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Lealtad y Sangre

Capítulo 4 Pequeño ajuste

Palabras:1863    |    Actualizado en: 16/02/2023

us pequeñas princesas jugando en el mar, aun así, aquella tarde, cuando salió con su copa de vino para sentarse en uno de los sofás, mientras Chopin sonaba en los alta voces, no las vio, no se veían p

Pasaron otros veinte minutos en los que no había podido relajarse

, por los alrededores, nunca encima de él, pero siempre lo suficientemente cerca para apare

queño control remoto que había dejad

cido de que algo no estaba bien, se puso de pie y buscó bajo

os hacia el exterior, estaba escasamente mejor desde la última paliza que él mismo le había dado hace solo unos días, pero estaba libre, llevaba pantalones nuevos, su torso descubierto y en cima una chaqueta del traje, como si se hubiera vestido recientemente, nada más salir de la celda, probablemente era así, porque se seguía viendose algo sucio, las manchas de sangre seca

io otro p

ervida por su anfitrión, dio un sorbo corto mientras le mantenía la mirada al mayor de los primos, Amato,

imo menor cuando otra figura, conocid

se de forma estoica junto a Adriano, varios hombres

ni siquiera le devolvió la mirada. Lorenzo no se mostró temeroso por mucho que sabía, cuál sería su final, si no pensaba con rapidez, seri

tomo el arma que sostenía Luiggi en su mano y apuntó hacia una de las piernas de su primo, Ad

le devolvió el arma a Luiggi.—

ear y levantar la mirada, llena de odio, haci

piendo con rabia cada palabra— ¿Tus padres? Muertos en la

a de Lorenzo, en un rugido de dolor

hasta quedar apoyado en uno de los sofás, sentado s

pócrita considerando su rubro de trabajo, pero aun así, Luiggi siempre se había encargado de que sus putas tuvieran los cuidados básicos y jamás toleraba una agresión hacia ellas, no importaba lo poderoso que fuera el cliente, debían esperar a sus mujeres o morir por su ma

magen puesta en su mente por el c

de emociones que lo golpeaba, él nunca se dejaba invadir por aquellas, pero había estado tan desesperado, tan asustado, Perderla… Acabaría con la razón de su existencia, su cordura y su clemencia. Sin su pequeña bola

los escalones de madera de la terraza y se dejó caer de rodillas jun

de su mujer por sus homb

Preguntó él y Roselin b

al final de la playa. — Dijo ella con

avanzaron hasta ella, que se resistió a dejar a su esposo en el suelo, pero frente a los fu

o llenó de incertidumbre, un dolor y rabia desde sus entrañas lo i

lleno de rabia haci

ó, otro grito de dolor cuando su

ntre lágrimas, cayó de rodillas hacia el

ra ley, Rosselin. Según me dijiste,

familia ahí. Toda la rama de nuestros primos menores, muertos, y

nto, su pequeña bola de ira era una fuerza imparable, había sido criada en el ceno de su familia, no sería

enzo— Dijo Adriano de rep

ente.— Tú no tienes hijos, yo no he mata

zo pudo ver que no tenía opción, no tenía escapatoria, su mentón tembló y su rostro palideció, él no lo sabía, ¡Ni siquiera había estado

trataba de soltarse inútilm

Era un ruego, uno deses

¿por sus hijas? No existía absolutamente nada, qu

puesto, si era necesario, nada podía detenerlo, pero nunca había sido una experiencia grata y dejaba un molesto malestar por días en su poca consciencia. No quería

or de su chaqueta sobrepuesta en su

oselin rompió en llantos de agradecimiento.— Pero no te puedo

re!, ... ¡Adrian

nte, cansado de los lloriqueos de aquella mujer, alguna vez habían tenido la lealtad del otro, ahora, estaba dema

Mis hijas necesitan a su madre, prométeme que cuida

á a tus hijas.—

a respiración, obligó a su muñeca a cruzar su garganta de un lado a otro, la sangre comenzó a fluir desde el corte sobre su piel, manchando la pulcra camisa blanca en un h

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1 Capítulo 1 Muerto o No… Siclia.2 Capítulo 2 Cautiverio 3 Capítulo 3 Libertad 4 Capítulo 4 Pequeño ajuste5 Capítulo 5 Amato famiglia6 Capítulo 6 Sospechas de lealtad 7 Capítulo 7 Fantasma 8 Capítulo 8 Vínculo 9 Capítulo 9 Preguntas e incertidumbre 10 Capítulo 10 Sentido de posesión 11 Capítulo 11 De vuelta 12 Capítulo 12 Insuficiente 13 Capítulo 13 Vivo14 Capítulo 14 Celos15 Capítulo 15 Nuestro celo16 Capítulo 16 Amor o Mate17 Capítulo 17 Pasado18 Capítulo 18 El Arno19 Capítulo 19 Aquí 20 Capítulo 20 Ella21 Capítulo 21 Ambos. Ninguno22 Capítulo 22 La esperanza es demasiado peligrosa 23 Capítulo 23 Las cosas cambian24 Capítulo 24 Adiós, la Vita mia25 Capítulo 25 Campo de batalla 26 Capítulo 26 Míos 27 Capítulo 27 Mensaje 28 Capítulo 28 Un lugar vacío 29 Capítulo 29 Desición 30 Capítulo 30 Curiosidad31 Capítulo 31 Instinto despierto 32 Capítulo 32 Naturaleza 33 Capítulo 33 Devoción 34 Capítulo 34 Verdades a medias 35 Capítulo 35 Consciente 36 Capítulo 36 Radio de convivencia 37 Capítulo 37 No eres mía, jamás seré tuyo, pero… 38 Capítulo 38 Algunas respuestas 39 Capítulo 39 Famiglia 40 Capítulo 40 Familia, manada41 Capítulo 41 Nebulosa42 Capítulo 42 Pánico 43 Capítulo 43 Mía Cucciola 44 Capítulo 44 Lazo45 Capítulo 45 Hermoso46 Capítulo 46 Deleite47 Capítulo 47 Ella unió las piezas 48 Capítulo 48 Limite49 Capítulo 49 Quiebre, absoluta rendición 50 Capítulo 50 Sentido de pertenecia 51 Capítulo 51 Reconocimiento 52 Capítulo 52 Ausencia 53 Capítulo 53 Tiempo Límite 54 Capítulo 54 Términos 55 Capítulo 55 Reflexión de fuerza56 Capítulo 56 Solo tal vez...57 Capítulo 57 En claro58 Capítulo 58 Presencia 59 Capítulo 59 Rusos60 Capítulo 60 Sacrificios61 Capítulo 61 Compañeros, amantes62 Capítulo 62 Destierro63 Capítulo 63 Un año después. Hogar64 Capítulo 64 Bienvenido a casa