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Esposa de mi jefe.

Capítulo 2 2

Palabras:1954    |    Actualizado en: 07/02/2023

ítu

stañas y me encabrono, al menos me desperté un poco más tarde, me levanto molesta tirando todo lo que se pone en

( Te dejé un pedazo de tor

stas cosas, creo fielmente que me quedaré sol

edificio Anderson se divisa desde aquí, me dirijo hacia el sillón bl

to, llevo mi mano a mi pecho y suspiro,

ien me llame a esta hora, bueno, la única que me llama es mi madre y solo cuando se muere alguien, desl

ido, espero no sea que secuestraron a Natalie y quiere

ngo d

ante ronca e intimidante, sí, la secuestraron, esto n

—, lo único que tengo en el banco son 100

o del o

icación para secretaria de la p

ede ser! ¡M

o de voz, espero no sea el jefe porque me su

logro entender. El tipo aclara su garganta. De seguro creerá que soy

las 9 a.m. —¿9 a.m.? Miro el re

rganta con una risa ne

Llegaré tarde. ¿Por qué esta

an parte de mis zapatos altos y observo una mancha en el borde del pantalón. ¡Joder! ¿Qué es esto? Corro hacia el lavabo y con un trapo húmedo intento deshacerme de lo que parece ser..

No.

to llega a hacer a mi apartamento y sobre mi ropa, yo que hasta le había comprado galletitas, tie

funciona y queda bien con el blazer negro con rayas diplomáticas. Sí, esto

haga ver maquillada. Escucho el claxon de un auto detrás de mí y observo que el semáforo ya ha cam

o mi auto por ponerme blush. Al entrar, observo que el edificio es mucho más lujoso de lo que pensaba, es todo de vidrio, al igual que

para que cuelgue de mi ropa, un hombre uniformado me dirige hasta el ascensor y lo abre para mí, qué caballeroso, no pude evitar n

llamó para la entrevista po

fila, me hace pensar más que no lo lograré y que solo estoy perdiendo el tiempo. Todas ellas hablando de sus experiencias como secretarias y de cuántos viajes han realizado, solo ruedo mis ojos

repasada a todas las chicas. —Alexandra Carlin —menciona, inmediatamente me levanto y me hace

ta de la ciudad, un joven hombre rubio está ahí sentado frente a mí, me escudriña de pies a cabeza, sus ojos son de un tono hazel, tiene un estilo de barba cerrada,

está enfrente de él al otro lado del escritorio, tomo el lugar, hast

lin? —enarca una ceja y

s personales, porque no, aunque esté guapo, los rubios no son mi esti

eva su mirada a los pape

maron tus cien dólares

ya valí verga en

—a la mierda mi vida, el tipo l

engo el

ebemos elegirte a ti?», he escuchado esa pregunta 40 veces en toda mi vida, un poco aburrida y aturdida por el tiempo en la larga fila, el sonido de mi estómago reclamando

que estoy segura es que me conozco a mí misma y sé que puedo hacer este trabajo y cualquier otro que la empresa me imponga aunque digan que no tengo la experiencia suficiente

qué? Iré reservando mi es

illa giratoria lleva su mirada a otro lado de la oficina, pensativo, lue

ta Carlin, es to

una indigente con bu

a por la noche, así que me encierro en mi habitación recordando las veces que mi padre me dijo que lo que yo quería hacer no iba a servir para gan

me quedo dormida, una hora después mi celu

nuevo. Secuestradores

dormilada. ¿Por qué

oz suave de mujer, me incorporo sen

so, un poc

a presidencia. Por favor, preséntese mañana mismo para su jornada labor

o el trabajo que menos quería, pero que igual era

e pongo de pie de un salto,

o, balbuceando—

tipas aparecen, no es que nos llevemos mal, pero tampoco me agradan, sus voces chillonas y de niñas mimadas hacen mis tímpanos sufrir, cubren más mis calzones que sus shorts, he visto cómo murmu

ta reunión terminará con todos los amigos de Dereck besándose con Karen y Lisa y yo en una esquina v

que trabajar. ¡Genial! Primer día y estaré con resaca. Caigo sobre mi cama como si fuera la

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