Obligada a casarme con mi enemigo.
y se la llevó rápidamente hacia el compartimento secret
ro no podía hacer más, si quería proteger su vida y la de su hermana pequeña. Lamentablemente,
Abril pegó la oreja a un pequeño ventanuco que no podí
Hazte un favor. Estás por mori
No importa si muero o no, no importa lo que ha
El Gordo, el dueño de aquel tesoro que todos ansiaban, y por el que todos estaban
prefiere
dos modos, te
a muerte terrible, antes
o con seguridad, aun cuando su voz temb
ó un cuchillo y le hizo señas a un par de hombres que se habían mante
lo -o
a rasgarle la ropa y producir varias heridas en su pecho. No obstante, el hombre parecía ser inmune a aquel tipo de dolor. Po
apa -repetía, una y otra v
me hasta la muerte, pero que sepas que
continuación, miró a sus hombres y les ordenó-: Vayan a la
que se avecinaba. No obstante, se mantendría en su
o, le entregaron todos los elementos que habían
que le ofreció uno de sus súbditos y comenzó
ría el gusto de gritar siquiera. Sí, le ardía hasta el alma, pero no por ello dejaría de resistirse. Él era Roberto Cárdenas, uno de los hombres más fuertes que el mundo había conoc
La sustancia desinfectante penetró en cada una de las heridas de Roberto, haciendo que tuviera que apretar los dientes par
nco, soltando el cuchillo por un segundo y
su nariz comenzaron a sangrar copiosamente. El gusto a salitre y a hierr
culpa del puñetazo recibido-. Así que mejor, mátame de una maldita vez y acaba con esto. Estás perdiendo el tiempo. No lograrás nada torturándome. Terminarás matándome tarde o temprano y te quedarás
menos durante una hora más, en la cual
e había en el búnker en el que se habían escondido y que daba direct
por un momento, se tapó el rostro con su oscuro cabello, pero, aunque quería evitarlo, no
cierto, que no le sacaría ni una sola palabra de dónde estab
tal
38, que llevaba sujeta en la parte posterior de sus
beza desplomada sobre su pecho, ambas comenzaron a llorar sin control, pero procurando hacer el
se dispusieron a registrar toda la vivie
vez, mientras le daba órdenes a sus hombres para que buscaran en rincones
rás, en cada rincón de la bendita casa, ninguno de los tres fue capaz de encontrar lo que busc
amás podría olvidar ese rostro. Ni siquiera le importaba la ausencia de su mano, en el mundo había much
rpos se habían quedado sin energías. Abril quería escapar cuanto antes, sin embargo, decid
o a su hermana-. Pronto nos ma
pequeña que, después de rehusarse por horas a cerrar los ojos,
ntinuación, ambas salieron de su escondite, sigilosamente. Pasaron junto al ca
nto más seguras, ambas inspira
postados en diferentes puntos estratégicos. Las estaban esperando y ella no podía permitir que le hicieran nad
a Maite y la t
s se abalanzaron tras ellas. Sin embargo, cuando ellas llegaron al callejón y treparon el muro final, antes de que les
e defensa y le cortó el cabello a Maite y luego le pidió que hici
ndo volvieron a salir lo hicieron con toda la tranquilidad del mundo, ro
o improvisado disfraz nos los distra
currió antes, pero tranquila, solo tenemos que llegar al final de la calle, girar a la derecha y cuando lleg
pero siendo la mayor, le haría caso. A fin de cuentas, su padr
o y fue en busca del objeto que, días atrás, había escondido debajo
que buscaba El Manco, pero lo mejor era no dejar atrás a
u padre hasta la muerte. Aquel, en efecto, era el mapa de El Gordo, el mayor traficante del siglo pasado. Abril no lo conocía más que por nombre, pero pudo deducir que se trataba de su mapa del t
ue la caja sería demasiado, por lo que la dejó a un lado
hacemos? -le p
il. Buscó un número de teléfono de c
Abril comenzó a desesperarse ante el temor de no con
o antes -dijo y, a continuación, pasó a narrarle lo sucedido y lo que ne
-le preguntó
nos ayudará, que
ril era que Abraham no había he
a comunicación, marcó e
formación que po