Luna de miel: Semana de Sam59 Capítulo 59 Luna de miel: Semana de Vlad60 Capítulo 60 Los secretos de Ingen61 Capítulo 61 Cenando con el enemigo I62 Capítulo 62 Cenando con el enemigo II63 Capítulo 63 Un día en el trabajo de Sam64 Capítulo 64 Una buena cita65 Capítulo 65 Días difíciles66 Capítulo 66 Resistencia paterna67 Capítulo 67 Las perversas clases de yoga68 Capítulo 68 Educación parental69 Capítulo 69 El valor de un enemigo70 Capítulo 70 El deseo71 Capítulo 71 Insomnes, pero felices72 Capítulo 72 Selección natural73 Capítulo 73 El que ríe al último74 Capítulo 74 Día de clases75 Capítulo 75 Secretos sucios76 Capítulo 76 Sueños contigo77 Capítulo 77 Vida familiar78 Capítulo 78 Una buena negociación 79 Capítulo 79 Los chicos Sarkovs II80 Capítulo 80 Merecido cansancio81 Capítulo 81 Resignación 82 Capítulo 82 El súper poder83 Capítulo 83 Fue culpa de la monotonía84 Capítulo 84 El proyecto de ciencias85 Capítulo 85 De familias perversas y otras cosas86 Capítulo 86 Epílogo87 Capítulo 87 Extra: Carrera política88 Capítulo 88 Extra: Buenos perdedores89 Capítulo 89 Extra: La novia del año90 Capítulo 90 Extra: La crisis de Sofi91 Capítulo 91 Extra: La mejor familia92 Capítulo 92 Nueva historia: Regresa a mí93 Capítulo 93 ¿Quieres guerra ¡Guerra tendrás!94 Capítulo 94 Sofi:1, Andy:195 Capítulo 95 Remedios caseros96 Capítulo 96 Lo que hace el aburrimiento 97 Capítulo 97 El inicio del fin98 Capítulo 98 Intelecto superior99 Capítulo 99 Habilidades quirúrgicas 100 Capítulo 100 Equilibrio espiritual