El Rey de Mi Barrio
hombre pellizcó la nariz del diminuto payaso de juguete que sostenía en su mano izquierda, haciéndolo parpadear
en el alféizar para poder ver la casa blanca, con sus paredes bajas. Perdía horas del día "viéndola" jugar en el pat
a quería dar otro paseo por otra calle, cuando de repente se detuvo frente al muro b
e de ah
untó al niño que comenzó
nsistió, siguió subiendo hast
patio. Llevaba trenzas y um vestido rosa com ositos de peluche de colore
vuelve
esión severa apareció
hacia el intruso de su casa que ahora apuntaba su revólver em su direcc
stá mi hij
a Po
cio público durante 12 años como conductor de ambulancia para la unidad de emergencia de la ciudad. Leila, su esposa, trabajaba desde hacía um tiempo como cajera em el mercado del barrio. De
e lloró
mucho
e beber su cerveza de vez em cuando, y cuando se enteró
patio trasero de la casa Pontes. Algunos ami
ro esse día fue especial no solo para ella, po
estab
bién llo
iba a cambi
repararon Josy, su amiga de la infancia, Jessica
n fue perfect
cionado fren
blanco, m
serlo, estaba envuelto em um la
le se
de la casa Pontes se v
se c
parali
ó la boca volviénd
miró so
ja...- dijo él, ta
nocido se b
iga, dueño del b
em el reino
inh
risas fue a
to, Doña
todo cer
nuestro Rosedal y cautivó a n
abor
ara el narcotraficante
a médica de nuestro barrio, que reciba este regalo que l
reja de la puerta co
vocó uma pro
ica trató de ir a la puerta,
nses em ir allí.
ian
darse la vuelta y entrar a l
satisfecha, Ditto
uchachos, hay mucha pizza y do
os ya se habían ido. Ditto estaba em compañía de su viejo amigo
tipo? Necesita saber que lo mataría s
es de tomar um so
, ¿quién se quedará aquí para cuidar de tu familia? ¿Qui
u amigo y esposo de Vera
... Y outra, sabe que no tiene la menor posibilidad com ella, la chica es
ge y los do
atre
tándose em el
há tomado refrescos desde que Diana hizo su monografía de octavo grado sobre lo
entro de la ciudad tan pronto como se
sé que iba a p
ero se lo está pasando bien ha
um auto a Diana? ¡Prácticamente no sale de
familia hacía mucho tiempo que no vivían em Roseir
e Di, solo tuvieron contacto en el último año
o no e
ir afuera en judo y se perdió algunos años de estudios
no seguiría el mismo camino que su padre, ya que es medalli
a él se enca
n - Leila, no quiero ni i
ó una sombra en el
ija... Y empezó a demostrarlo cuando un pert
ños an
én era una estratega de supervivencia en el aula. Me senté en el primer pup
a suerte en su último añ
mbre er
la para cursar su último añ
maquillaje, cabello en moños. A diferencia de Jessica, que amaba un atuendo más llamativo y un maquillaje bien marcado. La manera introvertida de Diana fue lo primero que llamó la atención del nuevo estudiante. Lo que no sabía es que durante años esa f
arse de su historia y mirar al novato. Pedro era un joven guapo fácilmente popular, pero a Diana no le gustaba su aspecto, demasiado altivo. - Oye. - respondió sin entusiasmo. - Te gusta leer, ¡eh! - se quejó el chi
ue sus mejilla
ibro! – preguntó
em p
antes de desapar
Eso era lo que él quería, q
hico
ndole lo que quería. Lo había visto meterse
siguiente, su enfoque fue más agresivo, la empujó a sentarse em su lugar. Diana se tambaleó y miró su rostro burlón. Había pocas persona
es. Randal Reis era uno de ellos y se sentó em la parte de atrás. Se so
há estado
su silla. También lo había notado allí, su billetera fue lo primero que miró cuando entró a la habitación, por l
Oy
que pensó que no lo había escuchado. Luego, Diana apartó le
bien? Pregunt
e evitara desde que se transfirió allí em quinto grado y ella estaba em tercer grado. Se suponía que se había gradua
día ver claramente su rostro, p
igo de esse, su
do de vez em cuando esse
hacia adelante sin saber que su estado perturba
a mirada perpleja de Randal. Notó que Pedro también la seguía com la mir
endo loco provocando a A
también comentó Marcão
ué p
creo y ahora no la deja sentarse em su asiento... Conoces
laron em la forma em qu
esca
mente su rostro preocupado, tratando de averiguar po
ah
eció y notó
e puso los anteoj
lificación baja? Solo te veo rar
ssica rara vez no se referí
un dolor d
e llamab
bitación, ya sonó el timbr
el baño, apenas escuchó la campana. Salió a toda prisa
sien
icada al ver co
dr
tás h
Cie
lmat
con desesperación cuando él la tomó por
de él cuando se dio c
No
los de ella, un beso insistente que duró hasta que Diana se libe
e nadie podía be
ritar entre las risa
o, agarró sus cosas y salió corriendo, toda llorando. Atónito, la siguió hasta el pasillo y Marcao hizo lo mismo. Los dos se
o. El joven miró el frío perfil de Randal. Vio que sus ojos brillaban como dos esferas enloquecidas y
veces su rostro cambiaba a uno que no podía identificar. Nunca en toda su vida había sentido tanto odio hacia alguien. Y por una vez, tampoco quería ir
lí, de pie frente a la María Cecília mientras entraban los demás. Todos lo
tro de
echó la mochila a
abía ocupado sus asientos,
do o llegaría más tarde
en su escritorio. Aquí estaba su lugar, si ese chico
duró sólo ci
reció en