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Obligada a casarme con mi enemigo.

Capítulo 4 Matrimonio Por Conveniencia

Palabras:2544    |    Actualizado en: 18/02/2023

s? —le preguntó

algo en él que la atraía irremediablemente. No obstante, procuró alejar estos pensamientos y sentimientos y enfocarse a

lo ocurrido. No estaba segura de si el hombre estaría dis

es dónde

. Mi padre me dijo qu

o pensó por

momento—. Ven —le indicó y la guio hasta su departamento

había comenzado a resentirse. No obstante, tenía que mantenerse firme. Tenía que dar con el paradero de su hermana y vengar a su padre. E

el departamento, Karlo p

ijo y depositó un p

a y le dio un bocado. Masticó lentamente y tragó—. Mmm, está delicioso. Gracias, una vez más. P

prudencial hablar con ella? Sí, después de t

i padre, así que… eso es todo. Puedes decirme Karlo, todos me ll

n bostezo. Realmente, estaba demasiado

—preguntó el hombre, mirándola con sus penetrant

arga, si quieres. Por ahora solo quie

una reyerta fui herido de muerte y tu pa

le debes la vi

. —Soltó una risa más b

estaba muy buena y, si por ella hubiese sido, se hubiese repetido. Sin emba

ose de pie—. Te enseñaré

o siguió hasta el final del apartament

ación —le comunicó

etos que, evidentemente, no cabían en el resto del departamento. No obstante, no podía quejarse

as —re

es. Cualquier cosa que necesitas, házmelo saber —dijo y, a con

o que llevaba consigo era su móvil, su cargador y el bendito mapa que había acabado con la vida de su p

abía en la habitación. Encontró una gran variedad de objetos, entre l

amaron su atención. Se encaminó hacia la cama y, tras s

uedó boquiabierta—. No puede ser… Es miembro de S

a, pero que le parecía la mejor opción. El tema era si él ac

cómo le diría lo que había planeado en su mente. Se sentía insegura e impaciente, las manos le sudaban copiosamen

a la lavadora y se sentó a e

atravesó el umbral de la puerta de ent

ahí? Pareces

o la cobra que aparecía en el logo del g

mbro de la Serpie

teligente. No le había bastado más que estar unas cuantas hora

refutarlo, pero no había posibilidad. En su vivienda, tristemente para

migo —dijo

quella orden lo había tomado por completo desprevenido—.

cualquiera —sentenció—. Cásate conmigo

ándose con Karlo,

—Negó con la cabeza—. Más que

az

todo lo que quieras, pero no me ca

bitación que Karlo le había asignado. Rebuscó entre l

el mapa frente a l

é es

el que mataro

l Gordo? —preg

que ella lo

traer matrimonio conmigo, prometo compar

ometía Abril era sumamente tentador: casarse con ella a cambio de quedarse con una pa

al cabo de unos minutos de pensárse

la sala, dejando a Abril a so

número de su abogado en la agenda de co

esito que me asesores y que vengas cuanto antes a mi departamento. —Escuchó atentam

ya que no podía permitirse que Abril abusara de él. Contraer matrimonio con ella le daría una ventaja, de todos modos, tenía qu

se apresuró a abrir y a invitarlo a pasar. Ambos, junto a Abril, tomaron asiento

confías en mí? —

o—. Necesito que en el contrato prenupcial establezcas que, una vez demos con el tesoro, este se repartirá en un cincuenta-cincuenta, es decir, en partes iguales. —El abogado comenzó a

Tienes impre

una en mi

redactaré el contrato y lo firmaremos lo

e, no pensaba oponerse. Al menos, así ganaría inmunidad. Los miembros de la Serpiente de la Noche no p

nde había impreso los documentos—. Necesito que estampen sus firmas, n

ron para hacer lo que

Karlo luego de que el abogado se marchara—, tendremos qu

asin

do ser

os la frontera. Así que p

e iré a dormir

—preguntó Karl

o mientras te es

que quería era dormir y que la noche

ve, ambos ya se encontraban al otro lado de

dejaré en un apartamento seguro que es de mi propiedad. Te qued

rse a solas, pero no podía poner pegas. A fin de cuentas, e

aba en el apartamento haciendo zapping en el televisor de cincuenta y dos pu

apeles, el número de servicio social, todos los documentos que ne

ete, lo abrió y ob

guntó sorprendida por el

nizado en el registro civil, por eso me demoré. Solo tenemos qu

cilitado al salir, se la colocó y lo siguió h

s cercano, firmaron los papeles, como una mer

o la jueza a cargo de la improvisada bo

pondieron amb

ior de su chaqueta. A continuación, ambos salieron a la

l corriente de que El Manco los había seguido

ento. Necesito h

ombra, mientras Karlo se alej

necesario para acabar con él. —Dicho esto, cortó la comunicación y se acercó nuevamente a Abril, quien

después? ¿A qu

la primera pregunta. A la seg

partamento en donde pasaron las horas viendo pelícu

varias ocasiones, se quedó dormida, sin

una pizza precocida que había comprado aquella

primer bocado a su porción de pizza, el móvi

e descansaba junto a su vaso. Miró el remi

¡Te dije que lo mataras! ¿Cómo? No, en serio… —Apretó el móvil contra su oreja—

nsión en la que ya lo esperaba el médico. Estaba completamente malherido y no estaba seguro de

én te topaste? —las preguntas de El Chavo cayeron

ba una bala del lado izquierdo de su torso, antes de comenzar a contarle a su cuñado todo lo que sabía sobre el m

vo asi

ne con lo que está haciendo. Espero salir li

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