TU TAN ARIES, YO TAN TAURO

las estrellas si nunc

c Sani

mo había acabado su noche anterior, que se olvidó del paseo noctu

ue no sea algo grave, ¿ha llamado otra vez? — pregunto su madre, algo pr

n An me está costando, hoy estuvimos en un restaurante, no pude ni entrar, sentía que en cualquier momento me ahogaría —

o digo por experiencia propia, así que mira que te hace feliz, si ya sabes que los espacios cerrados y muy llenos no son lo tuyo, busca otros, amplios, con poca gente, rodeados de natur

ebía adaptarse o cambiar, eran sus opciones, miro su reloj de man

ógico y cuidadoso para buscar las soluciones acertadas a los problemas que se te presenten. En general, se pro

da día decía algo similar y era frustrante, pero bueno, el universo n

escribió a

eas, me di cuenta que es lo que necesitas — tex

rancias, hoy sentí que moría —

ro que cargara, estaba algo lento el internet, sucedía cad

la la imagen de dos tiquetes con rumbo a Carta

sconcertada por aquella noticia, no iba al mar desde qu

abas en tantas cosas, así que espere y ahorre,

laba volver, es el mejor regalo del mundo. — le contesto en un aud

o que andas cargando en esos hombros, voy a dormir, te escribo luego y ultima

da hacía vestidos de baño y tenía algunos guardados, se quedarían con una gran cantidad, los necesitaban, la madre de Aurora encantada se los donó, con la condición de q

ecesitaban y lo que no, An ya llevaba su maleta desd

s que eran, llegaron faltando una hora, el checking ya estaba listo, se despidieron de

iempo de espera, estar juntas siempre era entretenido, más con

tieron el vacío que dejaba el despegue, le gustaba esa sensació

a aventura, la anhelaban con todas las ganas, las personas las miraban y les causaba gracia, su alegría lograba ser contagiosa, tomaron un taxi, un hombre amable llamado Tomás las llevo al son de la música, una salsa que se sabían perfectamente, miro el panorama, era tan

alcón era lo mejor, sonrió mientras el viento enmarañaba su cabello y quedo hipnotizada mirando hacia su lug

mítico, pues no parpadeaba, Aurora nunca se enteró, pues estaba tan embele

el cielo de aquella forma? — d

girado a ningún otro lugar — respondió

— y como si hubiese salido de aqu