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El alma

Capítulo 4 4

Palabras:2406    |    Actualizado en: 07/02/2023

ítu

rible; los pies le dolían y el maquillaje negro que debía estar en los ojos se había pegado a sus me

desnuda debajo de las sábanas, no quería responder a eso. Pero, aunque esperaba estar como Dios la trajo al

el conejo Zackary Collins tenía las ray

urró Zoey. Él se

que te dej

nterior debajo del pijama. Miró a Zack por unos segundos más antes

a asintió con la cabeza—. ¿Te duele?

hasta que él lo nombró. Apretó las piernas

aré

o estarás

ia ella para vigilarla. Su amiga estaba mitad despierta, mitad d

guntó Jess, volvien

iempo que se quitaba el acolch

Se detuvo al verse en el espejo. Los labios de Zack habían dejado

del baño y raspó su piel con la esperanza de que las cerdas dispersaran el

ra, Jessica lo notaría igual —y haría preguntas que ella no sabría responder— pero, al menos, tenía

eta. Jessica estaba a medio levantarse, con las pierna

es seguir durmien

sáb

ó hasta quedar boca a

ada confundida y ambos alzaron la

s a pasear por el pati

zó una sonrisa. Saltó sobre el trasero d

Me parece una de las mejores citas de las que he esc

ica, empujándola fue

asó?, ¿cómo te invitó?,

ó por fin la cabe

orque eres la peo

Zoey borró

Qu

e su amiga se clavaron en los manchones tapados con maquil

ontarle que había tenido sexo con alguien, en especial cuand

Jessica—. Por

la. Si era necesario, volvería a darse o

y regresó a la cama. No tenía sueño, pero prefería estar acos

Zack en su oído, todavía com

meó ella—. Esa e

traducir es esa cosa —contesto él—. Quier

—se rio ella con tanta fuerza que temió que Jessica sali

abras podían volverse pornográficas si se las mezc

Zoey y, al terminar de decirlo, s

ca salió del baño

ucede? ¿Te emborra

in

N

mario para buscar algo que ponerse. Casi no hablaron durante el resto de la mañana porque la morocha se negaba a contar cómo había sido

lles, niña mugrosa! —aseguró,

Zack tomó f

guntar cómo estás? Z

je que es

—. ¿Pero de lo otro? Dubi

refieres

de pronto, sino que permaneció callado mientras acarici

epentirte o no. Ella se quedó dura,

arrepient

ro no levan

er si estás segura de es

ime algún día, cua

hora. Soy consciente de todo, to

upa ese «

n, pero ¿qué

s a los labios y le besó los nudillos—. Pa

/

la ventana los crecientes nubarrones mientras terminaba de ajustarse la chomb

llevar cuello de polo y llegar hasta l

me quiere tant

ucho menos el pequeñísimo regalo que había logrado armar durante la noche mientras simulaba estu

n un moño negro que tenía desde hacía tiempo. Su ami

torio? —le preguntó Jes

do ese rato había estado mirado al conejo quieto en la

ntó, cayendo en lo que Jes

ba bien con el uniforme, eso no era por el cumpleaños del fallecido Zackar

ante aburrida, en especial si se

reo que a él le gustaría que cada uno se pusiera lo que deseara en

ncuentro. Debían formarse con el

ella se dio vuelta para busca algo, Zoey aprovechó la distracción y me

No crees que es un poco raro? No tienes seis años, Zoey. —Intentó alca

e alejó de ella. Intent

odos reaccionamos igual ant

ela. Como ella todavía estaba descalza no salió de la habitación. Esperó que su amiga no

etrás de alguna de sus compañeras. Muchas no llevaban nada, otras carg

la ignoró, a sabiendas de que seguro estaba molesta. En silencio acató las órdenes de las

as. Como se acostumbra en una celebración religiosa, se cantó, se leyeron los salmos y, además, se recordó a Zack con an

nto se elevaron plegaria

ueño grupo comenzó a cantar el popular «¡

ción terminaba con un «¡Y que cumplas muchos

onales pudieran hacerlo frente a las estatuas de sus santos predilectos. Jessica se fue a pasear al lado de James en cuanto vio que e

sde la mochila—. Tengo un pequeño regalo en el cajón del esc

linda —m

scalinatas, recovecos y balcones internos a los ella nunca había ingresado. Y entonces, se encontró con una joven pálida que le d

emiendo que lo ve

zo en su dirección. Zoey tardó en compr

me está llam

có media cabeza blanca por entre el

cuando la chica se volteó y comenzó a subir unas

, ¡ella

s asientos de madera y se metió en el pasillo que pasaba por detrás del altar. La

tomándola del brazo cuando ella comenzaba a levantar la pierna para pasarla por

llamó —

tasma? —pregunt

endes? Tú casi qu

os y ladeó la cabeza,

ónde lo

rr

sin problemas. Zoey subió las escaleras, entre maravillada por estar en una par

iraba, pegada

ió Zack, pero Zoey

ados, viendo pa

reció a menos de diez centímetros de ella. Zoey gritó y s

ó él, mirando fijamente

tienden mejor», pensó Zoey,

tó su brazo fantasmal y seña

rró a la manga de la camisa

el fantasma, de él pendía un collar metálic

di

su propia ver

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