La Profesora del Hijo del CEO
ohibido que hace que sea in
k T
a desde la co
deja sobre el mostrador e
rmercado y traigas el mejor
to temor de recibir el habitual regaño que
uelvas, te doy y lo repones, pero ve vola
rasera, camina apresurada, entra al supermercado, toma el paquete de café en gran
na de pagar. Agita sus pie derecho mirando el reloj de pared. Cuando ya faltan cinco mi
e atenderme primero. Ya
para poder pasar su café -responde mirando ape
de la señora
e allí por favor
ue no sea falso, luego cobra los 4 euros, revisa y no
de allí, el café, sólo ti
o, el semáforo está en rojo, va a pasar y cambia a verde, para no perder más tiempo camina hasta llegar frente a la t
daga. Le entrega el paquete, se seca el rostro con el delantal, se lo coloca y cam
trar, casi atropellándola.
reso po
dos capuccin
un látex par
pero no puede darse ese lujo. Como puede, intenta atenderlos mientras desde una
parecen hipnotizarla. Cuando la matea comienza a bajar, ella termina
enzon, dígame q
a, un ca
lgo
sól
apuccino con un toque de cane
usta. Con
ro
todo desarreglado. Se pasa las manos tratando de esconder
r su café. Le entrega un billete de 50€, ella revisa e
segundo,
le da el dinero. Anna se arregla un poco antes de salir, cuando vuelve ya él hombre se ha ido. Suspira con ansiedad. Aquel día
-comienza a buscar
sto es suyo
con los ojos azules de Arthur,
oma el libro y lo
elente título, espero sea ta
ntario, que más desearía ella q
na buena propu
pongo e
-le entrega los bil
a como me gusta. Eso merece una propin
cesario S
uena cortesía rechaza
e la tienda. Anna suspira al verlo alejarse. -
reponer lo que ella había pagado de la cuent
me varonil y sensual de Arthur. Cierra los ojos para d
lle a sus espaldas. -¿Q
e recoger
lleva su perfume. Recoge la taza donde bebió él su capuccino, debajo había una pe
ella? Tomó el papel y lo rompió en pedazos aún más pequeños.
leer por donde había dejado marcado con la solapa del libro. Miró el párrafo, no era allí donde había dejado su lectura, se sintió avergonzada,
reando. Cada capítulo le sugería una combinación de notas musicales con las cuales
0 y 11:00 de la mañana, 2:00, 4:00 y 6:00 de la tarde. Se ocupó en atender y hacer su trab
entrar, sintió una extraña atracción por él. Arthur Venzon debía llevarle algunos veinte
chica con la que compartía turno, se había retrasado por un problema familiar. Accedió
de, se suponía que era sólo h
e, se me hace tard
a. Por lo visto no p
daría si pudiese pero es el últ
preocup
oscurecido, en invierno, siempre oscurece antes. Caminó calle abajo. Vio un par de chicos acercarse en direc
tanto apur
a, estaba aterrada
miso, po
jugar ¿a ver que llevas a
mi cartera, no tengo n
la -Anna tomó aire y lo empujó con fuerza, el chico trastabilló, ella corr
ó a uno de ellos por por detrás, coloc
defensa? -le preguntó mientras pre
ra al piso. Arthur lo soltó y lo empujó con f
ntó y se sorprendió al
zon, si no hubiese aparecido -se
trasé un poco en la oficina. Pero
mi compañera y ahora perdí el
levarte,
ara su casa, yo v
e voy a llevar cargad
sube. Él da la vuelta y entra a
llamas, llevo rato habland
er. Vivo en la
S para que lo lleve
sta allá. ¿Vive
do tenía quince años en
. No debí
. Ya estoy acos
stu
o me dedico a mi p
ad, eres
regalo que me de
te, me gustaría que apre
ses particulares
. Yo le pregu
señala ella el pequeño
asa, san
por todo
. Cuídate. ¡
n, él aguarda hasta qu
e tiene que pasar p
a suspira emocionada por haber sido rescatada p