SOY LA PERVERCIÓN DEL JEFE

a profundamente en mi cuerpo no hace nada más que

palpita en

los, lamerlos e incluso morderlos. Debo admitir que suelo

qué hay dentro, pero se ve

u mano y saca de allí …

r dentro de mi cabeza, en todas las películas que vi

te su imponente presencia. —Debes disculparte —me ordena y yo levanto la cabeza, p

to; me

deseo y luego me toma del

y al borde de la inconsciencia por la fuerza con la que me ah

bésala. —Lo hago, deposito un casto beso en el dorso de la mano, pero él hunde sus dedos

efiere y me derr

iende sus brazos, yo me siento sobre mis talo

llo, luego toma la correa de me hace cami

túpida, pero a la vez d

abanas de seda en color azul marino, tira de

ba hasta quedar

o mis glúteos para deleitarlo con mis f

a lengua recoger mis jugos. Sin embargo, no lo hace, y no logro ser consciente del casi imp

pero de un ágil movimiento hace que qued

voz ronca mientras hace presión co

como puedo, mientras sient

ía de ese objeto abriéndose

, pero me confundo en las sensaci

mirarlo, él continúa hablando—: Eso helado que sientes dentro

el frío del objeto provoca

que me incorpore. Quedo de rodillas sobre la cama,

er cómo me envuelve

ada lado de mi cuerpo, luego me envol

dena y yo me miró pe

o terminar de boca al suelo y arruinar el

tiene inmovilizada desde el cuello hasta unos 15 centímetros por

o en mi pierna derecha intento con la o

las posibilidades y elijo ar

as queden hacia afuera; él solo me observa con sus piernas abierta

fue fácil y me habré tard

—dijo en un tono mole

hacia mi altura y deja caer un rectángulo de seda negro. Sonrío n

pierdo el sentido de la vista, de

y la sensación de su cercanía y el no poder moverme me desespera. —aunque primero voy a divertirme con vos. Suplicarás

ía moverme, pero lejos de asustarme, el calor de mi piel, el fuego entre mis piernas, de

ntir como el film cubre

pasa su pulgar sobre mis labios, lu

lengua por toda mi or

sas nasales. «Para que no te asfixies» me d

mover y pese a lo extraño

hombros y caigo hacia a

sobre el mío. Acomoda sus piernas a cada lado de mis caderas y me sorpr

el ceño ¿Enserio quiere que haga

cima del film, e inmediatamente los separo al mismo tiempo que el plástico se ro

y antes de que pueda procesar sus palabra

o a toser; él lo

veces, mientras me hago agu

que va a liberarme, hace algo que debí hab

hasta quedar a la al

mojada est

momento en el que me quite la cosa que d

da, necesito te

el plástico que cubre mi vagi

sin tocarme. Me estaba muriendo por dentro,

l colchón se hunde a mi la

donde sos capa

ensión eléctrica está muy alta y te expones

a. De momento a otro retira la cinta de mi boca y

cardíacos? Responde a mí pr

…

ijo

la cinta y no se si

a hacerte, solo grita «ALTO» entonces

dolor roza la excitación. Entiendo por qu

ta dificultad, mientras lo hace no puedo evitar carcajearme y él se mole

ojar —amenaza;

siento como algo pegajoso se adhiere a mis pezones y luego, rompe un poc

bien, pero de inmediato coloca

el sonido que llamó mi atención se hace eco en la habitación y siento

cada que se da cuenta que voy a llegar al cl

elvo

lo que me hace

a encen

pone a máxim

eja y mientras gimo

perteneces. Yo soy tu dueño, tu amo. Soy quien hará

antos gritos y sensaciones que me llev

hen…, Señorita Cohen…, Seño

ojo… ¿de furia? De Santino quien tiene sus m

sición para saber en qué circun

res botones de mi camisa desabrochados, dejando a la vist

la postura en la que me encuentro. Mis manos en la cara interna de mis mus

so, arranco el pendrive de la computadora y sin poder mirarlo paso de él. Para mi suerte no me ha dicho nada, pero m

a toda prisa hacia el bar de la esquina y pedir una botella de agua fría. Ni bien me

n, señorita? —me p

agua de la heladera para enfriar la calentura que tengo en el cuerpo por culp