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Miedo a la venganza

Capítulo 4 La Mentira

Palabras:4790    |    Actualizado en: 03/01/2023

ist

me reclama Laura cuando me llama por teléfon

iendo, ayer no fui capaz de decirle nada sobre lo que leí en esa carta. Estoy seguro de que ya no estoy ena

rla, menos por las palabras de una carta, que, desde luego, no d

o quiero que nos veamos en la clínica más

spués de eso podemos ir

ece est

lusionarla me hace sentir culpable, pero no me queda otra salida. Si bien no sé si voy a dejar a Laura, al menos d

quiero, solo sé que me falta algo,

ra hacerlo, pues estoy casi seguro de que esa misteriosa mujer estudia allí. Toda la noche traté de entrar

cosador comie

para decirle que interpondrás una denuncia por acos

ía con día. Las únicas horas en las que estoy tranquilo son cuando estoy trabajando, lo cual no creo que sea d

o aquí, así que me bajo de mi coche sin preocuparme. Mis ojos se centran en un par de jóvenes que están hablando cer

erco a ellas. Sé que es estúpido pregunt

n, señori

a que no puedo ver. El sonido de su voz hace que me es

z es p

que la trato de perseguir. No logro mi cometido, puesto que

cuando volteo a verla, me doy cuenta de que e

uí -respondo sin titubear -. Necesito

e? Podría ayudar

e gustaría saber el de la joven que acaba de irse.

miro con el ceño fruncido -. No, no sé quién e

que no fue honesta conmigo, que me está mintiendo. No voy a conseguir nada de ella, por l

De nuevo pienso en interponer una orden de restricción o una denuncia, pero luego, al recordar esa voz tan tierna y que me hizo sentir

Voy a llegar muy tarde a la clínica si sigo haciendo esto, por lo que me

studia allí, y alguno de e

n ellos. Este día veo a más pacientes embarazadas de lo normal, lo que me hace recordar constantemente el tema de Laura, quien debe

onrisa de emoción por verla. Seguro ya hablaron un buen rato antes, pu

mpuntual, pero voy a

r que la anuncien, pero prefiero estar prevenido, ya que sus visitas a la

a situación. Sigo sin entender por qué esa carta ha repercutido tanto en mi estabilidad emocional, porque me conmociona ta

tienes? -me pregunta Laura con voz mimosa y, antes d

a con mis brazos. Sus ojos me observan con mucho a

a que empiezo a sentir ganas de tener sexo, pero el sonido de esa voz y el recuerdo de mi mujer misteriosa

s un par de días raro, ¿te hice algo? -cuest

y sacudo la cabeza -, pero creo que tú

o? -me mira asustada. Me a

necesito mos

sma que se evapora cuando hago que entre a la s

odo esté en orden par

te dij

esto, quedarme t

que me revises, no

a tan tonta -. No tiene nada de malo que

o que no

y sujeto el picaporte para que no pueda salir. Su cuerpo queda

me entere de que nunca podrás ser mamá porque

a después de

to eso,

nerviosa mientras se gira hacia mí

e importa es que lo sé. Necesito co

er

diendo, te lo esto

vise, comprobando por fin que lo que esa carta de

e dejaras -confiesa cuando volvemos a mi con

Me presionaste tanto para tener un hijo, has hecho

, lo siento, no me

, sino por haber creído que te dejaría si no me dabas un

limpia la nariz con un pañuelo -. Pero tú

poder volver a confiar en ti -me levanto del so

olo era una incógnita. Pensé que enloquecería de rabia, pero no es así, me siento indignado pero tranquilo,

r esto, yo sigo

u valor como mujer -replico -, pero sí que te resta puntos como pareja.

ía, pero quería encontra

ara venir a abrazarme. Pese a que quiero mandarla al demo

ica -. Te juro que

¿Cómo l

desabrochar mi cierre. Aunque necesito tener sexo y su insinuación no me d

me mira de forma sumisa, lo que no me agrada, pues no me refería a eso -. Si yo no quiero tener rel

siente de manera desesperada antes de aparta

ero ir

onces podremos

-. Acabo de recordar que me gustaría habl

nn

al interior de la enorme casa. Me preocupa muchísimo que Sofía esté merodeando por aquí y que

z baja mientras cierra las puertas con seguro -. Ahora mismo está haci

rostro palidece al escu

sada que me siento ahora mismo. Mi carta no sirvió para nada,

acia su silla, que está detrás de su escritorio, para sentarse. Con un gesto

ará que esto es u

real, solo que comprenderás que no puedo creer de buenas a

o nerviosa, mirando hacia abajo y jugueteando con

ro que hablemos, que me cuentes todo lo que sabes pa

ce unos días no sabía nada con respecto a esto, pero una mujer

Cómo que

, pero me mostró todo lo que sucedería entre Christian y yo, y lo que vi fue

a idea de que todo eso termine sucediendo de verdad,

urra -. ¿Quién

mejilla derecha -. Doctor Russo, lo que le digo es de verdad, no estoy inventando nada. Yo le mandé esa ca

a, algo enojado -. Mi hijo ha estado nervioso

me encuentre -mu

uieres? Es ilóg

ficado mientras hablo -. Prefiero renunciar a su amor antes que ponerlo en riesgo de que sufra

-frunce el ceño -. ¿Te das c

alguna manera de

r con esto y no tuve éxito-suspira-. No dudo que tú seas una chica i

r a Christian, no p

controlarlo -me trata de tranquil

me -me levanto de la silla y lo miro furiosa -. C

de esperanza. Él, desde luego, no quiere que le ocurr

de eso, yo no voy a permiti

aldición, no le pido nada más. Necesito entend

ero sigue siendo evidente que está asustado -. Él va a encontrarte, y mucho m

mientras no me vea a los

oportunidades de éxito. Solo vas

uyó de él una vez que me encuentre.

es mejo

lgunos problemas, y sé que Christian va a querer solucionarlo todo, y no quiero eso, no quiero preocu

yos en el momento en que estén ju

esolver sus problemas? ¿Dejaría que su

ás pondría en semejant

n se vea con mis padres, no quiero que los enfren

nado-. Esto debe saberlo Christian, hija,

berlo, me iré de mi

Inquiere con nerviosismo, y yo

a la puerta, haciendo que

o cardíaco se acelera de forma instantánea al e

urra César, y yo niego en

frente a él, no así, as

De él saca un libro de pasta gris y aspect

, tratando de abrir. Menos

responde el doc

¿Será que tienes a una m

ar, y si yo no estuviera tan nerviosa, me reiría. Me encanta ese tono

o, lo cual hago sintiéndome culpable, pero el destino no me deja otra opción. Nos e

eíble, te metiste a la casa de su padre, ¿

e pregunta Christian a su padre c

unos informes médic

ar co

momento, ahora d

o hablar ahor

, Christi

n agradecería que salga de aquí, ya que mis piernas

lemos en e

o, lo cual casi me hace rechinar los dientes de furia. Estoy molesta con él por no

el cuento en esta situación por querer romper una pareja,

hablar, pero

montón de palabrotas mientras escucho

iona Christian -. Parecier

regnado el perfume de tu madre. Sabes que ella v

ice Christian -. Reconozco este aroma

estás así, yo no percibo nada -replica César, y yo so

disimulo saco mi celular y descubro que el muy

o 1; H

que lo puso en esa carta es verdad -responde Christian. Puedo notar en

o puede te

no tiene úter

hijo, ¿qué va

rla no es opción por

ue no la había dejado, pero escucharlo de la

có pe

siderarlo, tú no eres

í que da igual, ¿no? -dice mi Christi

ue piensas -contesta su padre, quien da una

que no creo, y con respecto a esa mujer... Voy

ristian de esta forma, me hace desear levantarme e irme, pero recuerdo que esto es lo mejo

alabras y vendrás aquí a decirme que

o verás-se b

rees, deja de busc

to que me explique

o, no vas a dejar a

qué? Yo

dice Laura, y a mí se me revu

mentira, lo que me hace sentir ridícula... ¿Cómo podía esperar que la dejara por eso? Tengo

marcha del estudio, y César m

que he encontrado sobre el tema. Espero que te ayude a entenderlo, a

debo hacerlo-respondo con la voz tem

a. Él te necesita, de ve

quiero que su voluntad se reduzca a cero por

e conoce, pe

e conocerá, no mientras tenga esa maldición. Cuand

ssa, rompo a llorar en sus brazos. Esta no me pr

e, él nunca me e

e todo esto es confuso para él-contesta-.

rá porque es

star contigo. Él te amará de verdad, H

ndo el abrazo-. No sé qué me pasa, esto me du

o a tu doctor y estás celosa-gruñe, lo que me hace reí

número para contactarlo de nuevo, también esto-le muestro el libro, que en realidad es una libreta pro

annia-dice contenta-. Qu

ió mucho en aparecer frente a

sa tal Laura consiga tener un hijo suyo. No estamos en la

primero debemos averiguar si podemos romper esa maldici

gas solo porque me muero de curiosidad y

che-pongo los

n temas que implican brujería. Me encanta, l

s. A mí no me agrada que esté tan emocionada con esta situación, pero no puedo quej

libreta, la cual guardo en mi mochila, pues la leeré

mos tenido que tomar dos autobuses, pero logramos ll

, quien está en medio del porche. Mi corazón empieza a latir desboc

ian, tranquilízate, él e

n se encuentran con los míos en cuanto cruzo la p

nada que estén mis progenitores presentes. Él es bastante atractivo a sus cuarenta y tres años, un sueñ

re, antes muerta. Aun así, no digo nada, mi prudencia hace acto d

on una sonrisa encantadora, que no podría serle indiferente a n

o es Chris

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