La Pequeña Esposa
L CO
la ver aún más perfecta de lo que era en realidad, con sus paredes blancas
e madera color plata, mientras su perfecta silueta lo hace ver
omida como un hombre perfecto lo harÃa, incluso su piel dora
s del hombre perfecto. ––Ella no bajará. ––Dijo la dama de ca
su perfección con una cara extraña. –– ¿Cómo que no bajará? ––
devoción es de él.––La señorita Alice está cansada y comerá cuando ella se s
iva.–– ¡Ella no está cansada!––Gritó con fuerza el joven hombre, perdiendo la postura. Asà que se levanta de su asiento, para luego azotar sus manos
as, mientras se dirigÃa a la habitación de Alice. Al llegar a estar enfrente de la puerta c
l joven. –– ¡Te ordene que desayunaras conmigo! ––Gritó mie
tu esposa. ––Le dice la chica con agallas. ––No puedes co
que ve la chica. ––¡Levántate de esa maldita cama y ven a desayunar! ––Dijo mientras su pecho está inflamado, ya que el solo ver a la joven enfrente d
la joven con valentÃa. –
ir el hombre enojado, jaland
nas descubiertas, mientras que lo primero q
mpezó a sonreÃr de una forma aterradora para hacer sudar a la j
a poder llegar a su punto débil, mirándola co
irracionalmente. Logrando un buen control de sus propias acciones. Pero sin duda, Alice no era algo que él pudiera controlar, ella a
interior, le dice que ella porta unas piernas sensuales, m
scupió la joven mientras está cerr
armaron y poco a poco se fue levantando con su orgullo en el sue
e como yo. ––Termino diciend
co quiere de ella. Asà que se posa enfrente de ella, impidiéndole el paso. ––¡Déjame pasar!––Gritó la chica co
ijo Demian con seriedad
ita la joven molesta, mientras está demostrando un genuino en
mor. ––Su mirada penetrante hace que ella misma baje la mirada,
dÃas amor! ––Termino gritando con fuerza la joven, haciendo lo que Demian querÃa. Asà que Demian
del olor a waffles recién hechos y café del mismo que tomaba su madre por las maña
Ali
que no dude en tomar mucha comida en un plato, y llevarlo a la mesa como toda un
agradarle" no funcionó, mientras que conseguà que él sonriera y también qué se riera, supongo que era el fin del mundo. Su risa
sus puestos de trabajo, para mirar algo que no se puede repetir, la risa del hombre de hielo. Pero eso duró muy poco, puesto que él m
s empleos! ––Grita haciendo que todas las pal
uno contra otros, y cómo aspiraban los pisos. Él era particularmente extraño, habÃa veces en las que me preguntaba si él era genuinamente lindo c
comer, me levan
–Me iré a dormir.––Decidà caminar más rápido,
spalda. ––Hoy vas a ir de compras, ya te lo habÃa dicho. ––Me dice mientras Laura le pone su sa
distante, intentando avanzar hacia
–– ¡Te dije qué vas de compra
s de tipos que se rompen el culo por hacerte feliz, mientras destruyen otras empresas con su propia ambición?
entros comerciales, automotrices, sellos discográficos, plantas de luz, plantas de agua y todos los servicios que alguna vez pudiste imaginar. Convirtiéndose en una de la empresa más grande de Europa, mientras ayudamos a empresas nuevas o viejas a mantener estabilidad económica. ––Lame sus labios, p
tú lo ocupas, ¿de qué demonios se trata esto?
superficial lo hace ver alto y fino, al lado d
su perfecto porte se viera mal al lado de su nueva prometida, pero no era
, mientras tapó mi boca. Él por otra parte, me miró de a
Dijo intentando no darle tanta importanci
y tú...––¡Maldita sea! Me está int
cionar mis palabras. –– No te preocupes, todos saben que me gusta ha
idiota. ––Le contest
ia.–– ¿Qué dijiste?––Pregunta peligrosamente sensual.––No quiero malas palabras en mi casa.––SentÃa incluso algo extraño en mi
me caro, que simplemente me hacÃan temblar. Antes de que sus labios se unieran aún más, lo empujo con
mi primer beso, pero realmente sentÃa como si quisiera que él fuera el primero y el úni
debo creer en lo que dice. Antes de caer en más tentacio
parte, puede hacer
golpeo mi cabeza con fuerza. ¿Por qué mi corazón se tambalea de esa man
me fue otorgada. Todo era grande y lujoso, mientras que abro una puerta que no vi antes, al lado
en este lugar, ya que nada encajaba co
lo suficiente, para dejar de lucir como una joven y cuando termino, me miro al espejo para poder ver el resultado de mi esfuerzo. Realmente parecÃa otra yo y estaba sorpr
ento un poco triste, ya que mi madre diaria se maquillaba y jamás quiso hacerlo por mÃ. Todos los dÃas veÃa como se colocaba un polvo olor a jazmÃn hecho en Japón, mientras que sus labios siempre estaban delineados a la perfección de un color carmÃn
je. Después de admirarme y recordar como mi madre temÃa que yo fuera más bonita que ella, ba
ando el celular de sus manos y
ro no demostró mucho enojo al hacerlo. –– ¿Acaso qué es más i
––Le grite molesta y con seguridad. ––Te di
no sé de qué tengas prisa? ––Sin duda yo era un nuevo obstáculo para él, lo
entira de una vez. ––Le co
es tan real y pronto un papel te hará Volkova. DeberÃas estar agradecida. ––Me dice mientras tiene labial en su boca, que le perte
s restos de labial que hay en su boca, ha
sabÃa qué hacer con mis manos. ¿DeberÃa mirarlo? No, si lo miró, pensará qué me gusta y no quiero que sepa mi
erando el chofer. Él y Demian caminan hacia una puerta, al lad
entes en el lugar. Yo misma resopló, al ver la cantidad de autos que tiene Demian estacionados
te hermoso y transitado, pero no puedo negar que me da un poco de nostalgia no estar en casa. Derramó una lágrima, mientras intento a
l auto se detuvo enfrente de
aristócratas y gente de la alta sociedad. Creo que tenÃas suerte si solo entrabas a la recepción, y si no
os querÃan atención del hombre más rico de Londres. En este mismo momento, me pud
–– ¿Le preparó una cita para el restaurante Marcus Wareing? ––Yo abro bien mis ojos al escuchar tales cosas. ––
eal, de verdad é
él sin decir nada sale con una sonrisa en su boca, mientras se pone sus gafas de sol. Él realmente se cree una
, sorprendidos corrieron a abrirme la puerta y a
a manicura? ¿Un masaje? ––Preguntas que en e
l parecer era la primera vez que les hablaban bien a est
o respeto. ¿No se supone que Demian le tiene que tener respeto por ser mayor? De inmediato no dude en pensar en mi pobre padre, él siempre fue u
tenÃa que decir algo al respecto y no s
n de tu clase social. ––Dijo mientras posa su brazo por m
¡Vamos Demian!––Suspire y me detuve.–– No actúes como
o. –– Remarca con sus labios rojos. ––Soy la reina, si se puede decir asÃ. ––Me dice mient
ncipio no lo noto, ya que estaba envuelto en su burbuja de
ge como un león molesto conm
esté caminado más rápido que él, ya que querÃa ganarl
edificio que tenÃa su apellido, me daba una idea. Mientras que sabÃa que todos en Inglaterra alguna vez
si estuviera encarcelada en una cárcel de barrotes de oro, estaba atrapada en los dulces sueños