El hijo oculto del CEO

dentro. Su cabello largo hasta la cintura, con bucles rubios que caían sobre su espalda, le daban un aspecto angelical que poco tenía que ver con la mujer que e

esitara negárselo. Incluso el sonido de sus tacones

continuaba afectándo

fuese su altura y que continuara siendo bajita, pero ya no era redonda como lo había sido en su pasado.

mer chocolate —sus

n no podía evitar pagarlo con la com

e negocios y me dé duro contra el colchón, y no

n grito—. Ya sabes que

ra con la que regresaste de Italia. Benditos italianos. Ese marido tuyo tuvo que ser todo un experto en el arte amatorio

onocía a Elián y sabía que sus comentarios poco acertados nunca er

le faltara el respeto e incluso después de muerto, en su testamento, se aseguró de que nunca quedaran desprotegidos. Y todo ello en un matrimonio basado en la amistad. Porque su marido jamás la tocó, no podía. Su enfermedad lo imposibilitó para tod

la última vez que un hombre la

amientos eran incoherentes, molest

Por no poder librarse de ese deseo enfermizo que siempre sintió hacia ese malnacido. Así debía llamarlo y no olvidarse de lo que ese rubio con ojos violetas e

ando yo estaba solte

y podía dar gracias de que fueran sus dos únicos ocupantes. Elián no tenía filtr

qué h

alzó las palmas de las manos y movió la cabeza con gesto burlón—. Te has puesto roja como un tomate y

última planta del edificio—. Yo solo estoy nerviosa por todo esto de hacerme cargo de la compañía.

s a tener problema en llevarte a uno o a muchos al huerto. Un buen par de polvazos y como nueva. No

ante—. Si fuera el último hombre de la tierra, yo me quedaría con mis dedos. Y si tuviera lo

nferior—. Cochina, pero muy inteligente, ¿cómo no se me ocurr

biar de tema en el momento justo. El asce

n ojo a su tío y salió todo lo deci

alta, esbelta, con un cabello lacio y negro has

a a los CEO, ya sabéis —pronunció con un toque de desprecio y observó a Elián como si fuese una cucaracha—. Chief executive officer, el consejo de

e estallara y comenzara a dar gritos. Decidió cortarla y permitirle a su futura empleada el beneficio de la duda. Tal

do y con ello logró que se callara—.

da de la junta no se servirá sola. La reunión está por comenzar y si no os apuráis… —Chasqueó los dedos—. Mi je

hombros, se movieran. Miró a la mujer que se dirigía con prepotencia a ellos y después dirigió su vista a María. Ambos se hablaro

do Brais, su padre, salió de su despacho y con u

azos y se apretó contra su pecho—. ¿Me puedes explicar por qué tra

o, más te vale que muevas ese precioso culito y me traigas un whiscaso, o mejor, busca en la oficina del muchachote de Cris y me trae

r aprovechó el momento para escapar. Al igual que su padre, Cris ya era un hombre maduro, cercano a los s

ue tan bien le sentaba. De un solo movimiento apartó a Brais y tiró de ella para que cambiara de bra

sacó el teléfono móvil del bolsillo de su pantalón y se lo acercó a Cris—. ¡Vamos, muchachote! Atrévete a d

do su suegro en un universo alternativo donde Junior y ella hubieran logrado ser pareja. Era el abuelo de su hijo, y es

erfume masculino que emanaba de su ropa—. No hagas caso

s? Serás mi sucesora, la presidenta de la empresa que tanto trabajo me costó levanta

ebro creativo, yo fui el que mantenía las finanzas y el guapo de esta fructífera asociación. En lo ú

aquí. Para que nada empañe el día de mi sobrina preferida. No como vosotros q

e comencéis con las peleas. Cristian, no entiendo por qué apoyas a mi padre con todo esto. Tu hijo comenzó a aprender sobre la

Junior ha trabajado mucho y no pensamos dejarlo a un lado, pero su comp

o tu tío era joven y guapo, no como ahora, la prensa siempre afilaba sus colmil

caballo ni necesité

año caballo y por eso te he deseado por tantos años, pero cambiando de tema, mi querido Junior solo necesita encontrar a su p

ba de hacer hubiera sido muy acertado, para después mirarla a ella. María

hace más de media hora para que no se encontraran antes de tiempo. Muero

rior. Se sentía un pajarito engañado que había caído en una trampa y se había percatado una vez dentro de la jaula. Todavía podía huir, estaba a tie

ría a ver después de tanto t