Amor en tiempo de Tormenta El Recreso de Elizabeth
a la ligera, ella se puso a discutir co
que hablaba sobre mí
ués no va a pasar lo mismo
o estamos clar
ndo lo que decía, ella nos ha demostrado coraje al enfrentarse a es
chos y nos hacemos los locos para no enfrentarlo. Ella siendo una simple secretaria defendió su h
ntonces mujer? Ya habla de
impaciente como siempre, a
déjenos
ia la puerta lateral saliendo a un balcón que
s vimos los videos de seguridad y nos dimos de cuenta que no fue tu culpa, pero
o?! –exclamé
agallas, niña. Y también tengo que felicitarte por haberte g
responder, pero eta vez estab
Vicente –gr
ón, Vicente observa que
ó usted
adelante, siéntat
e porque ya tenía varios años trabajando para la empresa y nunca lo
algo, te siento r
quiere hacerse responsable de lo
¿él acaso no sabía qu
sión, por ahora quiero disfrutar de este momento,
do su cara se encontraba entre mis piernas que le sonó el celula
iendo un manjar de dioses, haciendo luego referencia de que se trataba de una
lando con el dueño de la empresa que no sabía
taba acompañado de una mujer espe
pre nos dijiste que no te ibas a enam
o que pasó, ella tiene unos ojos que cuan
o estuviera allí, mi presencia no parecía incomodar p
tonces qué pie
on ella para la
eer, las Islas Canarias, eso siemp
uando sería
fía termine de arreglar to
estaba hablando de otra mujer, no podía creerlo, de
cir nada me dirigí a la entrada lo
ala detrás de mí, abrazándom
o tú eres con quien quiero pasar
ra mucho más fuerte que yo, al cabo de un buen rato forcejeando estaba ag
parar, con mis manos lo golpeaba en el tors
rrer detrás de una mujer, ¡en rea
la me hace que haga c
n lo que ha sufrido hoy, ¿pa
beth lo siento, no volverá
teojos y me seca las lágrimas, yo lo quería matar, pero me sen
acérquense los
rde cuando salgamos del trabajo, eso me lo dice en el oído, retirándo
nto a él, era tanta mi vergüenza porque no podía dejar de llor
haber sido un día fácil para ti, pero te
ro de Vicente claro con su amorosa ayuda que me
oriqueando pude ver que se trataba de un sobre
señor Alfonso pensando
n más, se pueden tomar el resto de la tar
ía me queda m
arás mañana, ayúdala, esto
tiendo
plicado, ve váyanse. En eso Alf
s, todos ven que el
o dijiste?, pregu
mocionada por culp
tención lo siento. Expu
l gusto en estos momentos tan delicado
e, hay que seguir la reuni
s como les digo?, él cree qu
que llamar a los otros y segu
se salga de nuestras manos.
ya se pueden retir
cciones que Federico, eso me convierte en un so
referente a este tema, así que tranquilo, te haré l
scuché bien? –Di
omaremos represalias severas para cualqu
–dijo la presidenta con
ñana y descuida te avisaré hoy m
señor, con
aguantar, me le tiré otra vez en su pecho
ice sentir mal, n
–fue lo único
quería ver tu reacción nada más, no pensé que te fuese a afec
te como aparento ser –co
mas, pone sus dedos en mi mentón y me levanta l
cogimos nuestras cosas, cerramos, dirigiéndonos al ascensor, yo intenté soltarnos de mano
go lleno, todos se nos quedaron observando, me dio vergüenza que crey
dentro él se colocó al final, se recostó y yo me paré al frente de él dándole la espalda, todos nos
recostara de él, la cara se me caía de vergüenza; en la mañana todo un espectáculo
, después salimos nosotros e igual no me soltaba la mano,
avor, llama a mi
ediato –contestó Lu
e su pecho, todos los que iban saliendo se nos quedaban observando, aunque
a ha estado involucrado en ningún escándalo, todos
os llega un vehícul
su ve
–contestándole
vidas trabajando duro, yo podía comprarme un vehículo como ese
automóvil, el chofer nos abre la puerta de atrás subiéndonos, luego cierra la
e siempr
ta vez vamos h
a usted
os a comprar
ndido
o comercial, páramos al frente, el chofer se baja, nos abre la puerta y descen
lo hacía, pero lo que me gustaba me lo regalaba, compró dulces, ropa casual y no casual, zapa
, nos dimos cuenta de que ya era algo tarde y regresamos hacia la salida, pasamos por
ara que no me sintiera más mal de lo que me había sentido en todo el día, si él