No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos
Ya incluso identifico lo que necesito dentro de mi habitación: una cama, una cómoda, una mesa, un escritorio, un closet, no menos de tres tomas de electricidad, al menos una
se abre y mi hermano entr
as e instalarán las barr
ría y eso a pesar de que a veces pareciera que podemos comunicarnos con la
hes, de ahora en adelante. Mi papá fue más que claro en esta oportunidad, tendremos que terminar el Instituto acá y una nueva mancha en nuestros expedientes académicos y ten
órganos solo para amortizar la deuda. Por las suculentas ganancias es que a Gabriel le comenzó a
el cuando le comenzó a dar sueño. Era su forma si
la en mis nalgas-
orracho no cuenta-se excusó entr
o que lo hizo
*
egunta era más una exigencia. Me encogí
ridículo. Te ves
Gabriel-tu, con todos tus tatuajes si t
rar un tiempo prudencial antes de mostrarle a todos mis tatuajes. Él no tenía ningún problema con que me tatuase, pero podía ser una "mala influencia" para los otros. G
mpre sin importar la ciudad, el país o el continente. Y Gabriel era el mismo, repartiendo sonrisas
ue hiciste no salió muy bien-Gabriel avanzó ha
nto nos vio acercarnos y dio una pequeña
gir a la profesora cuando pronunció
ntarnos, hablando inten
sum
irectora nos avisó que nos asignarían tutores que nos ayudarían a nivelarnos en las clases. No nos hacía falta, el nivel de estudio que traíamos de
omas?-escuché a la
alto de lo que esperaba y crucé los brazos sobre
e tenía yo, aunque sin ortodoncia para su envidia. Solo un par de ojos me miraban a mí, una chica sentada al fondo del salón, con su cabello castaño rebelde, me escrutaba con detenimie
a todo el salón, pasé al lado de mi hermano y me encaminé hasta los últimos asientos disponibles, sentánd
as tutoras-le sugerí a Gabriel
terció con ganas de irse a la casa de un
turas ya debe saber de las tutorías y ser
se mostró más que complacida en ayudarnos a localizar a nuestras tutoras y nos pidió que la
ciales, todo
mirar por mucho tiempo a Gabriel; y éste a sabiendas de lo que le causaba, se sentó en el mesón frente a ella.
ar, finalmente fue Amelia quien terminó respondiendo. Nos ofreció sus cuadernos para sacarle copi
o que dije, no creo que hablase francés,
de la que debería usar. Me miró directo a los ojos cuando me recordó que eran las de mayor promedio en el Instituto y que la necesitábamos para poder aprobar. Sus ojos eran
a las próximas clases, acompañamos a las chicas hasta el salón. Gabriel no perdió la oportunidad de intentar conversar con Marypaz, ella representaba para él todo un reto, además
ro, hacía que el verde de sus ojos resaltase. Tenía unos bucles ligeros que insistían en escaparse de la precaria coleta con el que intentó domarlo. Su
ado al otro con cada paso que daba. Mi entrepierna lo aprobó de inmediato, así que tuve que despegar la vista d
*
a puerta. En respuesta, solo asentí.- Tenias razón con respecto a l
que no se entienden-puntualicé-, p
efendió-, pero bien p
n ella más de lo que tú me obligas a i
e ser lo novedoso del Instituto, Gabriel había interactuado con toda
ifiqué revisando el archivo que llevaba en mi lapt
o y le gruñí cuando atraj
más de lo
mana estudiando. Como papá nos vea un
a Amelia. Con su ayuda
odase y aunque era gracioso verla molesta, y hasta disfrutaba moles
puede que acceda-le dije ponién
ía cada vez que lo pillaba con las mano
le diría que sentí un alivio que me
sonrisa y se le
a playa, pasar el día con las c
tos-soltó un bufido como si supiera que