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AMORES PELIGROSOS

Capítulo 5 ACERCAMIENTO

Palabras:2234    |    Actualizado en: 18/01/2023

haces con suma devoción y compromiso. Así mismo, sucede con los sentimient

l; un vestido pegado al cuerpo con tirantes espagueti, con escote corazón, color Burdeos, atemporal, acompañado por una Cartera de Yves Saint Laurent, de color negro, los zapatos elegidos fueron en tonalidad dorada y por último, Daniel eligió una sutil cadena decorada con toques de pequeños diamantes

chos, vayam

padre nos

n este momento. Además, no se preocupen, y

tráfico, Daniel tardo una h

oy? —aunque Daniel no le resultaba i

pe si soy inoportuno, no

ó anoche que gracias a tu padre y tú, ella ya es libre, y quiero darte,

do su apoyo

onó Amelia, con un t

tir a su hija

bil lapso, ¿acaso Daniel, estaba bromeando?—. Bajo

ntención, ténga

hace dos días, no me venga con el cuento

reerme. Eso es lo q

estás deslumbrado, y te compren

he mientras observaba a su hija amamantando a su pequeño, notar como él le sonreía, la felicidad

las, pero al fin

en difícil. Pero no m

i hija, yo… —antes de que Amelia terminar

una gran tensión entre ustedes? —Ana

—dijo su madre tratando

os segundos—, ¿sí es así, porque

asa nada. Además, estoy a

uy tem

varios regalos. Espero los disfruten —Daniel, le ordenó a sus h

ió un poco molesta, ella no estaba acostumbrada a q

esa idea. Esto lo hago para mejorar la calidad de vida de t

, perdó

recibes obsequios sin que te pidan nada cambio. Ade

do de su nuevo sillón, Amelia no pudo

a cansado de tanta rigidez. Y de una vez aclaro

al contario, me hace muy fel

hora, tenemos que ir a tu habi

más tr

claro, si me p

mamá quédat

pe también es

?, está bien, veamos cuál

nabell, Daniel le ordenó a sus hombres que entraran la cama cuna—,

pero no pued

Además, no es pa

com

rmiso, le diré a mis hombres que la ubiquen, mientras yo voy tus obsequios — los hombres de

io, ¿para qué le compraste t

o me convertiré e

E

sostuve a tu nene en mis brazos, él me miro y me sonrió

n tú, cu

que quieras, pero estoy segu

cinas tanto en que

indiciada

n futuro te aburrirás, mi pasado te

re, imagínate lo que me impo

ista. No siempre el

de una vez te advierto, si lo haces par

atados, insiste todo lo que qu

mos un punt

más que ella quisiera mostrarse fría, como un témp

ás, no tengo que gustarte de inmediato, solo acerquémonos, conozcamos y siempre mante

me resultaste. Creo que er

igo es casi como g

Anabell frun

iam, ya es tu turno para

mpraste lo más exc

, estoy seguro de

do las cajas, su corazón saltaba de felicidad, er

consumían a Daniel—,

un llanto ahogador—. Llévate todo esto

esó su frente—. Tú eres como un diamante bruto, dentro de t

do absorbida por el fango, en cambio, tú, has

donde estoy ha sido sin obstáculo alguno, pero eso de nada me h

eces solo me enc

gará el momento en que t

mos hace tres días —cuestiono Anabell tratando de adiv

s a la más, grandes penumbras; en las noches tu aroma impregna los senderos de aquel jardín que agonizaba. En el día ríes porque los rayos del sol llegan a

sacaste e

esarte que al llegar no podía dormir, mi m

ras tan reconfortantes —ante tales palabras

e clima. Tú también puedes, los tiempos amargos ya pasaron, disfruta todo e

ra que intente iniciar de nuevo

ses a ese putrefacto mundo. Te propongo algo, mañana hablaré con papá, él tie

es que aún no sé, cómo obtuve la beca, mi madre me ha enseñado lo poco que

ara disfrutar, así que vamos hagamos todos los pr

antil que hay dos cuadras, mi presupuesto es algo limit

o?, todo correrás por cuenta mía.

e lo que

arte. Por ahora debes de saber que a las siet

que iré? —son

ás que respeta

era… —Anabell no parab

salvas porque teng

l Anabell, tomó a su pequeño, quién luci

su cuello, y luego le dio un pequ

experimentar incomodidad, Anabe

inas la frase?, e

—Anabell, le dio un pequeño cos

fue como un

perder el tiempo, y apurémonos,

itana. Usted es la

refrescante baño al pequeño Liam, y mientras Daniel con su inexperiencia s

a como su madre la observaba de forma fija y de cierta f

e g

eso es

rsonas que se enamoran en cuestión de segundos,

e en las pelícu

n almas que están destinadas, y así pasen mil vi

insi

l se mantendrá en pie, sin importar cuanto lo rechaces, y cr

que no entendía esa fascinación, a que ella se abriera a Daniel—. «¿Qué demonios le sucede? ¿Desde cuándo le i

por un Daniel batallando para vestir

qué sig

do, he inte

pérenme en la sala, en vein

estino para ese día?, ¿s

nti

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