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Una Sumisa Para El CEO

Una Sumisa Para El CEO

Autor: LuadMel
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Capítulo 1 Hermano

Palabras:2480    |    Actualizado en: 08/01/2023

la parte superior. El zapato dorado se convirtió en su marca, ya que era casi su último calzado. Los pelirrojos eran lo único que lo hacía único en aquella cafetería de la esquina, pero su

busca de un nuevo empleo, pero no se daría el lujo de desistir. Eso nunca, nunca. Levantó la cabeza y salió del baño de aqu

ente que le ayudó durante el tiempo que pasó allí. Se despidió con un fuerte abrazo y dio la espalda

juego con las zapatillas y eso era suficiente. Todos en el hospital ya conocían a la hermosa chica de cabello rojo y ojos verdes, así como

como trabajar ahi. Siguió caminando por los pasillos hasta la habitación de su hermano, donde todos ya lo conocían y lo que

llante, al menos así es como él quería que estuv

ima de uno de los sillones y se acercó a la cam

a su hermana y sonreír un poco más. - La Dra. Evelyn dijo que

hablar de la mujer

está pasando? - atravesó el cuarto siguiendo al niño, pues el pequeño c

dos los procedimientos para que el pequeño se durmiera tranquilamente y no necesitara una vez más

te procedimiento y en una o dos sesiones más está listo para ser operado. - Mel desvió la mirada hacia la cama mirando al niño - Y déjame adivinar, usted aún no consiguió el dinero de

o sería demasiado. - Comentó. Sus ojos se llenaron de lágrimas e incluso trató de ocultarlo. No quería tener que

l final de la cuadra, verdad? - Ella estuvo de acuerdo - Tengo un primo que acaba de qu

o. - Se animó al menos en ese

aje. Ah, y puedes dormir por aquí, es tarde para v

a mujer que se había vuelto más que una

podía quedarse allí para siempre, y su única alternativa se encontraba en la mujer parada al lado de la cama preparándose para dormir. No es cada vez que una quimioterapia c

nfermeras, y todas las residentes de aquel hospital ayudaban como podían, pero no todos pueden hacer todo, ¿verdad? No sabía cuántas veces había entrado y salido de In

pensar, pensar mucho en qué hacer y en un nuevo empleo que tenía que buscar. Cerró los ojos para

te para vivir con él, hasta que el pequeño comenzó a mostrar enfermedades exageradas y fue entonces que descubrió todo. Dejó su trabajo, la universidad y sus amigos para cuidar de su hermano, y todo empeoró cuando necesitaba el dinero.

ugar que conocía bien. Sus padres solían comer allí cuando querían

que no dejaría que sus tristezas le impidieron sonreír

nimado y animado a pedir ayuda. Ella nec

cedimientos más complicados. - Respondió desviando la mirada. Su madrina la

l pequeño abrazo - Está un poco apret

pero su ayuda es siempre bienvenida, incluso tengo que decir

pasó la mano en la cara de la chica y le dio una sonrisa d

ido. Tal vez la bebida más maravillosa que hay en la faz de la tierra. Mientras saboreaba su delicioso desayuno esa mañ

er al lado y después le miró fijamente. La aflicción que venía de la misma la dejó t

Será que él no se toca que yo también tengo una vida y necesito distraerme. - Gritó a la mujer, Larissa sonrió sirviendo otra taza de café para la mujer que in

ra morir así de estrés. - Te paraste ahí viendo a la mu

nas quince veces - ¿Y sabe la dificultad de encontrar una nueva persona para que él pueda distraerse? Estaba en una cita cuando me llamó y me dijo que nece

Dijo sonriente. - ¿Y tú Mel, cuándo será la cirugía? Ayuda

dijo que una o dos más de quimioterapia y el tumor se reducirá tanto como podamos para ha

emente miró a la otra y recibió una sonrisa a cambio - Es

errumpió. - Conozco el temperamento de tu jefe y ya voy di

He pasado por muchos trabajos, pero tengo más restaurantes e innumerab

a del otro lado, la expresión no era de las mejores, pero si tuviera una oportunidad, aunque fuera mínima, de

o de ello. Al menos con la belle

levar a él ahora, entonces ustedes pueden

Yo qu

único que importa en el mundo y eso estresa a cualquiera. En otras palabras, es solo un mimado que tiene to

servirle y luego salir, no

mbre muy bueno en las relaciones. Evite hablar de su familia, a él no le gusta sab

ural. No voy a comentar nada. - Mirela la miró de nuevo y sonriente, rec

rimero dejando a la pelirroja atrás que acabó so

ese lugar, ríndete y regresa. No tienes que

por el hermano. Creo que servir a un tipo que no le gusta h

de que el hombre no era fácil. Ya había oído suficientes

ro, hablaba por teléfono y mientras se acercaba la vio pelear con alguien y apaga

ojos verdes de Mel. Ella era hermosa, probablemente a su jefe le gustarí

econfortante, perfecto para ser sincera. Y durante el camino, parecía mejorar. - Pen

Mi jefe, por ejemplo, le gusta el silencio, la paz, no le

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