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Lealtad y Sangre

Capítulo 5 Amato famiglia

Palabras:2334    |    Actualizado en: 16/02/2023

o desestabilizaría el orden jerárquico de la familia Amato, y sin mayores explicaciones, podría resultar cómo consecuencia que, toda la mafia Italiana buscara cortar su cabeza o de no encontrarlo

central y el concejo de ancianos de la mafia. Él iría a ellos, su fiel sirviente sería su testigo, daría fe, que

iggi, justo en la entrada, mientras revisaban ese y los otros tres vehículos que llevaban el resto del equipo de seguridad. Adriano estaba francamente algo sorprendido, su familia jamás había tom

sa, Adriano— Dijo Luiggi como si

e ofendería por recibirlas, él le había jurado lealtad a Adriano hace muchs años y estaba mas que agradecid

mbres más leales y algunos ancianos, el padre de Beatrice y los padres de Franco. —señaló— Ella y su gente, los atrincheraron, armados, rodearon al grupo y lueg

esposa quedaría un poco a la deriva, sabía que tenía a Sophie y que como había corroborado cientos de veces, la lealtad de la castaña por su esposa era inquebrantable, pero desde que Luiggi le había ayudado a liberarse de Lorenzo, hace ya dos días, había seguido el desempeño de su esposa en los últimos años. Luiggi habí

sa, se escapó de sus labios, sus co

ero espero tenerlo algún día. Queda claro que es una fu

tra próxima parada. — dijo él —Contacta a Guido. Si es que sigue vi

ra su camino, las inspecciones habían terminado y ellos co

ipal de los Amato, siempre había sido estricta, sin armas, si había motivos para un enfrentamiento, solo sus puños serían admitidos como un duelo justo, y pese a que las heridas de Adriano aún no habían sanado por completo, aquello no le restaba poder a su imponente presencia, las quemaduras a lo largo de su torso y muslo izquierdo serían un recordatorio de por vida, de lo

enormes puertas, uno de los dos hombres que las

—Saludó— Sus ar

y cuchillas, Dejándolas sobre la bandeja indicada. Luego,

ujer particularmente cariñosa, pero sí, muy cercana a su adorada hija y su nieto. Al lado derecho de ella, estaba Marcos, su abuelo paterno, un hombre con el cual, había dejado de tener relación en el minuto que sus padres dejaron Italia como residencia permanente, junt

fás que esperaba por él frente a los ancianos, y aunque había más asientos

ulce.— Usted es parte de una de nuestras siete

donde debo estar.— Dijo con tran

reo que nos debes una explicación. T

umpió Adriano con una calma tan fría, tan penetrante y filosa que, el anciano cerró la boca de golpe y se aclaró la garganta, pese a que era actualm

tu venganza, un poco excesiva a mi par

ra la muerte completa de mi familia en Vancouver. Pero, antes de morir, Lorenzo se encargó de sacarme de ahí, me dejó en coma durante tres años y cuando me perm

ice.— Lorenzo era un hombre de bien,

de Roselin per favore…— Pidió Adr

ecía el video de Roselin hablando en la oficina del propio luiggi, además, le

Flavio juntando sus manos con los

e.— Mi niña… Está muerta ¿Y para qué? ¿pa

—Preguntó con ironía Adriano.— Mi esposa

s tíos tuvo que sujetarla de la cintura

uria de la sala.— Estas pruebas, tanto como las enviadas por Sophie hace tres años, son prueba suficiente

ba zanjado, ya no tenía intenciones de quedarse más tiem

nieto. Adriano sonrió, rio incluso, pero en su tono no había una pizca de gracia, por el contrar

Primero, no me interesa hacerme cargo de la rama principal, creo que siempre lo he dejado en claro.— Señaló— Entiendo que soy el más apto y la cabeza más obvia, pero incluso si aceptase el cargo,

ió Flavio.— Has estado tres años en coma, v

uerdo con estos absurdos términos.— Zanjó y s

nos se pusieron de

iano se detuvo y se giró hacia la madre de su propia madr

mientras salían de la sala. Pasaron varios minutos antes que la mujer decidiera h

boda.— Señaló la mujer co

mi madre, claro, creo que ella no vio la necesidad de enviar una invitación a la m

n su momento

rendió él s

es que no podía entenderlo.— se excusó.

a, mamma, mis padres nos criaron lo más aleja

as eran testigos de los lujuriosos tratos que recibían algunos hombres de la familia, no fue hasta que el padre de Adriano renuncio a la rama principal, que los ancianos decidieron tomar cartas en el asunto. — Ahora estás de vuelta y estoy segura de que una mujer que muestra tal… De

abuela, con suavidad tomó ambas manos de ella y se las llevó a los labios para darle un suave beso, un gesto lleno de gratitud e intimidad familiar.

uave sonrisa — Pero ahora no es posible, hac

s, son incorregibles.— dijo ella

, es imposible que una mujer que crea una fogata con los enemig

n su corazón, el anhelo más crudo de tener a s

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1 Capítulo 1 Muerto o No… Siclia.2 Capítulo 2 Cautiverio 3 Capítulo 3 Libertad 4 Capítulo 4 Pequeño ajuste5 Capítulo 5 Amato famiglia6 Capítulo 6 Sospechas de lealtad 7 Capítulo 7 Fantasma 8 Capítulo 8 Vínculo 9 Capítulo 9 Preguntas e incertidumbre 10 Capítulo 10 Sentido de posesión 11 Capítulo 11 De vuelta 12 Capítulo 12 Insuficiente 13 Capítulo 13 Vivo14 Capítulo 14 Celos15 Capítulo 15 Nuestro celo16 Capítulo 16 Amor o Mate17 Capítulo 17 Pasado18 Capítulo 18 El Arno19 Capítulo 19 Aquí 20 Capítulo 20 Ella21 Capítulo 21 Ambos. Ninguno22 Capítulo 22 La esperanza es demasiado peligrosa 23 Capítulo 23 Las cosas cambian24 Capítulo 24 Adiós, la Vita mia25 Capítulo 25 Campo de batalla 26 Capítulo 26 Míos 27 Capítulo 27 Mensaje 28 Capítulo 28 Un lugar vacío 29 Capítulo 29 Desición 30 Capítulo 30 Curiosidad31 Capítulo 31 Instinto despierto 32 Capítulo 32 Naturaleza 33 Capítulo 33 Devoción 34 Capítulo 34 Verdades a medias 35 Capítulo 35 Consciente 36 Capítulo 36 Radio de convivencia 37 Capítulo 37 No eres mía, jamás seré tuyo, pero… 38 Capítulo 38 Algunas respuestas 39 Capítulo 39 Famiglia 40 Capítulo 40 Familia, manada41 Capítulo 41 Nebulosa42 Capítulo 42 Pánico 43 Capítulo 43 Mía Cucciola 44 Capítulo 44 Lazo45 Capítulo 45 Hermoso46 Capítulo 46 Deleite47 Capítulo 47 Ella unió las piezas 48 Capítulo 48 Limite49 Capítulo 49 Quiebre, absoluta rendición 50 Capítulo 50 Sentido de pertenecia 51 Capítulo 51 Reconocimiento 52 Capítulo 52 Ausencia 53 Capítulo 53 Tiempo Límite 54 Capítulo 54 Términos 55 Capítulo 55 Reflexión de fuerza56 Capítulo 56 Solo tal vez...57 Capítulo 57 En claro58 Capítulo 58 Presencia 59 Capítulo 59 Rusos60 Capítulo 60 Sacrificios61 Capítulo 61 Compañeros, amantes62 Capítulo 62 Destierro63 Capítulo 63 Un año después. Hogar64 Capítulo 64 Bienvenido a casa