La Profesora del Hijo del CEO
una persona que te hag
amín
si todos sus pensamientos estuviesen en complot para no dejarla dormir. Necesitaba descansar. El día
su trabajo como "profesora de piano" sonaba tan bien decirlo; respiró profundam
ó antes, tuvo que correr, ir al baño, ducharse y alistarse para salir. Poco tiempo tuve para arreglarse bien, por ahora solo tenía en ment
ventanilla, sintió que alguien se sentó
la voz masculina, ella volteó a verlo -Buen día Anna Baue
er muy emotiva. Podía perci
n interés de mantener una conver
spondió p
ocupó en leer. Ella miró de reojos y pudo ver el título del libro, a diferenci
estar detenido, Anna mira constantemente el reloj. Aún e
a levantarse. Otto se levanta para cederle el p
un maravill
igualmente O
o de Anna, siempre lo estuvo, desde que la vio llegar por primera vez al Conservatorio. Ella quizás no se fijó nunca en él. Ott
os cafes, dejó todo preparado antes de que Michelle le llamase la atención. Levantó las cortinas
e, le llena de angustia. Para no sentirse más ansiosa de lo que ya estaba, tomó su libro y continuó leyendo. Escuchó que la puerta se abrió, levantó la
as Anna, ¿
. Venzon. Bi
fajo de euros. Contó el monto y se los entregó a Ann
sólo esperaba la
os demás. Así que confío en que cumplirás
able en todo lo que hago.
paras dos cafés para llevar
da se los
otro para la rubia. Ella estaba celosa, estaba celosa de un hombre qu
sos. Él le paga y ell
n por GPS. Aunque es bastante sencillo llegar
ue esté segura
-toma la caja de port
ombre desconocido para ella, era capaz de provoca
se expandía por su cuello, pecho y abdomen hasta llegar al centro de su
veloz que Anna fue hasta la cocina par
e, ya de
s que aún no llega Cloe. C
eda cubrir su turno. Desde ho
uno les ayuda cuando lo necesitan y
ito ganar más dinero. El pago de la p
verdad espero que tengas muc
helle, no solo iba a llegar tarde sino que terminaría sintiéndose
e estampado floreado carmín y sandalias rojas no muy altas finalme
pa por llegar un pa
. Trata de amansar a la
en Uber. Aún guardaba la propina que Arthur le había dado, con ello podia pagar sin tocar el
a bastante clásica y elegante, el enorme jardín rodeado de arbustos delicadamente podados, del otro lado un garaje do
a. Está algo nerviosa. Por segunda vez toca el timb
. Anna
soy
bia de algunos cincuenta años la invita
ión. Aunque su familia no era del todo humilde, jamás había visto tantos
la y hizo un ruido con su garganta carraspea
r. En seguida el jove
da, ella solo había visto algo parecido en el Conservatorio Hoch. Aquello era un sueño par
ien entraba y s
eguntó asombrado de v
él asintió- Soy tu profesora de piano -exten
una mujer tan amable y bonita. Pensó por un momento que sería alguna
te -sonri
bellos rubios como el oro y sus ojos verdiazules daban a su rostro un porte de pr
invitó a dar ini
y amable, ella debía rep
elipe se sienta en ambiente y pierda un poco la timi
hon -dijo
gusta e
ow!
n poco de su nuevo alumno. El chico se sienta en la misma ba
llo y agradable para ambos. El adolescente muestra entusiasmo, la forma de An
nto Anna pensó que coincidiría con Arthur en su primer día de clase,
e la manilla para abrir, alguien del otro lado hala en sen
e! -se ex
ase? -pregunta Arthur mien
ara verificar su hor
minutos de retraso. -mira el reloj de pared
go -se des
rvando a la chica mi
s muy responsab
sponde Elvira- ex
ía ser un detalle insignificante para él. Anna estaba allí para darle clases a Felipe, no para que él se fijara en ella. Sabía que el comentario de Elvira iba