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Enamorada de un vagabundo

Enamorada de un vagabundo

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Capítulo 1 1. Recuerdos

Palabras:1290    |    Actualizado en: 29/08/2022

to, aunque mis ánimos estén por el suelo sólo por él. Para poder traer un poco de comida a su boca. Pero hay días que siento que no puedo más. El recuerdo y el dolor de que alguna vez un hom

volver a recordar cada día como mi vida term

.

ecorrido de la casa a la escuela siempre era en bus tomaba dos para poder llegar a tiempo, aunque algunas veces para regresar tuviera que caminar casi dos horas por el hecho de no tener suficiente dinero para el transporte. Mi madre trabajaba en una fábrica, por lo regular siempre se ausentaba durante el día, siempre era yo quien cuidaba a mis hermanitos durante la tarde. Mi padrastro era un hombre que detestaba porque siempre se la pasaba

ha, no quería que se siguiera enojando conmigo y mucho menos con mamá que era quien se llevaba todos los malos modos de parte de él. Pero Adrián me insistió tanto, que cuando me dijo que si lo amaba se lo demostrará yendo a su casa no pude decirle que no. Ahí fue cuando tuve mi primera vez con un hombre. Me hizo suya, me entregué a él sin protección, no sabía nada sobre métodos anticonceptivos ni condones porqu

fesar a mi madre y decirle estaba embarazada. Ella se puso como l

eves niña ton

tanda de cachetadas antes de decir -te me vas de esta cas

, pero ella no lo hizo por más que me hinqué. No sabía

que me dirigió. Mi padrastro me ja

te ni si quiera me dirigió la palabra, me levanté y la seguí, le dije que me pondría a trabajar lo que quisiera pero que no me corriera. Mi madre me dijo que yo era una humillación para ella porque fui igual de tonta al dejarme enga

casa casi a empujones. Me aventó un billete de doscientos pesos que cayó al suelo y me corrió de su casa no sin antes asegurarme que Adrián no respondería por mi bebé por que de seguro yo era de e

l instituto ya que tan sólo me faltaban unos meses para graduarme. Ella me ayudo por unos días, pero después me dijo que con todo su pesar no podía seguir teniéndome en su casa, no quería problemas con mi madr

on naranja. Una señora de unos ochenta años me abrió. Me miró con algo de desdén ya que mi rop

eron que necesita alguien que pu

o la

yo soy una anciana que vive sola en esta casa,

ojos con

uien que le ayud

a sonrío co

a mostrarme su pequeña casa que sólo constaba de una habitación larga que estaba dividid

a para vivir, tal vez mi tía se había equivocado

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