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Después de la Tormenta

Capítulo 3 Yo te conozco

Palabras:3677    |    Actualizado en: 04/01/2023

re

busco en mi mente qué espera que le diga, por

blar para que entiendas que tengo voluntad de

mpo. No es mi intención presionarte. –Contesta mientra

e cansa escucharme? –Contesto con un t

la vista me cansa… ¿Por qué supones que me cansaría e

enso que ningún hombre puede encontrar nada interesante en mí. –Respond

la gracia que le genera

e que lo pienses a

lta de autoestima, que actualmente me acompaña. El sonido del cronómetro a

esta a sacarle provecho a nuestros encuentros” –Digo parafrasea

atravesando un proceso. Lo vamos a respetar. No

ndientes conmigo, es como si me diera a entender que no me puede exigir más porque sólo doy

un hombre apagando un cigarr

drías uno para convidarme

. –Dice mientras me acerca la caja, de la que sobresale un c

e fumé uno. Fue la noche que Ignacio me dejó. Mi corazón se encoje al recordar la decepción que me generó que él finalmente d

punto de hacerlo terminar conmigo, ni tampoco hacia él, por haberme dejado de amar. Mi enojo es hacia mí,

o con el jardín y miro la luna, que se encuentra en lo alto del cielo. Me sorprende lo rápido que pasan ahora los días en este lug

o una voz varon

vo es innegable. Lleva el pelo castaño claro desaliñado, con ondas desprolijas qu

de la gala de beneficencia del Centro de Salud en que tra

no. –Javier Campos, un gusto nuevamente. –Su hermosa sonrisa aparece una vez más y veo un de

ondo mientras tomo su mano y la e

ndo acá? –Pregunta sig

ue generará en él escuchar que no trabajo

uro que puedo, pero con la mirada fija en el

vir la sangre. Lo miro con enojo y cuand

? –Pregunta

de la risa al arrepentimiento en un solo segundo. Espero paciente que se disculpe, mientras le sos

a idea interna

e no puedo creer que después de haberse r

oro, haciendo obvio mi enojo. Comienzo a alejarme pero me detengo cuando lo

nsé que lo dijiste en tono irónico, nada más. –

ue no son para nada abultadas. Lo veo levantar las cejas y morder su la

sorpresa ante su actitud, lo cual parece

e acerca a mí con

… cachetona. –Dice con su

los escalones aparece Milena, mi acompañante

en el taller de pintura. –Com

se me pasó la hora.

a Javier y lo saluda con u

ersando? –Pregunta mirándo

on total descaro, señalando el cigarrillo que aún tengo ente mis dedos. Cuando ve mi expr

ente es un hipócrita de la misma clase que Ignacio, capaz de se

sabía que fumabas. –D

he hacia Javier, que niega con la cabeza sin dejar de sonreír. –Chau. Me voy a dormir. –Finaliz

era su novio la noche de la gala, donde también se portó tan seductor conmigo? ¿Debería advertirle a ella de sus actitudes y comentarios? M

des que encuentro entre esa pareja y mi relación con Ignacio en el último tiempo. Yo hubiera querido que alguien me advirtiera, así que mañana mismo hablaré con Milena, solo espero que no lo

veo que dormí un poco más de lo habitual, seguramente por las

aparece del otro lado con su son

mar con Franco y Josué. ¿Querés que

excelente oportunidad para hablar con

or, me visto

apuro. –Dice sonriendo una vez

ala de estar los encuentro a lo

s… ¿Vamos? –

mos. –Dice Josué, que aunque acá es un paciente más, afuera trabaja como nutricionista y nos r

ndo dirigiéndome a la cocina, donde efectivamente cumplo con lo anun

charlando animadamente y al llega

os botes con Josué. Veo que mi plan está a punto de frustrarse pero no quiero generar incomodidad, así que sub

vemos al muelle y nos sent

icas y chicos con chicos. –Sugiero

con Javier, ya debe estar llegando a buscarme. –Dice Mi

ís con Javier? –Pregunta Franco int

sin si quiera preguntar yo, después de todo quizás sea una

ar lo nuestro. Pero la verdad es que hace tiempo

n sus preguntas. Me parece ver una cierta incomodidad en Milena, pero imagi

s catorce, digamos que esto viene hac

diferente a ser novios. –

ya debe tener suficiente, ¿no

milio? –Pregu

ez lo viste alguna vez, es el director ejecut

celoso? –Trato de ret

. –La sonrisa en su rostro me hace dudar de todo lo que pensaba decirle. Si se conocen hace tanto tiempo su

la pantalla para luego incorp

tras se aleja y corre al encuentro de Javier, que la espera a varios metros de dond

ngo que contener para no correr tras él y golpear su pecho con todas mis fuerzas. El parece adve

administración para solicitar mi Tablet, con la intención de buscar a Javier en redes sociales, segu

ecesitas? –Consulta la joven

i Tablet por favor?

del lugar. Cuando regresa al escritorio donde la espero, con mi dispositivo en sus manos, me mira con dulzura. –Tengo el deber de recordarte que esto e

to la devuelvo. –Res

notificaciones aparecer, entre ellas un mail de Maskerade. Lo estoy por ignorar pero mis ojos se dirigen a la fecha, que figura en el

a buscar a Javier Campos en todas las redes sociales que tengo. Para mi su

mujer con quien tiene fotos frecuentes es Milena, aunque me llama poderosam

las puntas con diferentes tonos de rosas y lilas, ahora lo lleva unificado en un rubio prolijo, ya no usa los aros que en

en su información que se encuentran en una relación, dejando cl

noré hace un momento. Busco una foto más actual y abro otra imagen en la que está con un sweater gris claro y unos anteojos de sol. Parece un modelo de revista, que sin dudas despertaría los suspiros de cualquier mujer. Repaso varias imágenes en las

al tatuado recorriendo mi cuerpo con su boca. La imagen de Javier se mezcla con la del hombre misterioso, completando las partes de su anatomía que n

elvo a participar del Marskarade, así que sin dudarlo más estiro mi brazo

r el lugar de recepción del atuendo, ya que el mismo es enviado por la organización tres días ante

y listo”, pienso para mí

ación y devuelvo el aparato con una sonrisa inocente, esperando

il

xige mi sobrino Nicolás, mientras saltamo

e juro. –Respondo mientras me dejo ca

e bajito. –Suplica el niño hacia Javier,

saben. –Dice mi amigo, estirando su mano hacia mí para ayudarme a ba

e sus saltos, mientras hacen mueca

obliga a girar para encontrar sus ojos

–Pregunto mientras deposi

do y con una energía ta

stés muy bien. –P

–Dice con tono serio. –Va

dio que usa para trabajar desde acá, cuando no quiere ir al Comp

altura de su pecho. Su expresión corporal me indica que lo que sea qu

–No creo el cuento de que estés de novia con Javier. –Si

con cautela, repasando mentalment

e. –Reconozco la seguridad en sus palabras y veo un cierto enojo en su rostro. No me animo a hablar pero sé que mi rostro reflejará lo ofuscada que me pone esta conversación. –No me

i vida?, eso no parece importarle a n

que no voy a perder nunca. Que irónico, ¿no?, Se supone que los que siempre te van a acompañar, van a estar para vos inco

que él es “tu hermano”. –Contraata

frente tuyo para que puedas probar

gesto de asco que hace que el enojo sea incontenible, por lo que me acerco a él y le do

más. –Respondo amenazante, mi

ala llamo a Javier, que baja de la

ientras lo arras

o que todo el enojo y la indignación se manifiesten en mi llanto,

arme le cuento la conversación

viernes, tengo que estar en un lugar muy puntual a las 20:55, pero te prometo que mañana

iempre tiene buenas ideas y yo en este momento solo puedo dedicarme a llorar, por lo que bajo d

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