Zacharias El Vampiro
el balcón y aterricé en el tejado. Con cuidado observé desde arriba, escuché el momento en que ella abrió la gran ventana y se asomó al balcón. Miró para todos lados en busca de lo que
a sentir su nerviosismo mientras examinaba en las sombras, pero cuando no encontró nad
bía admirado a las personas con algún talento y el de ella me recordó a mi hermana. Elizabeth. Recordaba que ella pasaba horas y horas sentada frente a un lienzo pi
lla pintaba tan concentrada que ni se dio cuenta de
ràthair. Muchas gracias, me
villado. Ya llevaba una media hora observándo
que se adentraba a un frondoso bosque. Yo conocía ese luga
ola sin decir nada, maravillado por el talento que tenía. Me impresionaba como con unas pincela
co la imagen se volvía más definida y si no fuera porque estaba en un pedestal y
th. El hombre que te des
buscaba un buen marido y ella no se negaba. Yo no quería que se alejara tan joven, era mi pequeña herma
a alguien tan bueno
ese mismo momento fue que prometí cuidarla siempre, porque ella era lo único realmente importante en
no la pude cumplir porque nada más uno año después, apareció Duncan y me arrancó del mundo que conocía logrando que dejara sola a mi hermana menor, a la suerte de
toda imagen y recuerdo de mi hermana. No podía desconcentrarme en es
-que reconocí de las fotos- entró a su cuarto después de llamar. Se sentó a la orilla de su cama y con una delica
tí mal porque yo jamás vi ese amor en los ojos de mi padre, esa preocupación. Jamás recibí un beso de buenas noches ni palabras dulces, todo lo que mi padre me decía tenía que ver
La vida podía llegar a ser